El proyecto de Estatut que salió del Parlament catalán en setiembre preveía un reconocimiento de la lengua catalana, que finalmente ha sido eliminado tras el acuerdo alcanzado por PSOE y CiU. Jordi Porta, presidente de Omnium Cultural, explica que la reivindicación en el ámbito lingüístico se basaba en dotar al idioma catalán de un reconocimiento […]
El proyecto de Estatut que salió del Parlament catalán en setiembre preveía un reconocimiento de la lengua catalana, que finalmente ha sido eliminado tras el acuerdo alcanzado por PSOE y CiU.
Jordi Porta, presidente de Omnium Cultural, explica que la reivindicación en el ámbito lingüístico se basaba en dotar al idioma catalán de un reconocimiento igual al que tiene ahora el castellano en la Constitución española. «El objetivo era que se equiparasen el catalán y el castellano desde el punto de vista jurídico. Hasta ahora existe el derecho a hablar catalán, pero no el deber de conocerlo, mientras que existe el deber y el derecho a conocer el castellano. Se quería eliminar esta situación de inferioridad que sufre el catalán», explica Porta.
Este reconocimiento legal de la lengua catalana ha sido utilizado por el PP y medios de comunicación de la derecha española, como la cadena Cope o «El Mundo», para poner en marcha una campaña de criminalización del Estatut, en la que han llegado a señalar que el castellano iba a ser prohibido en Catalunya, ya que los niños no podrían estudiar en este idioma y se iba a multar a quienes no rotularan sus establecimientos únicamente en catalán.
Pepe Ribas, miembro de la Coordinadora de Associacions per la Llengua (CAL), considera que los ataques a la lengua «no son algo nuevo, ya que se han producido de manera continuada y reiterada. Al PP le importa un bledo este tema, lo que le interesa es desgastar al PSOE sea con lo que sea. Han cogido el caso de un par de personas que no pueden estudiar en castellano y lo han magnificado».
Mónica Sabata, integrante del Centre Internacional Escarré per a les Minories Etniques i les Nacions (CIEMEN), destaca, por su parte, que el catalán es una lengua minorizada y que «en una situación de bilingüismo el que sale perdiendo es el catalán».
«En Barcelona puedes vivir tranquilamente sin tener que utilizar el catalán para nada. En muchas comarcas, se vive otra situación, pero a Barcelona llegan cada año estudiantes de toda Europa que viven durante meses en la ciudad y no utilizan el catalán para nada porque no lo necesitan», constata Sabata.
Programa de parejas
Ribas pone como ejemplo de la situación que vive el catalán, que varias entidades hayan puesto en marcha un programa de parejas lingüísticas, en el que un catalanohablante se relaciona con una persona que acaba de aprender el idioma para que practique. «Es decir, hay una serie de ciudadanos que han hecho el esfuerzo de aprender catalán, pero que no hablan catalán en su vida cotidiana porque no es una lengua de uso habitual, más allá de lugares muy concretos», destaca, al tiempo que subraya que en el área metropolitana de Barcelona el porcentaje de uso del catalán no llega al 30%.
El veterano independentista Lluís-Maria Xirinacs subraya que «el tema de la lengua no es más que un reflejo del tema nacional. Van en paralelo, sobre todo en Catalunya, donde el tema lingüístico tiene mucha importancia. En el Estatut de 1979 ya se decía que la lengua propia de Catalunya es el catalán. Esto fue una frase violenta. Los catalanes somos una nación que se queda en frases extremadamente grandilocuentes, cuando siempre es necesario hacer algo más. En cualquier caso, esto es un reconocimiento, que se aceptó en Madrid, de que estas dos lenguas no están en plan de igualdad, sino que el catalán es la lengua del país y el castellano, no».
Por ello, Xirinacs se muestra favorable a reforzar el catalán. «No hay bilingüismo que valga. Si nos obligan a saber el castellano, por razones vehiculares para entendernos con los españoles, es algo que nos imponen y que no somos lo suficientemente fuertes como para quitarnos de encima. No queremos que en Madrid se hable catalán, sino que nos dejen en paz para hablar catalán en Catalunya», destaca.