El embajador norteamericano en Madrid, Eduardo Aguirre, actúa como un pro-cónsul en España, al interferir casi diariamente y con total impunidad en los asuntos internos del país ibérico, a juicio de medios políticos y diplomáticos. Las fuentes son del criterio que el representante del régimen de George W. Bush se comporta como un interventor al […]
El embajador norteamericano en Madrid, Eduardo Aguirre, actúa como un pro-cónsul en España, al interferir casi diariamente y con total impunidad en los asuntos internos del país ibérico, a juicio de medios políticos y diplomáticos.
Las fuentes son del criterio que el representante del régimen de George W. Bush se comporta como un interventor al opinar de cualquier tema referido a la política interna o exterior de España, sin respetar el derecho a la soberanía y la independencia del estado donde reside, ni las leyes internacionales.
Añaden que una de las más recientes interferencias de Aguirre en los asuntos españoles la hizo esta semana, cuando en un almuerzo con periodistas se comportó como juez de las investigaciones que realizan los servicios de seguridad sobre los atentados terroristas en Madrid del 11 de marzo de 2004, un tema candente que ha generado fuertes controversias.
Tanto el embajador como funcionarios de la sede diplomática de Washington realizan con frecuencia ese tipo de contactos con periodistas seleccionados, en los cuales enjuician públicamente asuntos de política interna y exterior de España, y priman las críticas al gobierno del presidente José Luis Rodriguez Zapatero.
De otro lado, el diario El País reveló en un artículo el pasado sábado que Aguirre pidió explicaciones al Ministerio de Asuntos Exteriores (MAE) español sobre una reciente y breve visita que realizó a Siria el titular de ese organismo, Miguel Angel Moratinos.
Acorde con el diario, el súbdito del mandatario Bush llamó por vía telefónica al Director General para Europa y Estados Unidos del MAE, José Pons, con ese propósito.
Similar explicación acerca del viaje de Moratinos a Damasco solicitó al MAE Shirin Tahir Kheli, una diplomática norteamericana que asesora a la Casa Blanca en la reforma de la ONU, y que visitó este mes Madrid para exponer los proyectos de Washington sobre el Consejo de Derechos Humanos que reemplazará a la desacreditada Comisión de Derechos Humanos.
Con las continuas injerencias de Aguirre y su legación diplomática puede hacerse un diario, y van desde el cuestionamiento y veto a la venta de España a Venezuela de lanchas patrulleras y aviones militares, hasta como deben actuar las autoridades Madrid con respecto a ese país latinoamericano y otros como Cuba.
Los mismos expertos recordaron que durante la Cumbre Iberoamericana de Salamanca, el representante de la Casa Blanca no disimuló en ejercer presiones a través de declaraciones a la prensa para evitar que se adoptaran dos resoluciones, una en contra del bloqueo que impone Estados Unidos a Cuba desde hace casi cinco décadas, y otra sobre el connotado terrorista Luis Posada Carrilles.
Tal frustrada conducta interventora de Aguirre creó un fuerte malestar entre los Jefes de Estado iberoamericanos presentes en Salamanca en octubre pasado, quienes desoyeron la intromisión de Washington y respaldaron ambas resoluciones.
Pero el pro-cónsul norteamericano es de lo que tropieza con las piedras una y otra vez, y continúa actuando como si España fuera una república bananera, sin hasta ahora recibir una merecida respuesta.