Tras participar en el Festival Cosmopoética de Córdoba, Mahmud Darwish ofreció el pasado 25 de abril un recital poético en la Residencia de Estudiantes de Madrid, el prestigioso centro situado en un lugar rebosante de vegetación, en pleno centro de Madrid, por el que han desfilado poetas como Octavio Paz, John Ashbery, Charles Tomlinson, Ives […]
Tras participar en el Festival Cosmopoética de Córdoba, Mahmud Darwish ofreció el pasado 25 de abril un recital poético en la Residencia de Estudiantes de Madrid, el prestigioso centro situado en un lugar rebosante de vegetación, en pleno centro de Madrid, por el que han desfilado poetas como Octavio Paz, John Ashbery, Charles Tomlinson, Ives Bonnefoy, Olga Orozco, Gonzalo Rojas, Juan Gelman, Seamus Heaney o Rafael Alberti.
Al acto asistió gran cantidad de público, deseoso de ver de cerca y escuchar a uno de los más importantes poetas actuales -candidato al premio Nobel de literatura-. Todos permanecieron en silencioso respeto escuchando la voz fuerte y profunda de Mahmud Darwish, aunque al final de cada poema rompían a aplaudir emocionados.
El poeta recitó versos de diferentes etapas, centrándose especialmente en sus poemarios más recientes: El lecho de una extraña (Hiperión 2005) y No te disculpes por tus actos, todavía inédito, al que pertenece el siguiente poema:
EL CIPRÉS SE HA TRONCHADO
El ciprés se ha tronchado cual alminar
Y se ha dormido
De camino a la austeridad de su sombra,
Verde, oscura,
Tal cual. Nadie sufre ningún mal.
Los coches han pasado, rápidos, sobre sus ramas.
El polvo ha cubierto los cristales…
El ciprés se ha tronchado pero
La paloma no ha dejado su nido público
En una casa vecina.
Dos pájaros migratorios han volado sobre sus alrededores
Y se han intercambiado algunos símbolos.
Una mujer ha preguntado a su vecina:
¿Has visto pasar una tempestad?
Ella ha respondido: no, ni una apisonadora…
El ciprés se ha tronchado.
Los que han pasado por sus ruinas han dicho:
Tal vez se haya cansado del descuido,
O esté caduco porque es grande cual jirafa,
Tan vacío de sentido como una escoba,
Y no da sombra a los enamorados.
Un niño ha dicho: yo lo he dibujado perfectamente,
Su silueta es fácil. Una niña ha dicho:
El cielo hoy está incompleto porque el ciprés se ha tronchado.
Un joven ha dicho: el cielo hoy está completo
Porque el ciprés se ha tronchado.
Y yo me he dicho:
No hay misterio ni evidencia,
El ciprés se ha tronchado, eso es todo,
El ciprés se ha tronchado.
(Traducido del árabe por María Luisa Prieto)
Por la mañana hubo una rueda de prensa, cuyo contenido han recogido los periódicos nacionales.
Tulio Demicheli escribe en ABC (26-4-2006):
«Patria» es una palabra que se llena de significaciones cuando la pronuncia el poeta palestino. «Al terminar la primera guerra árabe-israelí volvimos a escondidas -recordó su infancia-. Nuestro pueblo había sido arrasado y la ley de los ocupantes nos llamaba los «presentes-ausentes»… Lo que me gustaba de mi pueblo -añadió más adelante- era oír los viejos cuentos, que eran historias propias llenas de poesía».
El autor palestino empezó a escribir a los 10 años porque «me gustaba la capacidad del poeta para transformar la realidad en ficción y empecé a verle como un enamorado y, por eso, le inventé una amante. Un juego que era como una lucha. Comprendí después que la poesía era algo muy serio cuando el gobernador militar llamó para amenazarme… Escribo para vengarme de aquella noche en la que fuimos expulsados de mi tierra. Yo construyo un país con palabras». Aún así, considera que «cuando un poeta escribe, no pretende expresar otra cosa que a sí mismo. La poesía siempre ha estado contra el concepto general de la historia. Nos están pidiendo que veamos un choque de civilizaciones, cuando lo que éstas buscan es encontrarse. No podemos luchar contra la guerra; el mejor método es mirar las plantas, el encuentro de un poco de agua y de luz. A la política le hace falta un poco de agua y de luz».
Antonio Lucas, por su parte, escribe en EL MUNDO (26-4-2006):
«Su obra es aclamada en Palestina por su sensibilidad, por su hondura, por su riesgo, en momentos por la indignación que le ruge dentro. Su voz es autoridad, con esa fe en los poetas que profesan los árabes. Su actitud se muscula en la rebeldía. Y poco a poco ha conquistado también Occidente, donde Darwish es la puerta de entrada a una tradición lírica milenaria y moderna a la vez».