El incendio declarado hace cuatro días en el interior del polígono militar lleva calcinadas alrededor de 6.300 ha. Gran parte de la zona afectada se encuentra recogida dentro del Lugar de Interés Comunitario «El Castellar» y una pequeña parte en la Zona de Especial Protección para las Aves «Montes de Zuera, Castejón de Valdejasa y […]
El incendio declarado hace cuatro días en el interior del polígono militar lleva calcinadas alrededor de 6.300 ha. Gran parte de la zona afectada se encuentra recogida dentro del Lugar de Interés Comunitario «El Castellar» y una pequeña parte en la Zona de Especial Protección para las Aves «Montes de Zuera, Castejón de Valdejasa y el Castellar». Se trataba entre otros ecosistemas, de una zona representativa de la estepa y de bosques autóctonos de pino carrasco, ambos en un estado muy bueno de conservación.
Aunque oficialmente no se ha indicado la causa del incendio, el hecho de que se haya producido en la zona de Puig Amarillo, zona habitual de lanzamiento de proyectiles y maniobras militares, hace pensar que se ha repetido un hecho, por desgracia, muy habitual en este tipo de instalaciones. El origen suele estar en el estallido, por diferentes causas, de un proyectil sin explosionar o por la realización de maniobras militares (riesgo de explosiones, generación de chispas…)
No tiene sentido que mientras el Ministerio de Defensa cuenta con la Unidad Militar de Emergencias (UME), este no tome medidas claras de prevención en sus instalaciones y siga utilizando munición real durante prácticamente todo el año. Igualmente destacable es el fracaso del sistema operativo de extinción del ejercito que, por tardanza en la actuación, sellado del perímetro del polígono a otros medios terrestres y aéreos (que tienen que maniobrar a alturas totalmente ineficaces para extinción de incendios), incumplimiento y autonomía respecto al PROCINFO (Plan Especial de Protección Civil de Emergencias por Incendios Forestales), e incapacidad clara y manifiesta sobre el terreno, lo que era un pequeño incendio de fácil extinción se llegó a convertir en uno de los mayores incendios del presente verano.
Este hecho no es específico de las instalaciones de San Gregorio, sino que las características de extinción de incendios en el interior de polígonos de tiro, dado el importante riesgo para los medios terrestres e incluso aéreos, así como para la realización de trabajos preventivos de selvicultura, provoca que conatos de incendios producidos por actuaciones relacionadas con las prácticas militares, siempre acaben afectando a enormes extensiones. Esto se viene repitiendo durante los últimos años en polígonos militares repartidos por todo el estado: Chinchilla (Albacete) donde este mismo año han ardido 1.100 ha, Cerro Muriano (Córdoba) con 4.100 ha en 2007, Teleno (León) con 4.000 ha en 2005, Bardenas (Navarra)…y se ha vuelto a dar en este caso en San Gregorio.
El Gobierno de Aragón ha anunciado que incluirá a los municipios afectados dentro del II plan de restauración de los grandes incendios forestales de Aragón. Para Ecologistas en Acción, dentro de este plan, pero también en cualquier otro plan o normativa sobre incendios forestales, se debería instar a la desactivación de los proyectiles que no hayan llegado a deflagrar en el incendio y a prohibir el uso de munición real dentro del polígono de tiro de San Gregorio. Todo ello como primeros pasos para recuperar este espacio para el disfrute público. Igualmente se debe contar con un buen plan de prevención y extinción de incendios de las instalaciones militares.
Ecologistas en Acción, junto a muchos colectivos sociales aragoneses, lleva años solicitando la reconversión de este espacio para otros usos que incidan en la potenciación de sus valores naturales y aporten beneficios claros a las poblaciones colindantes. En la actual situación, tanto el polígono de San Gregorio como el de las Bardenas suponen una hipoteca para el desarrollo de la zona.