Fernando Ballenita contesta con un artículo llamado No es verdad que el manifiesto de la Red IRES plantee medias verdades a uno mío aparecido unos días antes en Rebelión. Vaya por delante que el Manifiesto de la Red IRES me parece interesante y que la expresión medias verdades no tiene un sentido despectivo sino […]
Fernando Ballenita contesta con un artículo llamado No es verdad que el manifiesto de la Red IRES plantee medias verdades a uno mío aparecido unos días antes en Rebelión.
Vaya por delante que el Manifiesto de la Red IRES me parece interesante y que la expresión medias verdades no tiene un sentido despectivo sino que hace referencia a la parcialidad que le atribuyo. También quiero hacer constar que agradezco a Fernando Bonilla que se haya tomado en serio mis críticas y se haya molestado en contrargumentarlas. En realidad el objetivo de mi artículo era contribuir al debate, que es lo que se está generando.
No quiero entrar en polémica pero me gustaría hacer unas matizaciones a su artículo.
La primera es que muchas de los problemas que plantea, y con mucha razón, no son producto del método tradicional empleado por los profesores sino de la política educativa de las autoridades académicas. Un entorno poco agradable, falta de medios audiovisuales, excesivos alumnos por clase no son resultado de un planteamiento pedagógico determinado sino de la falta de recursos económicos, materiales y humanos que la Administración dedica a la enseñanza pública.
En el tema de la evaluación estoy, y pienso que la mayoría de profesores lo estamos, con una evaluación formativa que quiere diagnosticar carencias y buscar soluciones.. Lo que no entiendo es cómo los estudiantes y las familias participan en las formas evaluativas. Tendrías que explicarlo, ya que existen los Consejos escolares que participan en la gestión del centro pero no directamente, como me parece razonable, en los métodos pedagógicos, por lo menos a nivel decisorio. Quizás aquí hay una diferencia entre Comunidades Autónomas ya que yo, desde Cataluña, puedo decir que los Consejos escolares siguen funcionando, que una comisión en la que participan éstos y una representación de profesores elige al director y que éste no es necesariamente un instrumento de la Administración. Depende, como siempre, de su ética y honestidad,
Y la cuestión clave es que sigo sin entender a nivel concreto cuál es el modelo educativo que plantean como alternativa. Porque los que habéis escrito el Manifiesto, que sois profesores como yo, sabéis perfectamente que lo que necesita la enseñanza secundaria son propuestas concretas para el centro y para el aula y sobre todo que puedan articularse en la práctica. Todos hacemos lo que podemos y yo, como profesor hago lo mismo que vosotros, que es no reproducir la manera cómo me han enseñado sino buscar nuevas formas. Pero os puedo decir que a veces he comprobado que hay alumnos que no quieren estar en los institutos independientemente de los métodos que utilicemos. Sí que a veces la desmotivación es resultado de un método inadecuado pero no siempre. Asumamos nuestras responsabilidades sin victimismos, por supuesto, pero no carguemos con todo el peso pero no toda la responsabilidad es nuestra. La sociedad, los familias y los mismos alumnos, ya adolescentes, tienen que asumir la parte que les toca. Pero sobre todo la Administración porque necesitamos más recursos, es decir más dinero. Y aunque esto no lo solucione todo sí posibilita crear una condiciones mucho más favorables : menos alumnos, más atención a la diversidad, más medios audiovisuales, desdoblamientos de grupos cuando es necesario…
Tampoco entiendo porque considera que es desmovilizador decir que vivimos en un sistema capitalista con una lógica que se nos impone porque es la realidad que vivimos. Deducir que con esto quiero afirmar que no se puede hacer nada me parece un exceso. Hay que hacerlo y os aseguro que, como vosotros, hago lo que puedo. Y puestos a sincerarnos os diré lo que sí me molesta del Manifiesto : vosotros habláis como si fuerais los únicos profesores renovadores, críticos entre el profesorado porque siempre os referís al resto como un colectivo conservador y conformista. No sé si era vuestra voluntad pero os aseguro que es lo que se desprende de vuestro tono.
En todo caso estamos en el mismo frente y somos muchos los que estamos utilizando recursos diversos para esta enseñanza crítica que defendéis. Lo importante es el alumno, por supuesto, pero esto no quiere decir someterse a su demanda sino formarles de la manera que consideremos mejor y esto no siempre les gusta porque, aunque ya sea un tópico decirlo, la cultura en la que se han formado no es ni la disciplina ni el esfuerzo.
¿ O es que hemos de considera la disciplina y el esfuerzo como valores reaccionarios ?
Y os aseguro que todas la propuestas concretas, no las declaraciones de principios o intenciones ( que pienso que ya nos sobran) serán bien recibidas, por lo menos por mi parte.
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