No oculta su pesimismo a la hora de encontrar posibles salidas a la crisis económica. Tampoco los devastadores efectos sociales de la crisis, que están cebándose con las clases populares. «El euro está en la raíz de los actuales problemas económicos y romper con la moneda común es la única posibilidad para iniciar la recuperación», […]
No oculta su pesimismo a la hora de encontrar posibles salidas a la crisis económica. Tampoco los devastadores efectos sociales de la crisis, que están cebándose con las clases populares. «El euro está en la raíz de los actuales problemas económicos y romper con la moneda común es la única posibilidad para iniciar la recuperación», afirma Pedro Montes, economista del Servicio de Estudios del Banco de España durante 36 años, que en el Centre Octubre de Valencia ha presentado la asociación político-cultural «Socialismo 21».
El autor de, entre otros numerosos estudios, «La Historia inacabada del euro» se remonta al año 1999 y a la entrada en vigor de la moneda única para explicar los antecedentes de la crisis actual. Es en ese momento cuando, al desaparecer las monedas nacionales, los estados pierden un resorte esencial para implementar sus políticas económicas. Un ejemplo de esta mengua es la transferencia de soberanía en política monetaria de los estados al Banco Central Europeo.
Una década después, subraya Pedro Montes, «se da el caso de economías con grandes excedentes en la balanza exterior y otras que acumulan un enorme déficit, como Portugal, Grecia o España». «Este déficit exterior es el gran problema». A pesar de esto, «todos los economistas y sabios alardeaban hace diez años de que el euro era un descubrimiento maravilloso».
Montes denomina «la borrachera del euro» a este consenso casi absoluto en torno a la moneda única, sólo diluido al estallar la actual crisis financiera. Es en este momento cuando «se pone en solfa todo el sistema financiero y aparecen unos niveles de endeudamiento que no hay manera de resolver».
Hace seis meses, Paul Krugman ya señaló las dos vías que se les ofrece a los países europeos, entre ellos España, para resolver su déficit exterior y, en definitiva, superar la crisis. La primera, de carácter neoliberal: un ajuste interno de enorme dureza que implique reducir costes y salarios y, de este modo, ganar competitividad. Y, como segunda opción, una devaluación monetaria, ahora imposible por la existencia del euro. Pero, señala Montes, «romper con el euro es imposible» en el actual marco de la unión económica y monetaria.
El economista andaluz insiste en que la clave del problema radica en el déficit exterior (deudas de unos países frente a otros). Pero los gobiernos han trasladado a la opinión pública que la fuente de los males es únicamente el déficit público interno, «cuando este es sólo una parte, y ni mucho menos la más importante, de los desequilibrios actuales».
Una vez mentada y vendida la bicha, el endeudamiento público, sólo queda proponer el ajuste como única salida. Un ajuste que, como señala Montes, en España recaerá en «aquéllos que no han causado la crisis pero que la van a pagar, es decir, la clase trabajadora». «Los recortes de pensiones y sueldos de funcionarios pueden suponer como mucho ingresos de 15.000 millones de euros». «Es el chocolate del loro», concluye Montes, «además de que lo único que se consigue es deprimir aún más las economías».
Si existe una evidencia es que la salida a la crisis está suponiendo una vuelta de tuerca neoliberal. Por eso Montes expresa sin vacilaciones su pesimismo. «La burguesía está aprovechando la crisis para apretar todo lo que pueda y emprender reformas como la del sistema laboral o el sistema de pensiones,» que en España tendrán efectos particularmente graves. De hecho, aunque la crisis se inscribe en un contexto general, es en el estado español donde se baten registros como el de 4,6 millones de parados.
Por último, Montes alerta sobre la información, más bien la propaganda, que envuelve todo el escenario financiero internacional y ante el que la ciudadanía se halla a menudo inerme. «El sistema financiero es como un castillo de naipes. Se basa en la confianza y en que la gente se lo crea. Por ejemplo, cuando se habla de un fondo de rescate de 750.000 millones de euros para las economías en crisis es pura propaganda. Ese dinero no existe. Son faroles y cortinas de humo. Por eso hay que leer las informaciones con mucha cautela».
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