Francisco José Alcaraz, presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo saluda afectuosamente a Ricardo Ynestrillas, neonazi asesino
El Partido Popular es un espacio politico donde habitan y tienen hegemonía los poderes fácticos del franquismo. Los 10 millones de votos del PP cuentan con un largo adiestramiento de servidmbre y casticismo: la Monarquía, la Iglesia, El Capital y el Ejercito. Hoy digitales y globalizados. Este populismo reaacionario que abortó el impulso modernizador y democrático de la Segunda República mediante un baño de sangre, hoy masculla de nuevo sus amenazas.
Ricardo Ynestrillas, alma inspiradora de AUN (Alianza por la Unidad Nacional), es el hombre de Le Pen en nuestro pluripaís, y ahora está haciendo crecer la ultraderechista Democracia Nacional con la que formó una confederación de grupos neonazis para las elecciones europeas del 1999.
El historial más humano de Ynestrillas es enternecedor: en 1983, Ricardo con dos amigos, atacan a una patrulla de la policía nacional y les roban con intimidación las armas. Después, para inmortalizar la acción, se hacen una foto de propaganda con el armamento incautado y con los retratos aprobatorios de Franco y José Antonio. Esta expugnación le salió por nada: menos de un año de cárcel. En 1989, el asesinato a sangre fría de Josu Muguruza, parlamentario de HB, le costó tan solo por 900 días de prisión preventiva. A los tres años le absolvieron pese a las pruebas feacientes en su culpabilidad.
Ynestrillas ha seguido madurando: provocador, pendenciero, cocainomano, ligado a las mafias de la droga: en 1997 disparó seis veces contra Vicente F. S. en Majadahonda, un pequeño traficante de cocaina. Por este nuevo asesinato por el que fue juzgado y condenado en 1999 no ha cumplido ni 5 años de prisión.