La diputada de Izquierda Unida Isaura Navarro califica el pacto al que ha llegado el Gobierno con la Iglesia para aplicar un nuevo modelo de financiación a partir de 2007 como «un acuerdo que por sus contenidos concretos parece estar plagado de una ‘hipocresía vaticana’ que tan bien parecen haber asumido los dos protagonistas del […]
La diputada de Izquierda Unida Isaura Navarro califica el pacto al que ha llegado el Gobierno con la Iglesia para aplicar un nuevo modelo de financiación a partir de 2007 como «un acuerdo que por sus contenidos concretos parece estar plagado de una ‘hipocresía vaticana’ que tan bien parecen haber asumido los dos protagonistas del mismo».
Navarro considera valora este acuerdo como «insuficiente y contradictorio, alejado de los que son las verdaderas demandas a las que debe hacer frente un Estado aconfesional».
En su opinión, «pese a que se da un paso en la buena dirección en cuanto a buscar la desvinculación de los Presupuestos Generales de la financiación eclesiástica, el Gobierno dista mucho de acercarse a cumplir ni de lejos su promesa electoral de promover la autofinanciación de la Iglesia Católica, por mucho que quiera ‘vender’ lo contrario».
La parlamentaria de IU sostiene que «este tímido avance para que el Estado deje de financiar directamente a la Iglesia se queda a medio camino a la hora de garantizar la transparencia del sistema y de acabar de forma definitiva con otras vías de financiación indirecta que aún siguen muy presentes».
Así, Navarro destaca que «el Gobierno prosigue con su política de desfiscalización y de carácter regresivo. En absoluto compartimos desde IU que se eleve de un 0,5% a un 0,7% la asignación a la Iglesia vía IRPF. Esto no debería ser una deducción que se hace de la declaración de la renta de todos los contribuyentes que deciden marcar la casilla para que este dinero vaya a la Iglesia a costa del Estado. En todo caso, debería ser un recargo en su declaración de ese mismo 0,7% para aquellos ciudadanos que quieran contribuir a la financiación religiosa católica».
Isaura Navarro entiende que «por mucho que el Gobierno trate de maquillar este acuerdo poniendo por delante que ahora pagará el IVA en la compra-venta de inmuebles, no se debe olvidar que estaba obligado aplicar esta medida ya que así se lo venía requiriendo desde hace tiempo la Unión Europea, por lo que no hace más que cumplir con lo estipulado».
Además, la diputada de IU recuerda que «quedan otra serie de impuestos y tratos de favor que siguen sin tocarse, como el IBI que debe pagar por sus edificios a los ayuntamientos, el que no pague el impuesto de donaciones o el de sociedades en sus operaciones mercantiles o la opacidad en otras financiaciones que le llegan vía educación religiosa y acciones de carácter social».
Para Isaura Navarro, «Izquierda Unida trabajará para que este acuerdo no signifique una especie de ‘ley de punto final’ sobre la financiación de la Iglesia Católica. Entendemos que el Gobierno ha tratado, después de las últimas presiones, con manifestaciones incluidas, de firmar una especie de pax vaticana con la jerarquía eclesiástica, y está por ver que los propios firmantes y sus colaboradores de la derecha política dejen que esto acabe aquí».
Izquierda Unida recuerda que la Iglesia Católica recibe hoy 144 millones de euros a través de los Presupuestos Generales del Estado, frente a los cuatro millones que reciben el resto de las confesiones religiosas. Esta cantidad se eleva hasta los 280 millones de euros si se suma lo que le llega vía IRPF.
Además, el Gobierno paga el sueldo de 15.000 profesores de religión (4.000 de ellos de colegios privados), frente a 100 de la confesión evangelista y 36 de la religión islámica. Por lo que respecta a los colegios, da 4.000 millones a 3.949 colegios concertados, de los cuales 1.860 están gestionados por órdenes religiosas católicas que acogen al 65% del alumnado, por los que recibe 3.600 millones más.