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Málaga

Entre homenajes a fascistas, el desprecio a la memoria histórica popular y la represión

Fuentes: Rebelión

Homenajes públicos a antiguos ministros franquistas, negación de la memoria histórica de lucha popular andaluza y ataque a sus símbolos, espectaculares redadas policiales contra jóvenes antifascistas malagueños, la impunidad de las continuas agresiones y amenazas fascistas, etc. Da la sensación de que en Málaga la historia se está revisando en favor de unas tesis a […]

Homenajes públicos a antiguos ministros franquistas, negación de la memoria histórica de lucha popular andaluza y ataque a sus símbolos, espectaculares redadas policiales contra jóvenes antifascistas malagueños, la impunidad de las continuas agresiones y amenazas fascistas, etc.

Da la sensación de que en Málaga la historia se está revisando en favor de unas tesis a cada cual más reaccionaria, una auténtica recreación del pasado para justificar un presente y con unas intenciones muy concretas: la creación de una masa de ciudadanos acrítica, despolitizada e indiferente en todo caso con las injusticias sociales, pero eso sí, complaciente con el racismo y la xenofobia, ya venga de instituciones o de organizaciones fascistas, con la «mano dura», con el ultra nacionalismo español y su mitología, con los sectores más reaccionarios de la Iglesia Católica, con la conciliación de clases, etc.; y como no, hostil a la reivindicación social y política, a toda lucha por superar los actuales marcos políticos, sociales y económicos y a las organizaciones embarcadas en esas luchas. Son momentos de crisis, de una crisis estructural, sistémica del capitalismo, y Málaga, en el contexto de un país oprimido y dependiente, como es Andalucía, no escapa al aumento del paro, la destrucción de empleo, o el cierre de empresas, tan definitorio de este momento.

Como no, el régimen monárquico español necesita de una amplia masa social para su legitimación, y más en momentos como éste, mientras los dos principales partidos de este régimen: PP y PSOE, con sus diferentes matices, utilizan todos los medios a su alcance para que la reproducción y ampliación del consenso se prolongue, intentando dar salida a esta crisis con el mínimo de costes posible para el gran capital.

Acto de «desagravio» para el ex ministro franquista José Utrera Molina…

El 6 de febrero pasado en el Hotel NH de Málaga tenía lugar el llamado «acto homenaje de desagravio» con el que fuera ministro franquista José Utrera Molina, ante la decisión de la Diputación Provincial de Málaga de anular los títulos y condecoraciones otorgados por esta institución de 1937 a 1975. Al acto acudieron militantes del Partido Popular, algunos de renombre, como el caso del alcalde Madrid Alberto Ruiz Gallardón, yerno de Utrera; empresarios, periodistas del diario malagueño Sur, como Julián Sesmero o el poeta y articulista conservador Manuel Alcántara, o el que fuera locutor de Radio Juventud en Málaga, Diego Gómez; ex falangistas locales como Sánchez Rosso,o Cayetano Utrera Ravassa (ex alcalde franquista de Málaga). Pero entre los invitados destacaba la figura de Juan León Cordón, malagueño forjado en el Frente de Juventudes, matón durante la Transición en Málaga vinculado a la Fuerza Nueva de Blas Piñar, colaborador en su «exilio» latinoamericano de la terrorífica dictadura militar del general paraguayo Alfredo Stroessner, y actualmente, «Jefe Regional de Fuerza Nueva Andalucía», organización que suele colaborar estrechamente con los partidos neonazis Alianza Nacional (AN) y Movimiento Patriota Socialista (MPS), conformados por elementos extremadamente violentos, protagonistas de numerosas agresiones en la ciudad de Málaga, la más sonada: el secuestro del autobús de Torremolinos y paliza a un inmigrante marroquí, el pasado mes de noviembre. Como se puede observar, todo un acto de encuentros y reencuentros de todo el espectro derechista, desde sus elementos más integrados en el régimen monárquico español y más «políticamente correctos», hasta sus elementos más supuestamente críticos con la España constitucional postfranquista.

El acto fue tratado de una forma «exquisita» por los medios de comunicación local, no en vano, Utrera Molina, a pesar de su edad, sigue manteniendo fuertes vínculos en instituciones, empresas, y medios de comunicación locales. Ninguno de estos medios locales tuvo a bien recordar la militancia temprana de Utrera en el Frente de Juventudes, o sus responsabilidades en la Jefatura del Movimiento en la Málaga de los años 40, años de gran dureza y represión, caracterizados por los continuos arrestos, torturas, condenas de prisión y fusilamientos contra la militancia antifascista malagueña, como tampoco sus pronunciamientos públicos más recientes reivindicando la figura de Francisco Franco y sus «logros», y por supuesto, haciendo apología del negacionismo franquista : «Él creía en las instituciones: familia, los municipios, los sindicatos… Franco nunca fue un totalitario, yo soy testigo«, afirmó en junio de 2008 en una entrevista para un blog de Periodista Digital. Frente a ello, los medios de comunicación nos han mostrado una imagen bien distinta: la de un Utrera Molina servidor de Málaga, preocupado por el bienestar de los malagueños, y siempre dispuesto, desde su despacho en la lejana Madrid, a ayudar a sus paisanos. La eterna figura paternalista del franquismo, el hombre de Málaga en Madrid, la «capital del del Imperio», a quien se le podía pedir un favor en caso de apuro. Por eso, estos medios en sus crónicas coincidieron en atacar la concentración convocada a las puertas del Hotel NH por la Coordinadora Antifascista de Málaga y el Foro por la Memoria, que reunió a más de medio centenar de personas, así, por ejemplo, lo expresaba el Diario Sur: «El que fuera durante los años 1974-75 el tercer hombre en el escalafón de mando de España tras Franco y Arias Navarro no pudo ocultar su emoción al comprobar el éxito de la convocatoria, sólo ensombrecida por la concentración convocada a las puertas del hotel por una veintena de miembros de la Coordinadora Antifascista.«. La Coordinadora Antifascista ensombrece, según Sur, pero de las sombras de Utrera en la represión y gestión del régimen fascista, de esas sombras tan oscuras, nada se habla, solo hay silencio, cómplice, por supuesto.

Utrera Molina no solo es capaz de reunir en un acto a los diferentes sectores siempre encontrados del derechismo, como hemos señalado antes; el propio Urera ha llegado a reconocer en varias ocasiones propuestas del PSOE para que ingresar en el partido a las que siempre se negó, en todo caso, no hubiese sido el único miembro del PSOE con pasado falangista.

Y desprecio para García Caparrós

El pasado mes de febrero el pleno de la Diputación Provincial de Málaga decidía conceder el título de «Hijo Predilecto» de la provincia de Málaga a Manuel José García Caparrós, joven trabajador malagueño asesinado por la policía durante la manifestación por el autogobierno andaluz del 4 de diciembre de 1977. En principio, todas las formaciones políticas presentes en la Diputación estuvieron de acuerdo en la concesión de dicha distinción, sin embargo, en no pocos ayuntamientos de la provincia de Málaga el Partido Popular, junto a partidos derechistas de carácter local, se abstenía o votaba en contra de que esos ayuntamientos se adhirieran al acuerdo de la Diputación Provincial. Ya en muchas ocasiones el PP ha demostrado su carácter netamente antiandaluz, las más recientes: las declaraciones racistas y xenófobas del dirigente popular catalán Aleix Vidal Quadra contra el denominado «Padre de la Patria Andaluza», Blas Infante, el desprecio a la ministra malagueña Magdalena Álvarez por hablar andaluz, o últimamente, las declaraciones de Cristobal Montoro en contra del pago de la llamada «deuda histórica» a la Comunidad Autónoma de Andalucía.

Más recientemente, la placa que recuerda el asesinato del joven García Caparrós aparecía rota. No es la primera vez, cuando esa placa se colocó en el 2002, ya sufrió otra agresión similar. No es ningún secreto la aversión que la ultraderecha siente por el recuerdo a García Caparrós y por cómo el pueblo trabajador de Málaga respondió a su asesinato. Sin embargo, todos esos partidos que declararon hace poco a García Caparrós como «Hijo Predilecto» nada han dicho, y por lo que se conoce, nada han propuesto hacer ante el ataque a la placa de García Caparrós. Los mismos medios que alababan a Utrera Molina y despreciaban a a la Coordinadora Antifascista, nada, absolutamente nada, han dicho sobre este claro atentado a la memoria histórica obrera y popular de Málaga y Andalucía entera. Al fin y al cabo, la figura de García Caparrós y su recuerdo no deja de ser para esos partidos una figura con la que mercadear y explotar políticamente; siempre que conviene y es oportuno políticamente se rescata del olvido, de esos pactos de silencio firmados en su momento entre la derecha, la mal llamada izquierda, y el peor denominado andalucismo. Sin embargo, sacar del olvido o del recuerdo oportunista institucionalizado, según convenga políticamente a los partidos del régimen actual, a García Caparrós significa la tarea pendiente de luchar aquí y ahora por una Andalucía verdaderamente libre, por la soberanía nacional democrática y antiimperialista, es decir, la Andalucía organizada, gestionada y gobernada por las instituciones de la clase obrera y de los amplios sectores populares andaluces explotados.

Detenciones de antifascistas

El día 18 de febrero tuvo lugar una ola de detenciones que se saldaron con 18 antifascistas detenidos. Poco, por desgracia, podemos hablar públicamente del tema ya que se encuentra aún bajo secreto de sumario. Sin embargo, y como ha venido señalando la Coordinadora Antifascista de Málaga se trata, sin lugar a dudas, de un verdadero ataque al movimiento antifascista de Málaga en toda regla, una operación para amedrentar a un movimiento que no sólo está oponiéndose a grupos y organizaciones fascistas en la calle, sino que es un movimiento politizado, amplio, unitario y de base. Frente a la caracterización como bandas urbanas amantes de la bronca callejera y despolitizadas, no sólo por parte de la prensa del régimen actual sino también por organizaciones de izquierdas autoproclamadas como vanguardias revolucionarias, el movimiento antifascista malagueño ha demostrado, a pesar de sus fallos y errores, algunos de ellos estructurales, su frescura y descaro político, y sobre todo, su potencial. En su breve andadura, la Coordinadora Antifascista de Málaga, como una más de las diferentes expresiones del movimiento antifascista malagueño, gracias a esa frescura y descaro político, se ha ganado, como no podía ser de otra manera, numerosos enemigos, y no todos situados en las organizaciones y partidos nazis y fascistas, o en el derechismo institucionalizado, sino también en la socialdemocracia neoliberal y sectores de la izquierda reformista; enemigos algunos de ellos poderosos, capaces de movilizar a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y dirigirlos contra el movimiento antifascista, como así ha podido haber pasado.

En un contexto de crisis estructural y global del capitalismo

Hasta hace poco tiempo, Málaga era todo un ejemplo publicitario para la Junta de Andalucía de creación de empleo, riqueza, modernidad, y consumismo, mucho consumismo. Todo esto ocurría gracias a una gran y amplia oferta de trabajo precario, la contención de los sueldos, y la ampliación del crédito hasta límites insospechados.

En el capítulo de los costes de aquel «momento de bienestar», no podemos olvidarnos de las terribles agresiones al medio ambiente, especialmente en el litoral, y de la corrupción política, necesaria para llevar a cabo el número excesivo de construcciones que han tenido lugar. En esos momentos era fácil inculcar una cultura del despilfarro, tan impropia y alejada de la cultura popular andaluza, o la falsa sensación de que la situación de «bienestar» se prolongaría por los siglos de los siglos. Sin embargo, nada es eterno, todo evoluciona, y todo llega a su fin.

Como la espuma, la visión de la Málaga «rica y próspera» se desvanece por momentos: 1615 embargos de vivienda por impagos en el primer trimestre del año, aumento del paro en febrero en más de un 3%, mientras que uno de cada tres parados malagueños no cobra desempleo. El principal motor del empleo en estos años, la construcción, registra el mayor número de parados, mientras el precio de la vivienda cae más y más, no siendo ya el negocio de beneficio voluminoso y rápido de hace tiempo. Cientos de empresas en Málaga amenazan con EREs a sus trabajadores: hoteles, empresas de construcción, talleres, etc. El pesimismo se apodera de la población: el 87% de los malagueños está preocupado por su futuro laboral. La población trabajadora inmigrante, en una situación como ésta, se encuentra en el punto de mira, es el chivo expiatorio necesario, de ahí que cada vez más no sea extraño escuchar entre la población trabajadora autóctona numeroso comentarios racistas y xenófobos.

Si Andalucía es un lugar propicio para una economía especulativa e improductiva, Málaga lo es aún más, de ahí que esta crisis sistémica vaya a golpear de una forma especialmente dura. Los que tienen el poder lo saben perfectamente, y por eso, consienten a los fascistas, sus actos y manifestaciones, y persiguen a los antifascistas, porque así se aseguran una reconducción reaccionaria de la situación, evitando la explosión de la conciencia y que los trabajadores y el pueblo oprimido dirijan su rabia y resentimiento contra ellos. Así de simple, pero así de complejo a la vez.

La derecha institucional seguirá homenajeando a falangistas, la socialdemocracia neoliberal negando el recuerdo y la memoria histórica de lucha, junto a la izquierda reformista, y todos ellos consienten la libre expresión de las organizaciones fascistas y aplauden la represión al antifascismo o su criminalización. Forma parte del guión de la película escrita por el gran capital español, representada por diferentes actores a diferentes niveles, y no nos engañemos, en esa película los de siempre: los trabajadores y el pueblo explotado, vamos a perder. Sin embargo, ese guión lo podemos invertir, pero sólo de una manera: luchando y creando poder obrero y popular, aquí y ahora.