El próximo 24 de Agosto se celebrará en la ciudad de Valencia un Gran Premio de Formula Uno, este espectáculo (nada deportivo) ha sido fruto de un acuerdo entre Bernie Ecclestone, patrón de la F1, y Francisco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana. A pesar de que la Comunidad Valenciana dispone de un circuito de […]
El próximo 24 de Agosto se celebrará en la ciudad de Valencia un Gran Premio de Formula Uno, este espectáculo (nada deportivo) ha sido fruto de un acuerdo entre Bernie Ecclestone, patrón de la F1, y Francisco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana. A pesar de que la Comunidad Valenciana dispone de un circuito de reciente construción en la localidad de Cheste dedicado en exclusiva a este tipo de carreras, Alejandro Agag, socio de Bernie Ecclestone y yerno de Jose María Aznar, medró para que se celebrase este gran premio en las calles de Valencia.
En Europa ya se celebra un Gran Premio de F1 en un circuito urbano, es el caso del GP de Mónaco, en la retransmisión podemos observar como los bólidos bordean el puerto entre grandes yates, casinos y otros edificios que exteriorizan lujo y poderío. Nada extraño pues Mónaco es un «mini estado» cuya función, como otros países de similar tamaño, es dar cobijo a capitalistas que de esta forma evaden los impuestos que deberían pagar en sus países de origen. El problema es que Valencia no tiene nada en común con esa «ciudad-estado» y menos aún los barrios donde se está construyendo el circuito. El Grao y Nazaret son dos de los barrios más degradados de Valencia, olvidados por el Ayuntamiento, cuyos habitantes tienen que convivir con la suciedad y los malos olores, donde no vive ni un sólo capitalista y sí humildes trabajadores, todo lo opuesto al «glamouroso» Mónaco.
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, para evitar el bochorno mundial que le podrían suponer la visión en las televisiones de todo el mundo del entorno del circuito, ha anunciado que todos los descampados y fincas ruinosas que bordean el circuito serán ocultados con grandes toldos, «yo creo que las lonas hacen milagros», ha manifestado. Además, parte del recorrido y gradas están junto a la antigua desembocadura del río Turia, cauce que se convertido desde hace muchas décadas en una cloaca a cielo abierto, fuente de malos olores y refugio de mosquitos y ratas. Estos perniciosos efluvios y fauna urbana son soportados diariamente por los vecinos de Nazaret y Grao. Los dirigentes locales del PP también tienen un plan: durante las fechas del evento vertirán sobre el cauce abandonado cientos de litros de agua oxigenada para que los visitantes no sufran el mal olor tan familiar para los valencianos.
La Generalitat Valenciana tampoco puede presumir de tener una eficiente red de salud pública, conscientes de ello, esos días se reforzarán los servicios de guardia de los hospitales valencianos. También, a pesar de ser pleno mes vacacional de agosto, aumentarán las frecuencias de los servicios de autobús y metro, algo verdaderamente excepcional e insultante para los usuarios habituales del transporte público de la capital levantina.
Como acertadamente denunciaba el coordinador de la ciudad de Valencia de Esquerra Unida, Amadeu Sanchís: » Es triste ver la rápida colaboración entre el Gobierno Central y la Generalitat Valenciana en beneficio de unos pocos y la lentitud y dejadez por cosas más necesarias y de todos». Aunque parezca increíble en los tiempos que vivimos, cuando las administraciones se lo proponen pueden llegar a ejecutar una gran obra pública en unos pocos meses, consiguen el objetivo casi utópico de que no haya esperas en las salas de urgencia o, incluso, que funcionen correctamente los transportes públicos.