Desde la creación en los años 74 y 75 de las Comisiones de Jornaleros, que después darían paso a la creación del Sindicato de Obreros del Campo (SOC) y hasta bien entrado los años 80, los militantes del SOC sufrimos una fuerte represión política y sindical, ya que las detenciones, alguna que otra paliza y […]
Desde la creación en los años 74 y 75 de las Comisiones de Jornaleros, que después darían paso a la creación del Sindicato de Obreros del Campo (SOC) y hasta bien entrado los años 80, los militantes del SOC sufrimos una fuerte represión política y sindical, ya que las detenciones, alguna que otra paliza y la cárcel fueron normas habituales de los diferentes gobiernos (dictadura, UCD) A partir de esa fecha, la celebración del II Congreso del SOC, donde se afianzó como movimiento alternativo en el campo andaluz, conectando sus reivindicaciones cada vez más con los jornaleros, hace que los distintos gobiernos, ya en la democracia, dieran la orden de continuar con una implacable caza y captura contra el sindicato y sus dirigentes. Prueba de lo que decimos y a modo de ejemplo, podemos mencionar el encierro ocurrido en el año 1983 en El Coronil (Sevilla, Andalucía, España), donde un encierro pacífico en el ayuntamiento, protagonizado por ocho jornaleros, terminó con la voladura de la puerta con explosivos goma 2 y el encarcelamiento de estos hombres durante diez días.
Más de 500 militantes han sido procesados, pero inexplicablemente, es a partir de 2001 cuando los juicios y las multas se han intensificado de manera escandalosa. Más de 100.000 euros hemos tenido que pagar para evitar embargos o cárcel a nuestros afiliados. Esta claro que esta forma de «represión moderna» , que no es la paliza en los cuartelillos de la Guardia Civil, persigue ahogar económicamente a nuestro movimiento.
Esta actitud contra nuestro Sindicato no se debe a que hagamos luchas radicales o violentas, ya que todo el mundo sabe que nuestra práctica sindical está regida por los valores de la no violencia activa y así llevamos 30 años. Creemos que toda esta represión no es más que el intento de acabar con un colectivo implantado en el medio rural andaluz, donde la principal lucha es la denuncia de la propiedad de la tierra y el trato inhumano a los inmigrantes, tanto por parte de la administración como de los empresarios.
En Andalucía, el 2% de los terratenientes poseen el 50% de toda la tierra. Hay propietarios que reciben escandalosas subvenciones de Europa. Por ejemplo, en el año 2003:
– Fernando y Ramón Mora Figueroa Domeq 3.608.000 €
– Familia Hernández Barrer 2.465.000 €
– Nicolás Osuna García (Conde de Osuna) 2.290.000 €
– Cayetana de Alba (Duquesa de Alba) 1.885.000 €
– Iñigo de Arteaga (Duque del Infantado) 1.752.000 €
– Hermanos López de la Puerta 1.457.000 €
– Samuel Flor 1.110.000 €
Mientras, observamos como se arruinan los pequeños campesinos andaluces y 500.000 jornaleros tienen que sucumbir a la caridad pública (subsidio agrario) para evitar la miseria y el éxodo hacia las ciudades. Por otra parte, en los últimos años, algunas provincias andaluzas, especialmente Almería y Huelva, han visto una llegada masiva de inmigrantes provenientes sobre todo del Magreb y del Africa subsahariana en el caso del poniente almeriense y de la Europa del Este en la provincia onubense.
La explotación salvaje, el incumplimiento de los convenios, las dificultades para poder regularizarse, la falta de vivienda o la imposibilidad de la reagrupación familiar son algunos de los problemas con los que se encuentran estos colectivos. Y además, ni la administración central, ni autonómica ni local han llevado a cabo políticas activas y reales de integración, ni campañas de sensibilización para acabar con la «política del miedo» que es la que se ha fomentado hasta ahora. Esto explica los brotes racistas y xenófobos que se han detectado en estas provincias, especialmente en Almería, en los últimos años. Ante esta situación el SOC se ha convertido en parte activa de los trabajadores y trabajadoras inmigrantes. Denunciamos la situación en la que viven y trabajan y sobre todo, nos hemos convertido en un instrumento en manos de estos trabajadores.
Sin embargo, este trabajo ha puesto a nuestro Sindicato bajo el punto de mira de la represión por parte de unas administraciones incapaces de dar solución a la problemática de los inmigrantes.
Los gobiernos no quieren que en la Europa del «bienestar» de las «libertades», de la «paz» y «el progreso» haya organizaciones como la nuestra que denuncien esta situación igual que no pueden tolerar que nos hayamos convertido en el sindicato mayoritario en el campo andaluz. Por ello nos reprimen y nos castigan, pretendiendo con ello lograr tres objetivos:
1. Situarnos ante la opinión pública como un sindicato permanentemente conflictivo, radicalizado y extremista.
2. Conseguir que los trabajadores sientan miedo del sindicato ya que por participar en las luchas pueden ser objeto de multas o procesos judiciales.
3. Estrangular económicamente al SOC para evitar su acción sindical.
Así llevamos tres décadas: resistiendo y luchando. Desafiando a los poderosos y a esos gobernantes camuflados con la ropa del pueblo. No sabemos cuanto tiempo más podremos resistir pero queremos que sepan unos y otros que jamás podrán arrebatarnos los deseos de justicia, de trabajo, de tierra y libertad. Aunque tengamos que seguir pagando un alto precio por ello.
Junto a este documento os mandamos los nombres de los represaliados desde 2001 hasta la fecha; un DVD con algunas imágenes de nuestras luchas y la revista del último Congreso de nuestro Sindicato. Pretendemos con esta campaña denunciar la persecución a la que estamos sometidos y al mismo tiempo solicitaros solidaridad, incluida la económica. En este sentido hemos acordado convocar una conferencia internacional sobre la represión sindical y la represión sobre los inmigrantes en el mes de marzo del 2006.
Sabemos que cuando un pobre llama a la puerta de otro pobre pidiendo solidaridad, lo que menos hay es dinero, pero no tenemos otro sitio donde llamar. Queremos que sepáis, que un solo céntimo que nos llegue de vuestras manos tendrá más valor que todos los millones que nos puedan ofrecer otros, porqué lo vuestro será de verdad y estará lleno de ternura y solidaridad.
Esta es nuestra cuenta: IBAN ES 24 2038 9804 0460 0032 4212
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