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Una IU en coma condenada a otra travesía del desierto

Fuentes: Rebelión

Los malos resultados de IU obligan a una seria reflexión sobre su futuro que debe empezar por un certero análisis de las causas de la derrota electoral. LOS DATOS En el ámbito estatal, la coalición IU-ICV ha perdido 320.000 votos en las elecciones generales, pasando del 4,96% y cinco escaños al 3,80% y dos escaños. […]

Los malos resultados de IU obligan a una seria reflexión sobre su futuro que debe empezar por un certero análisis de las causas de la derrota electoral.

LOS DATOS

En el ámbito estatal, la coalición IU-ICV ha perdido 320.000 votos en las elecciones generales, pasando del 4,96% y cinco escaños al 3,80% y dos escaños.

En Andalucía, se han perdido 60.000 votos, pasando del 6,39% al 5,13%, por lo que IULV-CA sigue sin recuperar ninguno de los tres diputados perdidos en 2000 y por tanto, continúa sin tener representación en el Congreso.

En las elecciones andaluzas, IU ha perdido 20.000 votos, pasando del 7,51% al 7,09%, aunque mantiene los seis parlamentarios.

Para que el análisis de la derrota electoral de IU sirva, debe ser honesto y partir de la verdad, aunque ésta sea muy dura y por tanto, huir de las trampas.

Como se ve en el gráfico de la evolución electoral de IU, el descenso no es de ahora, viene produciéndose desde 1996 en Andalucía y desde 2000 en el conjunto del estado:

Gráfico Congreso de los Diputados:

2008 2004 2000 1996

Votos 963.040 1.284.081 1.263.046 2.639.774

% 3,80% 4,96% 5,45% 10,54%

Escaños 2 5 8 21

CAUSAS GENERALES

Hay causas generales, externas, que no dependen de IU y existen otras, particulares, que son consecuencia directa de la estrategia y la política llevada a cabo por la dirección.

Veamos las generales, primero:

a) Ofensiva neoliberal

Recientemente, hemos visto la caída electoral de Refundación Comunista (de 41 escaños a 0) y del PC francés que en las presidenciales de 2007, obtuvo un ridículo 1,93%, por debajo de la LCR que superó el 4%.

Son los efectos de largo plazo de la caída del Muro de Berlín y la consiguiente ofensiva neoliberal para unos partidos que se identificaban con el fracasado «socialismo real», pero que nunca le hicieron ascos a participar en Gobiernos neoliberales como el de Miterrand o el Olivo italiano, de centro izquierda.

Estamos en una encrucijada histórica, pues lo viejo no acaba de morir y la nueva izquierda anticapitalista, libre de ataduras oportunistas y totalitarias, no acaba de nacer.

b) Bipartidismo y Ley D’Hont

IU es la formación política más perjudicada por la actual ley electoral que fue acordada en la Transición y que perdura todavía gracias a la pinza PP-PSOE. Ambos partidos no quieren cambiarla porque son los principales beneficiarios de la injusticia del sistema electoral.

Hay que añadir la firme apuesta de los medios de comunicación por recortar el pluralismo político y avanzar a un modelo de bipartidismo imperfecto donde PP y PSOE se alternen en el poder, apoyándose si hiciera falta en el nacionalismo periférico.

Los dos «cara a cara» entre Zapatero y Rajoy pretendían escenificar la rivalidad -más mediática que real- entre dos partidos que se enfrentan únicamente por motivos de poder, ya que, básicamente, participan de la misma política y persiguen un mismo objetivo: gestionar la alternancia para que no exista la alternativa.

c) Crispación y paz social

Desde el primer día, el Gobierno Zapatero ha gozado del blindaje social de los aparatos sindicales mayoritarios, UGT y CC.OO. No han querido enfrentarse a unas políticas económicas que seguían la senda marcada por Aznar: reforma fiscal en beneficio de las grandes empresas y las altas fortunas; reforma laboral que profundizaba la precariedad y abarataba el despido; alta precariedad y siniestralidad laboral, etc.

Aparte de las movilizaciones juveniles por la vivienda digna y la lucha contra el Plan Bolonia, así como las manifestaciones por la república y la protesta contra la OTAN, la izquierda ha estado ausente de la calle durante cuatro años.

Por el contrario, la derecha tomó masivamente la calle en contra del proceso de paz, las

reformas estatutarias y el matrimonio gay, generando una crispación política y una polarización electoral entre derecha (PP) y Gobierno, estando la izquierda real o fuera de escenario o en el peor de los casos, identificada con Zapatero.

CAUSAS PARTICULARES

a) Subalternidad de IU

En los últimos cuatro años, IU, por boca de su Coordinador General, se ha dedicado a criticar más a la derecha -que no gobenaba- que al PSOE que detentaba el Gobierno.

Se articuló una estrategia de «oposición influyente». El resultado ha sido que IU ha aparecido ante la opinión pública como un socio menor del Gobierno. El mensaje para nada se ha correspondido con una izquierda anticapitalista y alternativa.

La opción elegida no ayudaba a recuperar el voto perdido de IU, un voto ideológico, de izquierdas, fugado a la abstención en anteriores convocatorias. Tampoco retenía el voto más pragmático que confía en que IU obligue al PSOE a girar a la izquierda, lo que hubiera sido posible si IU hubiera hecho oposición de izquierdas al Gobierno tanto en la calle como en las instituciones.

b) Conflicto interno

La permanente disputa interna que se experimenta en IU ha tenido un repunte desde la última asamblea federal que terminó con acusaciones públicas de tongo y fraude.

Mientras que el PSOE y el PP aparece ante la opinión pública con sus propuestas, IU sale con polémicas internas, luchas por los puestos en la listas, críticas de unos contra otros,…

Los dirigentes de IU han dado un lamentable espectáculo de división interna puntualmente registrado por los medios de comunicación. Y no hay que recordar que las crisis de los partidos son muy penalizadas por el electorado.

c) Campaña no creíble

Gaspar Llamazares denunció en Andalucía el régimen clientelar del «manolismo político», denunció en Madrid el giro al centro del PSOE, presentó un programa electoral de izquierdas, llegó a decir que «Zapatero ha seguido una estrategia egoísta, inmoral, desleal y fraudulenta»…

Todo esto está muy bien, pero a cinco días del fin de la campaña no sólo se ofrece a participar en un Gobierno del PSOE, sino incluso llega a nombrar hasta cuatro personas para el puesto de ministro, echando por tierra la credibilidad de la campaña electoral.

UNA REFUNDACIÓN A CORTO PLAZO ES IMPOSIBLE

Spinoza, el filósofo flamenco, solía decir: «ni reir, ni llorar, comprender». De eso se trata. No es posible reconstruir una izquierda alternativa que sirva como referente político de los movimientos y las luchas si no sacamos conclusiones acertadas de esta debacle. Esta no es una derrota electoral más, IU experimenta una crisis de proyecto, no es un achaque, es estar en coma.

En el marco de un panorama internacional y estatal de giro a la derecha, de ataque a las libertades democráticas y de ofensiva neoliberal, una izquierda de verdad, audaz, combativa, relacionada estrechamente con los movimientos sociales hubiera sido vista como alternativa por la izquierda al PSOE. IU, a falta de cualquier otro referente de la izquierda estatal, podría haber jugado ese papel. Lamentablemente, el papel de su dirección marcando una política de sostén acrítico del Gobierno con la excusa de parar la ofensiva de la derecha y la constante lucha fratricida por el poder interno han bloqueado esa posibilidad.

Tampoco es creíble una refundación del proyecto en la línea de recuperar a la IU originaria. Esto implicaría la suma de nuevas capas, de miles de nuevos activistas provenientes de los movimientos sociales que participarían en la gestación e impulso de esa refundación. El problema es que no existen, hoy por hoy, las condiciones de movilización social que permita esa suma de activistas a un proyecto como el de IU, que por otra parte no goza de la credibilidad necesaria. Se impone una travesía del desierto.

Sin embargo, la casi desaparición electoral de IU no significa el fin de esa marca, sino el inicio de un nuevo tiempo político para la izquierda en España. La crisis del capitalismo se profundiza y empieza a apretar los bolsillos de las familias obreras. Vendrán nuevos ataques del Gobierno. Si la dirección que surja de la Asamblea de noviembre es capaz de ubicar a IU en el conflicto social haciendo de verdad oposición de izquierdas al Gobierno neoliberal de Zapatero existe una oportunidad para salir del coma y articular a medio plazo una nueva herramienta política de la izquierda alternativa.

Javier García es representante de la CUT en la Comisión Unitaria de IU
http://www.cut-bai.org/