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Críticas desde el Gobierno Vasco a Egunkaria y Berria

Se merecen la condena

Fuentes: Berria

Imagínense [el abogado me ha aconsejado que deje claro que todo esto es mera ficción; por tanto, así sea] que, como consecuencia de un bombardeo sin precedentes, ha sido devastada toda la infraestructura del grupo Vocento, destruidos todos los locales de la redacción y la administración y las rotativas se han convertido en cenizas. ¿Podría […]

Imagínense [el abogado me ha aconsejado que deje claro que todo esto es mera ficción; por tanto, así sea] que, como consecuencia de un bombardeo sin precedentes, ha sido devastada toda la infraestructura del grupo Vocento, destruidos todos los locales de la redacción y la administración y las rotativas se han convertido en cenizas. ¿Podría alguien imaginar en este hipotético caso un artículo de un alto cargo del Gobierno vasco cuyo 50% fuera sobre los desacuerdos con la línea editorial de esos diarios? ¿No? Cambien los nombres de víctimas y autores y eso mismo es lo que acaba de ocurrir. Pues de esa dimensión fue, en mi opinión, lo que hizo Patxi Baztarrika (viceconsejero de Política Lingüística del Gobierno vasco [n. del t.]) el pasado fin de semana con su artículo «Con vosotros desde la discrepancia / Desadostasunak bizi gaituelako nauzue zuekin».

Ahora que doce personas están en trance de ir a la cárcel, el señor viceconsejero pretende plantear un debate «intelectual». Muy interesante también la lista de temas propuesta: el secuestro político del euskera por algunos activistas, la invalidez de la solidaridad insincera, la pluralidad de mundos que reúne la lengua. Pero, así es mi cortedad, en este momento yo no puedo, no soy suficientemente maduro intelectualmente, mi conciencia no me deja espacio para ese debate.

Diría que un pequeño detalle retrata al máximo el espíritu del artículo de Patxi Baztarrika: definir la manifestación del 23 de febrero de hace cinco años como «indignación democrática». O yo soy completamente autista o me parece que, de los reunidos en aquella concentración, a muy pocos se les ocurriría el adjetivo democrática para definirla. ¿A qué viene eso de democrática? Parece que tenemos bien asimilada la lección: el Estado tiene sus armas (gobiernos, jueces y policías) y la ciudadanía, las suyas (manifestaciones). Cada cual a lo suyo y a cumplir rigurosamente las medidas legales. Si en aquella manifestación se hubiera volcado un solo contenedor, entonces habría dejado de ser democrática, interpreto. He ahí las leyes de la democracia… y la necesidad de humillar, insultar y burlarse de quienes no son queridos por los poderosos.

En el artículo de Baztarrika se menciona una sola vez la palabra víctima. Evidentemente, se refiere a las generadas por ETA. Egunkaria, va de suyo, no es víctima. Aún menos quienes fueron torturados en la redada de hace cinco años. No son más que objetos de un «atropello». Y me inclino a pensar que no es sólo porque tenía que ser un artículo para publicar en El Correo y El Diario Vasco. Es también expresión de una actitud ética.

Del Olmo a Joan Mari Torrealdai:[1] «aunque no lo sepa, usted también es ETA». El viceconsejero Baztarrika a los imputados de Egunkaria: aunque no lo sepan, son cómplices de acriticismo con ETA. Lo que para uno es delito, para el otro es un error grave. El cobrador, cada cual en su estilo.

Los imputados de Egunkaria: irán a la cárcel y se lo merecen. Eso no lo ha dicho Baztarrika. Eso lo digo yo. Conozco a algunos de ustedes. De entre los que conozco, la mayoría son ETA y criticaron y condenaron sus acciones. Cometieron un error enorme, empero: se juntaron con quienes somos «acríticos» con la organización armada, y parece que esta sociedad prescribe la necesidad de saldar semejantes errores y graves delitos. Serán condenados por culpa nuestra. Hubieran escogido mejor compañía. El artículo de Baztarrika me contamina de culpabilidad, eso no lo puedo evitar: serán condenados por culpa mía y de otros como yo. Con la esperanza de que algún día me perdonen, he aquí mi confesión pública.

Irán a la cárcel, pero estén tranquilos, porque el señor Baztarrika está con ustedes, siempre les apoyará de la forma que pueda (siempre en los límites que permita la normativa penitenciaria) y querrá debatir con ustedes el presente y futuro del euskera. Y, además, el Gobierno vasco dará subvenciones a sus familiares para que les vayan a visitar. Las presiones del PP no lograrán hacerles atrás en esta conducta a favor de los derechos humanos.

El kilo de inhabilitación de miembros de la mesa de Parlamento vasco está muy caro, ha subido enormemente en estos últimos meses. El kilo de cárcel bajo acusación de terrorismo, en cambio, es tremendamente barato, risiblemente bajo y está a la baja. A ustedes les ha tocado la peor parte, pero ésa parece ser la línea microscópica que separa en esta sociedad el éxito del fracaso: saber el lugar necesario, el momento necesario y, ahora habrá que añadir, la compañía necesaria.

Sé que en el PNV la mayoría no es del estilo vengativo y lleno de odio de Baztarrika. No obstante, qué casualidad, demasiadas veces nos han tocado como interlocutores en la actividad cultural vasca gente así. Aunque a veces parezca lo contrario, el espíritu de Joseba Arregi[2] permanece vivo entre los peneuvistas, entre los recién llegados, al menos. Desde aquellos tiempos en que no cabían más fantasmas a Martin Ugalde han cambiado muchas cosas, como es evidente. Pero otras no han cambiado nada.

* Josu Landa fue miembro de Egunkaria Sortzen, el grupo que en 1989 puso en marcha la iniciativa popular para la creación de Euskaldunon Egunkaria.

 

Berria, 1 de marzo de 2008

Notas:

 

1 Miembro del Consejo de Administración de Euskaldunon Egunkaria y persona de larga trayectoria en la prensa en euskera. Recientemente ha sido nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua Vasca. (n. del t.)

2 Ex consejero de Cultura del Gobierno vasco y actual presidente de la Plataforma Aldaketa, contraria a las reivindicaciones del nacionalismo vasco y defensora de la «estabilidad del [actual] marco de convivencia (Constitución y Estatuto)» como vía de solución del conflicto vasco. Véase el manifiesto fundacional en El Correo Español, 20 de noviembre de 2004. (n. del t.)