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Los ecologistas criticaron en 2001 los negocios madereros de la filatélica con un delincuente internacional

Greenpeace denunció los nexos de Fórum con un traficante de armas y con Liberia

Fuentes: Rebelión/Agencias

Greenpeace denunció en un informe de 2001 los negocios y vínculos de Fórum África, filial de Fórum Filatélico, con el considerado por la ONU mayor traficante de armas en África, Leonid Minin, nacido en Ucrania y afincado en Ibiza. La empresa filatélica española, ahora intervenida por la justicia debido a una supuesta estafa millonaria, acordó […]

Greenpeace denunció en un informe de 2001 los negocios y vínculos de Fórum África, filial de Fórum Filatélico, con el considerado por la ONU mayor traficante de armas en África, Leonid Minin, nacido en Ucrania y afincado en Ibiza.

La empresa filatélica española, ahora intervenida por la justicia debido a una supuesta estafa millonaria, acordó pagar cinco millones de dólares al traficante de armas por concesiones forestales en Liberia, que Minin otorgaba bajo el amparo del entonces presidente, Charles Taylor, y cuyos ingresos, según Greenpeace, le servían para su negocio de venta de armas a los señores de la guerra que asolaban la vecina Sierra Leona.

Pese a que en 1998 entró en vigor una moratoria, establecida por la ONU, que afectaba a la importación, exportación y manufactura de armas ligeras en los 16 países miembros de la ECOWAS (Comunidad Económica de los Estados de Africa Occidental). Sin embargo, esta moratoria nunca fue cumplida, comprobándose que el tráfico de diamantes y otros recursos naturales fueron utilizados para financiar a los «señores de la guerra».

Con objeto de investigar el incumplimiento del embargo de armas, el Consejo de Seguridad de la ONU encargó un estudio cuyos resultados evidenciaron que algunas empresas forestales están directamente implicadas en el tráfico de armas. Entre las empresas citadas en el informe figuraba la empresa española Forum Africa/Forum Liberia.

Cuando en 2001 fue detenido Leonid Minin en Italia, se le intervino numerosa documentación que probaba sus conexiones con empresarios españoles. Entre otros figuraba un contrato de compraventa con el socio español de Fórum Liberia, una sociedad creada para operar en su territorio por Fórum África, filial a su vez de Fórum Filatélico.

El Servicio de Prevención para el Blanqueo de Capitales comprobó ese mismo año el pago de cinco millones de dólares de Fórum África al traficante de armas. Directivos de Fórum explicaron que habían cerrado el negocio con Minin engañados por un intermediario. Sin embargo, los nexos entre Fórum y Minin no se ciñeron únicamente a la madera. Otro socio de Fórum Liberia, dueño de una empresa de seguridad alicantina, y un ex comisario de policía español, instalaron un sistema de seguridad al entonces presidente Charles Taylor.

Minin sólo pasó un año en prisión. Pese a que se acreditó que había violado el embargo de armas decretado por la ONU y enviado 68 toneladas de armas con destino a la facción más sanguinaria de Sierra Leona desde Ucrania, el tribunal entendió que no amenazó la seguridad interna italiana. El ex presidente de Liberia, Charles Taylor se encuentra preso en Sierra Leona, a disposición del Tribunal Especial de Naciones Unidas, desde marzo de este año. Se le acusa de crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y violaciones de los derechos humanos al ser el impulsor y principal beneficiario de la guerra de Sierra Leona (1991-2001), una de las más cruentas del continente.

Otros ‘ilustres’ implicados en el tráfico de armas

Según el informe del Consejo de Seguridad, el cargamento de 68 toneladas de armamento gestionado por Minin viajó desde Ucrania a Sierra Leona, y desde ahí a Liberia en un avión de la compañía Weasua, con sede en este país. La empresa era propiedad de Manuel Cuenca Casado, Cónsul Español Honorario en Liberia. cuya principal actividad económica era, sin embargo, la industria maderera.

A finales de los años 80, Cuenca Casado llegó a exportar entre 30.000 y 40.000 metros cúbicos de madera tropical que fue desembarcada en el puerto de Valencia. Este negocio, basado en las excelentes relaciones del Consul español y el Presidente de Liberia Charles Taylor, se redondeaba con el de la compañía aérea que prestaba un servicio fundamentala Taylos y sus hombres para mover mercancías y personas por el país. La empresa contaba con pequeños aviones pilotados en la mayoría de los casos por pilotos ucranianos.

Tras la publicación del informe en 2001, Miguel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace aseguró que «el sector empresarial español en Liberia está bajo sospecha. Industrias dedicadas a la explotación y exportación de madera han sido implicadas en el tráfico de armas. La empresa del representante oficial de nuestro país en Liberia vinculada por Naciones Unidas con el tráfico de armas. La sociedad española debería exigir al gobierno español que tomara cartas en el asunto». Pero todo quedó en simples declaraciones, que no llevaron a ninguna denuncia ni actuación judicial.