Sorprende ver que tras el excepcional recibimiento otorgado por el Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, a Evo Morales durante la visita oficial del Presidente de Bolivia a España, el pasado 15 de septiembre, ahora un compañero del partido del regidor, el presidente del PP de Leganés, Jesús Gómez, inicie una injuriosa campaña contra el […]
Sorprende ver que tras el excepcional recibimiento otorgado por el Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, a Evo Morales durante la visita oficial del Presidente de Bolivia a España, el pasado 15 de septiembre, ahora un compañero del partido del regidor, el presidente del PP de Leganés, Jesús Gómez, inicie una injuriosa campaña contra el Jefe de Estado boliviano. Tras haber pasado ya más de tres semanas de los actos en los que participó Morales. Situación que, sin duda, hace sospechar en un entrometimiento del partido de la oposición española en los asuntos internos de Bolivia.
Gómez asegura que el encuentro celebrado el 13 de septiembre en La Cubierta de Leganés, donde Morales estuvo presente, «realmente fue un mitin». A nadie se le escapa el tono despectivo de esta calificación y la intencionalidad de fondo que ello conlleva. Antes, durante y después del acto, desde las instituciones bolivianas, se afirmó que dicho encuentro no se trataba de ningún mitin, sino de un acto festivo de culturas. Como, realmente, así fue. Para darse cuenta de ello, tan sólo hace falta un somero análisis.
En primer lugar, desde la perspectiva de la Ciencia Política, podría calificarse como mitin aquel acto público de carácter persuasivo caracterizado por dos elementos principales. Uno, el proselitismo de partido. El otro, la finalidad electoral. Si bien, más allá de esta definición de tipo denotativo, el término contiene una fuerte connotación peyorativa, al dejar entrever que se trata de un hecho protagonizado por la demagogia, la manipulación y un fuerte componente de ideologización, frente a un grupo de acólitos cuya capacidad crítica frente al orador se desconoce.
Pues bien, ninguno de estos rasgos estuvieron presentes en el acto de la Cubierta de Leganés. Al encuentro, que duró alrededor de cinco horas (durante las cuales hubo actuaciones musicales y grupos de danzas variadas), acudieron personas de muy distintos ámbitos y condición. Ni se trató de un acto del MAS (partido de Evo Morales). Ni en ningún momento del encuentro se mencionó tema alguno sobre la política interna de Bolivia.
El acto, organizado por alrededor de sesenta organizaciones y colectivos sociales de España, se presentó y desarrolló, en todo momento, como una fiesta dirigida especialmente a los colectivos migrantes, pero abierta a la participación de toda la sociedad civil. Sin tener nadie la entrada vetada. De hecho, muchos de los asistentes fueron personas críticas con Evo Morales, tal y como quedó demostrado en algunas de las entrevistas televisivas emitidas en medios españoles.
No hubo banderas del MAS durante el acto ni ningún tipo de signo evocativo de este partido político, así como tampoco puede encontrarse en toda la intervención del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia palabras referidas a la coyuntura del país andino. El discurso de Evo Morales se centró en la situación de los migrantes en Europa, en los efectos demoledores de las políticas neoliberales y en la defensa de la Madre Tierra.
De hecho, el acto contó con la presencia de académicos e intelectuales españoles, como la escritora Rosa Regás y el ex director general de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, cuya participación, muy posiblemente, no se hubiera dado de tratarse de un mitin, tal como describe el encuentro el presidente del PP de Leganés y los altavoces mediáticos de dicho partido.
Con esta afirmación y con el resto de las acusaciones lanzadas por Gómez sobre la persona de Evo Morales (en las que le acusa, entre otras cosas, de ser una réplica de Hugo Chávez y de perjudicar a las empresas españolas), el dirigente del PP ofende no sólo al Gobierno boliviano sino -y lo que es más grave- al pueblo de este país. Ni Bolivia es Venezuela ni Evo Morales ha perjudicado de forma persecutoria a las compañías españolas. Parece que Gómez desconoce tanto la realidad interna boliviana (con más diferencias que parecidos a la situación venezolana) como los resultados de la visita de Morales a España, donde alcanzó importantes acuerdos con algunas de las punteras empresas españolas.
No debe resultar extraño que a algunos dirigentes de la derecha española (afortunadamente, no todos, como demostró el alcalde de Madrid) les resulte ajeno este tipo de actos, adaptados a los nuevos tiempos de globalización. Con la visita de Morales a España y con el encuentro de La Cubierta de Leganés, el actual Presidente boliviano inaugura un tipo de encuentros sin fronteras (de hecho, el acto fue cubierto por más de doscientos periodistas acreditados) fundamentado en una realidad -la de los migrantes- y un principio -el de la interculturalidad-. En este sentido, la localidad madrileña debería sentirse orgullosa de haber albergado la celebración y España de convertirse en un referente de encuentros entre sociedades.
Aunque a ojos de algunos, de aquellos que se desentendieron de los exilios y de las migraciones forzadas, esta nueva lógica globalizadora, resultado de las productos devastadores de las políticas neoliberales, sea una práctica extraña y hasta incomprensible. Entre otras cosas, porque ellos sólo se acuerdan del pueblo durante los periodos electorales.
Afortunadamente, para Evo Morales, los bolivianos son algo más que electores. Son ciudadanos.
Jorge Resina De la Fuente es periodista y politólogo.
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.