Rompamos el Silencio realizó ayer un teatrillo en la sede central de La Caixa para denunciar su participación en Repsol YPF. La acción fué fuertemente reprimida por la policía sin mediar violencia por los y las activistas. Según Rompamos el Silencio «la Caixa es el segundo mayor accionista de Repsol YPF (12’5%) y ha estado […]
Rompamos el Silencio realizó ayer un teatrillo en la sede central de La Caixa para denunciar su participación en Repsol YPF. La acción fué fuertemente reprimida por la policía sin mediar violencia por los y las activistas.
Según Rompamos el Silencio «la Caixa es el segundo mayor accionista de Repsol YPF (12’5%) y ha estado detrás de la expansión de la multinacional en América Latina, así como de su alianza estratégica con Gas Natural. La actividad de Repsol YPF produce un fuerte impacto, tanto social como ambiental», razones por las cuales el colectivo ha decido señalar a ésta entidad como corresponsable de las acciones de Repsol YPF.
Unas 60 personas se desplazaron a la plaza de Gregorio Marañón, donde está situada la sede central de La Caixa en Madrid. Allí, en el jardín, realizaron una simulación de los impactos que provocan las prospecciones petrolíferas.
En primer lugar, hicieron explotar globos simulando las prospecciones sísmicas iniciales de una explotación petrolífera. Estas explosiones tienen fuertes impactos para la geología local y, por lo tanto, pueden tenerlos para la población local.
A continuación levantaron una torre de extracción de más de dos metros de alto, de la cual empezó a manar petróleo.
El tercer acto ha fue la entrega simbólica del premio «Tierra Chamuscada» a La Caixa. El premio se debe a que, en 2005, el petróleo extraído por Repsol YPF, al ser quemado, equivalió a la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero del Estado español en ese mismo año. Por lo tanto, según Rompamos el Silencio, Repsol y sus accionistas tienen una importante responsabilidad en el cambio climático.
Por último, los y las activistas vertieron pescado podrido en la puerta de la sede de La Caixa. Con esta acción denunciaban los continuos derrames de este tipo de instalaciones, que tienen como consecuencia una fuerte afección para los ecosistemas y la población local.
Cuando las 60 personas se retiraban, llegaron 5 furgonetas de la Policía Nacional que, sin hacer caso de las personas que les pedían calma, empezaron a cargar en los andenes de la estación de Metro Gregorio Marañón. Fruto de esta carga hay varias personas, participantes de Rompamos el Silencio, que han resultado contusionadas.
Además, la Policía Nacional se llevó detenidas a dos personas. Una de ellas fue retenida de forma arbitraria en el andén del metro cuando huía de las cargas. La otra, al intentar mediar con la policía, acabó siendo esposada e introducida en el furgón.
Tras esto, hubo una nueva carga policial en el metro cuando los y las activistas ya se retiraban. Esta carga se inició con la provocación de un guardia de seguridad del metro, que agredió a uno de los activistas.
Desde Rompamos el Silencio declararon en su nota de prensa que en ningún momento ellos ejercieron violencia contra la policía y que las acusaciones que se vierten contra los dos detenidos, agresión a la policía, son absolutamente falsas.