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En búsqueda de vías políticas

Fuentes: Berria

Traducido para Rebelión por Ramon Bofarull

17 de enero

Sin decirlo

A Otegi se le entiende muy bien. Ha dicho en entrevistas a periódicos que propone la unión de fuerzas soberanistas para intentar que, a largo plazo, el independentismo logre la mayoría política. Sabiendo ―como todos sabemos―, pero sin decir ―acaso porque en boca suya podría ser perjudicial― qué sobra para emprender ese camino. En el Kursaal ha reafirmado la propuesta, con una frase que resume bien la idea: «debemos hacer frente al Estado en el terreno en que nosotros somos fuertes y el Estado, débil: el terreno de los argumentos políticos». Se entiende bien lo que dice y también lo que no dice.

En Urbina

Sin haber estado en Urbina no sería correcto dar por buena una versión a ciegas, pero reparando en lo publicado sobre lo sucedido y analizando los testimonios de quienes estuvieron allí puede decirse sin miedo a equivocarse que la Ertzaintza utilizó la violencia desmesuradamente, en esta ocasión contra quienes participaron en una iniciativa de desobediencia contra el TAV y que no ha respetado como debía los derechos de los detenidos durante los tres días en que los ha tenido encerrados. Cuando hay denuncias tan graves sobre la acción de la Ertzaintza debería sorprender que el Gobierno vasco no abra una investigación seria sobre lo sucedido. Pero a fuerza de la costumbre, aquí casi nada es sorprendente, tampoco que se envíe a la Audiencia Nacional española el caso de los detenidos en los incidentes en torno a una acción de desobediencia, cuando a ese tribunal le corresponde investigar «delitos de terrorismo», en un intento notorio de criminalizar al movimiento civil contra el TAV. Menos mal que estaba de turno Santiago Pedraz.

21 de enero

El comunicado

Recién sufridos los excesos de la Ertzaintza, a los militantes del movimiento contra el TAV les ha tocado soportar el comunicado de ETA, especialmente a quienes decidieron mostrar públicamente el desacuerdo con el asesinato de Ignacio Uria. ETA les ha atribuido caer en la «astucia de los gobernantes» por haber pedido a la organización armada que no se entrometa en la lucha contra el TAV, además de reafirmar que lo hará quiéranlo o no los militantes del movimiento, con las temibles amenazas realizadas a «ingenieros, altos técnicos, encargados y directivos de las empresas».

En el mismo comunicado ha explicado por qué ha actuado contra EITB: «por la responsabilidad que ha tomado en la deformación del conflicto». ETA no diría «a nadie cómo debe realizar su tarea de periodista». Ya desde antes conocíamos esa clase de libertad de expresión: la tiense si la ejerces en los límites que a mí me parecen adecuados, pero no la tienes fuera de ellos. La libertad de expresión ¿no era precisamente respetar la libertad de quienes no están de acuerdo con las opiniones o líneas de cada cuál?

23 de enero

Callejón sin salida

Una cosa no quita la otra, ETA tiene razón cuando en el comunicado de esta semana dice que aquí no hay libertad de expresión. Que se lo pregunten, si no, a Arantza Urkaregi, Agurtzane Solaberrieta, Amparo Lasheras, Hodei Egaña, Eli Zubiaga, Iker Rodrigo, Imanol Nieto e Iñaki Olalde, o a Tasio Erkizia, Joserra Etxebarria y a todos los demás a quienes, al registrarles la casa, se les han llevado ordenadores y documentación. Para algunos no hay libertad de expresión, derecho de reunión ni medios de participación política. Mandan a la policía de noche, sin intención de encontrar nada que tenga relación con la violencia, sino con reuniones, listas de candidatos y, en general, con política. No son los primeros ―desde octubre de 2007 más de veinte dirigentes de Batasuna están en la cárcel― ni parece que vayan a ser los últimos. De nuevo vendrá Zapatero, ufano, a decir que detienen, de media, a un «terrorista» cada dos días.

A esa misma izquierda abertzale a que se pide que haga política sirviéndose de vías puramente civiles se le impide buscar el menor resquicio al intentar organizarse de una u otra forma. Salta a la vista: cuando se detiene a quienes trabajan en política sin armas como si estuvieran actuando con ellas se está dando argumentos a quienes creen que todavía tiene sentido luchar con armas.

Pero puestos a buscar argumentos, lo mismo que a la pregunta por qué, hay que contestar también a la pregunta para qué. Esa misma pregunta precisamente intentaron responder Rafa Diez y Eugenio Etxebeste ayer en el diario Gara, como Otegi el pasado sábado en el Kursaal, en la entrevista con motivo del vigésimo aniversario de la negociación de Argel. Etxebeste dijo: «Al único que le interesa alargar el conflicto y evitar vías de solución democráticas es al Estado». Y más adelante: «de la etapa de ‘resistir es vencer a la etapa de ‘convencer es vencer'».

Berria, 24 de enero de 2009

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