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25 países rechazan la declaración ministerial oficial que no reconoce el agua como un derecho humano básico

Finaliza el Foro Mundial del Agua marcado por la división

Fuentes: Prensa Latina

Finalizó ayer en Estambul el V Foro Mundial del Agua con el desacuerdo de un numeroso grupo de países que mostraron su oposición a la declaración ministerial, por no reconocer el agua como un derecho humano básico. Ante la negativa de los organizadores de incluir en el documento final esa definición, 25 países de todo […]

Finalizó ayer en Estambul el V Foro Mundial del Agua con el desacuerdo de un numeroso grupo de países que mostraron su oposición a la declaración ministerial, por no reconocer el agua como un derecho humano básico.

Ante la negativa de los organizadores de incluir en el documento final esa definición, 25 países de todo el mundo decidieron entonces suscribir una declaración propia en ese sentido y en la que se comprometían a trabajar por la implementación de tal derecho.

Además 16 de estos firmantes hicieron un llamamiento al resto de países en el pedían que, en adelante, los debates sobre el agua se realicen en el marco de las Naciones Unidas, bajo principios democráticos, participativos e inclusión social.

El Ministro de Medio ambiente de Bolivia, René Orellana, y el responsable de la delegación venezolana en el encuentro, Francisco Durán, presentaron la declaración ante la prensa y explicaron los fundamentos de la misma.

El dirigente boliviano mostró malestar por el hecho de que, desde las sesiones preparatorias hasta el final del Foro, sus propuestas no fueron tomadas en cuenta ni tampoco las de cuantos reclamaron que el agua fuera definido como derecho humano.

Denunció que la declaración ministerial ignora a los pueblos originarios, los derechos colectivos sobre el agua, los sistemas locales o comunitarios de gestión hídrica, pero sobre todo no hubo voluntad política de incluir ningún cambio en el texto, aclaró.

Por ello Bolivia rechazó esa declaración y promovió una declaración alternativa, que tuvo una buena acogida entre países de todos los continentes, lo que definió como una victoria importante.

Bajo su punto de vista, el siguiente paso sería la convocatoria de un foro iberoamericano del agua, donde los gobiernos y los pueblos del continente tomen la iniciativa, y algo similar se lleve a cabo en el resto de continentes.

En contraposición a los Foros actuales, Orellana reclamó encuentros más democráticos, donde se contemplen los disensos, donde sean los propios pueblos los que escriban sus declaraciones, en definitiva que sean convocados en el marco de la ONU.

A su vez Francisco Durán mostró su rechazo a la declaración ministerial por cuanto no sólo ignoró las aspiraciones con las que Venezuela llegó a Turquía sino que, en muchos casos, el texto era contrario a las mismas e, incluso, a la propia constitución de su país.

Y aunque la declaración no es vinculante, aclaró, Venezuela no puede mostrar consenso en cuestiones inaceptables, entre ellas la no inclusión de referencias a los pueblos indígenas o al cambio climático que de forma eufemística denominan «cambio global».

Igualmente expresó su apoyo a los foros del movimiento social que, de forma alternativa, trabajaron también estos días en Estambul, pues las propuestas de los pueblos que luchan contra la privatización del agua en el mundo son también nuestra lucha, explicó.

Durán definió el FMA como un espacio profundamente antidemocrático, donde a pesar del esfuerzo realizado desde las reuniones preparatorias por incluir estas cuestiones fue imposible «cambiar ni una coma» e, incluso, que se recogieran en acta.

Ante el bloqueo de la organización, y de países como EEUU, Francia o Brasil, 25 estados decidieron reconocer el agua como derecho humano entre los que se hallan Bolivia, Chile, Cuba, Ecuador, España, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Uruguay y Venezuela.

Suiza, en Europa, Benin, Camerún, Chad, Etiopía, Marruecos, Namibia, Niger, Nigeria, Senegal y Sudáfrica, por parte africana, así como Bangladesh, los Emiratos Árabes Unidos y Sri Lanka, de Asia, también suscribieron la declaración.