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La Universidad de Sevilla intenta sin éxito organizar un acto anticubano

Fuentes: Tiempo de Cuba

Este podría haber sido el titular de prensa, si la hubiera independiente y progresista. No fue el boicot al acto lo que generó ningún conflicto, más bien al contrario. El conflicto se generó entre la convocatoria del acto y algo a lo que hizo referencia el delegado de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla en la […]

Este podría haber sido el titular de prensa, si la hubiera independiente y progresista. No fue el boicot al acto lo que generó ningún conflicto, más bien al contrario. El conflicto se generó entre la convocatoria del acto y algo a lo que hizo referencia el delegado de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla en la presentación del mismo.

A saber: que Sevilla tiene una tradición progresista y que Andalucía es solidaria con Cuba y tiene muchos lazos con ella. Y si esto es así ¿a qué viene organizar un acto con un connotado colaborador de los nada pacíficos planes estadounidenses contra la soberanía de Cuba? ¿Qué hubiera dicho la prensa, incluso las autoridades españolas, si de con el apoyo de de Cultura del Ayuntamiento de La Habana, hubiera organizado un acto con alguien que colaborara a sueldo con una potencia enemiga que pretendiera, por todos los medios, intervenir la soberanía y la economía del estado español?

El Vicerrectorado de Relaciones Internacionales de de Sevilla convocó una Conferencia del llamado disidente cubano Raúl Rivero el pasado lunes, en el Paraninfo de esta institución pública. Aunque en realidad el acto lo organizaba el Council on International Educational Exchange. El acto se inició con normalidad. Tres responsables universitarios intervinieron libremente. Pero la intervención de Raúl Rivero fue impedida por la mayoría de los asistentes.

Los organizadores utilizaron para la convocatoria el Servicio de Información y Comunicación (SIC) de la citada universidad, lo que significa el envío de más de 3.000 email al personal docente e investigador y a la mayoría de los 80.000 alumnos, algo que hasta ahora sólo se ha hecho en ocasiones muy excepcionales.

El cartel que distribuyó la universidad describía a Rivero como escritor independiente cubano.

La asistencia al acto fue verdaderamente pobre, unos 100 asistentes. De no haber asistido los activistas, el acto se habría desarrollado con no más de 20 personas, incluidos los oradores y varios estudiantes de periodismo, que acudieron porque se les había encargado un trabajo sobre Rivero. Es radicalmente falso que hubiera más de 100 asistentes y 20 activistas, tal como afirmaron Diario de Sevilla y El Mundo.

Tampoco es verdad que «Sevilla vivió ayer unas horas tensas», el acto no duró más de media hora y no hubo ninguna violencia. Ni es verdad que estuviéramos «camuflados» entre los asistentes, ya que éramos evidente mayoría.

Resulta patética la descripción de Diario de Sevilla: «en los minutos previos a la charla se notaba el ambiente enrarecido en el Rectorado de la Hispalense. Una veintena de personas merodeaba por los alrededores con gestos conspiradores y clara estética de extrema izquierda (camisetas de Ché Guevara, chapas con la bandera andaluza y la estrella roja, pelados y ropa estilo kale borroka)». Sencillamente la cita era en la puerta y la gente estuvo charlando. Por cierto el único pelado llevaba la única chapa andaluza y el único que llevó camiseta con el Ché, llegó tarde. La libertad que dice defender Diario de Sevilla es libertad para difundir como información, lo que es defensa pura de sus intereses.

El legítimo rechazo al acto encontró eco en dos colectivos diferentes.

La convocatoria al acto que hizo la Asociación de Amistad con Cuba Bartolomé de las Casas de Sevilla, uno de los dos grupos asistentes, decía literalmente: «El objetivo es dar a los asistentes una visión no contada en los medios de comunicación neoliberales, desde la solidaridad con , haciendo preguntas y aportando datos que pongan en duda la supuesta represión sufrida por dicho personaje, de la forma más educada posible, desde la batalla de las ideas».

Esa Asociación distribuyó a los asistentes un informe que contiene datos contrastados sobre algunas actividades de Rivero y fotos que cualquiera puede encontrar en Internet. También miembros de este grupo alzaron carteles de la actual Campaña estatal por la libertad de los Cinco. Todo eso se hizo pacíficamente y en silencio. Miembros de otro colectivo encabezaron el boicot, al que finalmente se sumaron todos los activistas. Los miembros de la Asociación no encontraron motivos para defender a Rivero ni para enfrentarse a la firme posición del resto de activistas.

La criminalización en la prensa de los activistas intenta esconder el verdadero conflicto. El boicot fue una respuesta política a una acción política. Se pretende en nuestros días convertir a Rivero en un icono democrático, en un inocente escritor condenado por sus ideas. En un símbolo de la mentira. Porque Rivero no trabajó para EEUU, lo hace actualmente.

Alguien de la primera fila preguntó ¿quién os paga?. El Diario de Sevilla describió a los pocos que fueron a escuchar al agente del Imperio como «las personas que habían acudido por propia voluntad al acto». Pero fuimos allí con plena voluntad consciente de defender a Cuba y con ello a los Pueblos del mundo.

No nos arrepentimos de haberlo hecho. No vimos a ningún activista antiglobalización disculparse por intentar impedir las reuniones de los poderosos del Planeta, y no vamos a disculparnos por denunciar a un sicario de los enemigos de los Pueblos. Hubiéramos preferido, tras un boicot inicial, dejarle hablar y luego cuestionarle, nos preparamos para eso. Pero gritamos «Cuba va, Cuba vencerá» y aplaudimos la denuncia de las palizas que dio a sus dos primeras mujeres con toda convicción y volveremos a hacerlo si es preciso.

Ahora, ojalá alguien de la Universidad sevillana reflexione sobre el evidente hecho de que el acto que intentaron llevar a cabo, es más propio del PP, de la FAES o de la embajada de EEUU. Ahora, Rivero sabe que en Sevilla pocos están interesados en escuchar sus patrañas, a pesar de decenas de miles de correos, y que más de los que él pensaba saben que no es más que un lacayo del imperio que oprime a los Pueblos y destruye el Planeta, y están dispuestos a denunciarlo.

Sería provechoso que en más lugares del estado este tipo descubriera que hay gente dispuesta a defender a la que un día fue su patria.