El presidente de Bolivia anunció que está estudiando eliminar los libros de esa editorial española del currículo escolar. Pero afirmó que se elaboraran textos educativos con los maestros bolivianos.
El presidente boliviano, Evo Morales, adelantó el sábado que está debatiendo la eliminación de los libros de la editorial española Santillana del currículo escolar porque sus textos forman colonialmente a los estudiantes.
En un acto en el presidencial Palacio Quemado, Morales homenajeó a los maestros por su día y promulgó tres decretos supremos, uno de los cuales reconoce económicamente la producción de textos escolares.
«Ustedes saben cómo estaban siendo impuestas normas bajo un estado colonial, normas que venían desde afuera. Nuestro ministro de Educación esta mañana temprano me estaba informando sobre editorial Santillana (…) una forma de imponer colonialmente para la formación a nuestros estudiantes», dijo Morales.
«Debatimos bastante esta mañana (sobre) cómo cambiar, eliminar esta editorial Santillana, pero con la producción de ustedes (maestros). Ustedes deben producir textos para la formación de nuestros hijos», agregó Morales.
Ejecutivos de la firma española no estuvieron inmediatamente disponibles para hacer declaraciones.
Santillana es una editorial perteneciente al principal grupo multimedia español, Prisa, que entre sus publicaciones más destacadas tiene al diario derechista El País, además de 400 emisoras de radio en España y Latinoamérica, revistas y editoras de libros.
En Bolivia está presente con libros de texto para inicial, primaria y secundaria además de literatura infantil, juvenil y universal.
Los libros de Santillana llegaron a las escuelas bolivianas con la reforma educativa de 1994, financiada por el Banco Mundial, y pocos años después la editorial ingresó en la elaboración de textos oficiales.
«La producción de textos para la formación de nuestros hijos será reconocida, será premiada por parte del Gobierno nacional para fomentar que el profesor se dedique a escribir textos», dijo Morales ante el aplauso masivo de los docentes.
En enero pasado, el Ministerio de Educación ya alertó de que los libros de la editorial española no pueden considerarse textos oficiales y no deben ser exigidos a las familias.