Una sentencia «sin precedentes» que restituye a la esperanza a miles de mujeres: el diario libanés ‘As-Safir’ dio el jueves la noticia de un pronunciamiento de un tribunal que acuerda a una mujer libanesa la posibilidad de dar su propia ciudadanía a su hijo, luego de la muerte del marido extranjero. El veredicto de la […]
Una sentencia «sin precedentes» que restituye a la esperanza a miles de mujeres: el diario libanés ‘As-Safir’ dio el jueves la noticia de un pronunciamiento de un tribunal que acuerda a una mujer libanesa la posibilidad de dar su propia ciudadanía a su hijo, luego de la muerte del marido extranjero.
El veredicto de la corte de Jdeidet al Metn, en la ‘gobernación’ del Monte Líbano al norte de Beirut, toca el corazón de un debate de muchos años. En base a la ley en vigor desde 1925, los hombres libaneses casados con mujeres extranjeras pueden transmitir su ciudadanía a sus esposas e hijos. Sin embargo, el mismo derecho no lo tenían las mujeres que se hubieran casado con hombres extranjeros.
Según las asociaciones de derechos civiles, hay unas 18.000 mujeres libanesas casadas con extranjeros y por ello obligadas a renovar cada año el permiso de residencia y a luchar para garantizar a sus hijos el acceso a los servicios básicos de educación y salud. La sentencia de la corte se refiere al caso de una mujer, madre de tres hijos menores de edad y viuda de un ciudadano extranjero, (la prensa libanesa no revela ulteriores detalles del caso), y señala que «la ley no impide que una madre libanesa transmita su propia ciudadanía a sus hijos luego de la muerte del padre».
En la sentencia, recibida como «un importante paso hacia adelante» por la organización de defensa de los derechos de la mujer «Kafa» («Basta»), los jueces señalaron también que, «en base al artículo 7 de la constitución, todos los ciudadanos libaneses son iguales ante la ley».
Uno de los elementos que favorecen este tipo de discriminaciones en El Líbano es la presencia estable de por lo menos 400.000 refugiados palestinos (el 10% de una población total de cuatro millones de habitantes) a los que recientemente se agregaron miles de iraquíes.
Considerados como extranjeros, los palestinos residentes en El Líbano no tienen derecho a la ciudadanía, al voto, al sistema de salud pública, a los útiles escolares y a los servicios sociales. Además tienen acceso solamente a 72 categorías profesionales y recientemente ha sido sancionada una ley que les prohíbe el traspaso de propiedades inmuebles que por lo tanto no pueden adquirir.
Muchos temen que abriendo el camino al reconocimiento de plenos derechos, por medio del matrimonio con mujeres libanesas los palestinos podrían hacer saltar los ya delicados equilibrios del país.