A raíz del segundo auto de paralización cautelar de las obras del puerto de Granadilla por parte del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, la Dirección General de Política Regional, encargada dentro de la Comisión Europea de decidir sobre la financiación de este proyecto, ha optado por paralizar cautelarmente el expediente de Granadilla, en tanto […]
A raíz del segundo auto de paralización cautelar de las obras del puerto de Granadilla por parte del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, la Dirección General de Política Regional, encargada dentro de la Comisión Europea de decidir sobre la financiación de este proyecto, ha optado por paralizar cautelarmente el expediente de Granadilla, en tanto en cuanto no se resuelva este conflicto en las instancias judiciales españolas.
Desde los servicios técnicos de esta Dirección General, cuya Comisaria, Danuta Hübner, conoce perfectamente el rechazo social que tiene este proyecto, se ha informado a Ecologistas en Acción que no se puede financiar un puerto que no cuenta con un respaldo unánime ni con el consenso necesario, como así lo evidencia la paralización cautelar que ha realizado la justicia española.
Desde Ben Magec-Ecologistas en Acción se ha hecho un llamamiento a la cordura de las administraciones estatales y autonómicas, dado que están dando una imagen pésima en Europa, al intentar conseguir fondos a costa de los que sea, incluso en proyecto que tienen una clara inviabilidad técnica, teniendo en cuenta el gravísimo precedente de Arinaga.
Igulamente la agrupación ecologista exige la inmediata retirada de este proyecto y acusamos al Gobierno central y autonómico de estar perdiendo la poca credibilidad que tienen en la Unión Europea, al seguir apostando por infraestructuras de transportes innecesarias -tanto desde el punto de vista social como del económico- y devastadoras del medio ambiente. Esta política destructora no está conduciendo a otra cosa sino a perder de forma permanente fondos que se deberían invertir en necesidades reales para esta Islas, y no en «caprichos de cuatro políticos y empresarios».