Carlos Marx está de moda. El número de visitantes a la localidad alemana de Trier donde nació este filósofo en 1818 se ha disparado este año a 40.000.
El responsable del museo dedicado a este ilustre ciudadano dijo que ha perdido la cuenta de las veces en que ha escuchado a los visitantes decir que, después de todo Marx, tenía razón.
En plena crisis financiera, su renovada popularidad también incluye la compra de sus obras.
Según aseguró a BBC Mundo Jason Craig, director de ventas digitales y online de la editorial Penguin en el Reino Unido, las ventas de «El Manifiesto Comunista» entre mayo y octubre de 2008 aumentaron un 900% comparado con el año pasado.
La filosofía económica marxista cayó prácticamente en el olvido tras el colapso de la Unión Soviética a finales de los años 80.
Pero el actual colapso bancario hace que muchos piensen que habría que releerle ya que, entre otros, advertía sobre la creación de un capitalismo explotador que termina por destruirse a si mismo, advirtiendo además que el crédito debería estar en las manos del Estado.
Hasta la tumba
La moda Marx ha llegado hasta el cementerio de Highgate en el norte de Londres donde el pensador está enterrado.
La directora de la fundación a cargo su mantenimiento, Jean Pateman, afirmó a BBC Mundo que no deja de recibir peticiones de información de cadenas y periodistas de todo el mundo.
«Esta mañana teníamos un grupo enorme de visitantes chinos esperando para entrar en el cementerio, también suelen venir sobre todo cubanos. El otro día vino el embajador de Nepal y dejó una buena donación», afirmó Pateman a BBC Mundo.
Irónicamente, explicó que cada visitante tiene que pagar entrada, contribuciones que fueron clave para restaurar el sitio, en estado de abandono hace 30 años, y que siguen siendo fundamentales para mantener esta joya londinense.
«Esto no le habría gustado a Marx, pero me da igual lo que hubiera opinado. Como no recibimos fondos públicos tenemos que mantenerlo con donaciones privadas», añadió Pateman. A saber lo que Marx habría opinado.