«Los ricos, al fin y al cabo, son una invención nuestra, ellos no son nada sin nosotros»
El compromiso en la lucha por la dignidad de su familia y de los trabajadores es una lección que José Campaña, al que se ha llamado El caminante obrero, suma a las que el movimiento obrero ha escrito. Ha venido desde Mairena de Alcor, provincia de Sevilla, andando hasta Madrid para ponerse delante del Congreso de los Diputados y exigir así el derecho al trabajo que se lee en la Constitución monárquica. Le podemos encontrar todos los días de diario y mientras los diputados permanezcan en el interior de esa casa, que está en la calle denominada Carrera de San Jerónimo, que tiene leones de bronce en la puerta y guardias armados. Quizás sea el primero, en esta crisis, de los que van a llegar a la capital del Estado no para pedir limosna en las calles, sino para protestar contra los atropellos de la gran burguesía y la aristocracia, que cuenta, como parte de su ejército, con la mayoría de los administrativos que utilizan el eufemismo de diputados. Aquí se trascribe la narración oral que hizo de su andadura para rebelión.org José Campaña, El caminante obrero.
¿Quién eres tú, José Campaña?
Soy un simple ciudadano del pueblo, un obrero, que ante la indignación que causan las medidas de este gobierno cicatero, embustero, que ha tomado contra los trabajadores, quise ejercer mi acción de protesta andando desde Mairena de Alcor a Madrid para exigir mi derecho al trabajo, el derecho de mi familia a vivir dignamente.
Mairena de Alcor ¿dónde está situada?
Mairena de Alcor está en la campiña sevillana, junto al Viso y Carmona y a unos 10 kilómetros de Sevilla. Tiene 20.000 habitantes, el Ayuntamiento lo gobierna el Partido Español, porque se le ha caído la S y la O.
Decías que eras jardinero y ahora ¿no tenías trabajo?
Llevo ya unos diez años fuera de Sevilla, estábamos viviendo en el Poniente del Egido y al nacer nuestro hijo decidimos volver a Sevilla, y en vez de en Sevilla, que tenía los pisos muy caros nos compramos una casa en Mairena del Alcor, y llevamos dos años y medio viviendo allí.
En El Egido, en Almería.
Y te fuiste pensando que en Sevilla podías encontrar trabajo.
Bueno, yo fui despedido de una subcontrata del Sur por defender los derechos de mis compañeros y los míos, organizar elecciones sindicales, y decir y decir las cuatro verdades en voz alta. Despidiéndome a mí acallaron las voces de otros.
En la situación actual ya no has podido encontrar trabajo…
No. Solo esporádicamente. Desde el 2007 he trabajado 3 meses en una empresa, un mes en otra. En el Ayuntamiento de Mairena de Alcor. Cuando me empadroné y me inscribí en la Oficina de Empleo me dijeron que había un déficit de jardineros y me contrataron, pero el Ayuntamiento de Mairena del Alcor no respeta los derechos del trabajador en absoluto, desde no entregar unos miserables guantes, uniformes, las medidas de seguridad no es que sean escasas sino que son inexistentes, y al exigir mis derechos ya tengo un gran veto y a mí no se me contrata aunque sea jardinero, prefieren contratar a alguien que no conozca el trabajo. La última vez que he trabajado ha sido la mitad de agosto y la mitad de septiembre, y en estos 3 últimos años he trabajado cuatro meses, desde el 2007. El ayuntamiento hace contratos de un mes o dos para que la gente siga votando y así los tiene un poco amarraos.
¿Cuándo tomaste la decisión de venir a Madrid andando?
Ya lo tenía pensado, en principio me iba a encerrar en el Parlamento y leer un escrito que esta dedicado a sus señorías, pero no fue posible, y al verme un poco las puertas cerradas intenté acampar enfrente del Parlamento, pero me iban a quitar la tienda de campaña y me iba a ver indignamente sentado en un poyete y por eso decidí que sería más digno ir andando hasta la Sala de la Vergüenza que también le llaman Congreso, donde se reúnen los ladrones del pueblo y toman medidas agresivas contra el pueblo soberano, aunque para ellos solamente es soberano para votar y no para decidir acciones en beneficio del mismo.
¿Cuándo saliste?
El día 18 de Octubre.
Y ya estamos acabando noviembre. ¿ Por dónde has pasado y cómo te han recibido?
Pasé muy temprano por El Viso Carmona, llegué a Lora del Río, de Lora del Río llegué a Peñaflor, donde el compañero Benjumea al ver que no podía descansar en la sede
¿Qué sede?
De Izquierda Unida, yo soy de Izquierda Unida y del Partido Comunista de España, pues me acercó hasta Palma del Río y me pagó una pensión. De Palma del Río al día siguiente comencé andando pero tenía un tobillo muy mal y tuve que esperar desde las 6 de la tarde hasta las 12 y pico, hasta que me pudieron llevar al Centro de Salud y vendarme el pie, y de ahí fui hasta Posada, donde los compañeros me atendieron muy bien, me dieron un bocadillo porque también allí están bastante mal, hay familias en que están en el desempleo los dos. Esa noche dormí en un sofá viejo pero descansé muy bien porque ese sofá estaba lleno de dignidad y solidaridad. Al día siguiente salí hasta Villa Rubia, allí me recibió Manuel Baro, que es el cura del Villa Rubia, que tiene como cruz de Cristo un tapiz con el poema de Bertolt Brecht que empieza «Primero vinieron por los comunistas, …» En Villa Rubia me pagaron una pensión Manuel y los compañeros y al día siguiente salí hasta Córdoba porque tenía los tobillos bastante mal, donde me recibió el coordinador general de Córdoba, y me consiguió un alojamiento en un albergue social, y de Córdoba me fui hasta Pedro Abad, a unos 30 kilómetros, donde me recibió Julián, un camarada ya viejo pero con mucha energía, me pagó una pensión, un almuerzo, una cena y un desayuno, estuvimos hablando de cómo está la situación, de lo que se hacía antes, cómo antes se peleaba, y ahora parece ser que la calle está muy fría, o hace mucho calor, o llueve, y se pelea desde los despachos, pero que antes teníamos mejores resultados porque antes se peleaba desde la calle. Al día siguiente salí desde Pedro Abad hasta Villa del Río, donde me recibieron los compañeros, me pagaron un hostal, pude descansar, y al día siguiente por la mañana salí hasta Viruja, por la autovía, pero faltando dos kilómetros para llegar a Marmolejo me paró la guardia civil y me dijo que por la autovía no podía andar, yo le dije que por la vía de servicio desaparecía y no estaba asfaltado del todo, hay tramos de piedras y yo tenía los pies en carne viva en ese momento, supurando sangre, y no podía andar por allí. Ellos me dijeron que saliera en la salida de Marmolejo, pero no les hice caso y seguí adelante. Seguí adelante y cuando estaba subiendo una cuesta de la autovía, me faltaban 5 kilómetros para llegar a Andujar vino la pareja de la guardia civil y me multó. Y les pedí que por favor ya que me habían multado que me dejasen llegar hasta Andujar que me estaban esperando y me quedaban solo 5 kilómetros, pero ellos dijeron que si seguía andando me detenían por desobediencia, me podían una denuncia al juez y entonces era cuando iba a tener verdaderos problemas, y además si tuviese los pies en carne viva, supurando sangre, no andaría tan ligero, yo le dige que no me quitaba las botas porque cuando me muera lo único que me llevaré será mi palabra, que me diera la vuelta, y me volví para atrás, y volví para atrás muy mal, tuve que hacer 3ó 4 kilómetros cuesta arriba para el pueblo; me llamó la compañera de Andujar y llamó a los compañeros de Marmolejo, me recogieron, me llevaron al hospital, me curaron durante dos días, me cuidaron, me dieron ánimos, los llevo desde entonces en el corazón, tomaron esto por Internet, me ayudaron a realizar una nueva ruta. Tengo que darle las gracias a la pareja de la guardia civil que me multó, me hizo andar para atrás y así conocer a los compañeros de Marmolejo, y gracias a ellos lo tomé con muchísima más fuerza. Estuve dos días descansando en Marmolejo y luego me llevaron hacia Montoro, donde ya tomé la nacional 420 ó 421, dirección Cardeña, atravesando Sierra Morena. Hice 34 kilómetros hasta Cardeñá, cuesta arriba, un puerto muy fuerte, donde me recibió un compañero del Partido, Juan Olías Santiago, me llevaron agua cuando ya faltaban pocos kilómetros porque se me había acabado, y me recogió en su casa. Después, al día siguiente salí hasta Fuencaliente, donde el compañero Olías lleva el mantenimiento de un hotel, y había hablado con el dueño para que pudiera descansar que él ya se apañaba con él. Hice 22 kilómetros hasta Fuencaliente y el dueño del hotel al conocer mi historia había tomado la decisión de ayudarme y llamar a los medios de comunicación, y me puso en contacto con el diario La Tribuna, con Televisión Castilla La Mancha, me atendió muy bien, con mucha elegancia, con mucha dignidad, me dio una cena muy especial y su cariño. Al día siguiente salí de Fuencaliente, estaba lloviendo, tenía que hacer 38 kilómetros y medio hasta Brazastortas, cruzar tres puertos, atravesar el Valle de Alcudia, y no paró de llover en todo el camino, estuve 9 horas sin parar bajo la lluvia. Por lo menos Mateo no se quedó tranquilo y cuando iba hacia Andujar se volvió para atrás y miró a ver cómo estaba, me llevó agua, y cuando faltaban 6 kilómetros me llevó fruta, se ofreció a llevarme en la furgoneta y le dije que no, que lo tenía que hacer andando y si quería hacer algo por mí que me llevara los últimos 6 kilómetros la mochila. Allí no pudimos contactar con los compañeros, estaba empapado, cansado, y decidimos volvernos a Gardeña y alojarme en su casa. Allí pasé la noche, me lavaron la ropa, y al día siguiente volvimos en coche hasta Brazastortas, pero seguía lloviendo y no habíamos contactado con nadie, entonces era complicado seguir, tuve que parar un día más. Al día siguiente ya pude emprender camino desde Brazastortas a Puertollano, y mientras yo iba andando los compañeros Juan, Elías y Santiago fueron a buscar la sede de Puertollano para contactar con alguien. Faltándome 2 kilómetros llegaron los compañeros y Juan Manuel, del Partido Comunista, un hombre ya mayor, veterano, que se bajo del coche y se quedó en el arcén como petrificado, con las lágrimas saltadas, me abrazó y me llevó a su casa donde me trataron como si fuera un hijo más, su mujer, sus hijos, todos de pensamiento único como tiene que ser un trabajador, como tiene que ser, de izquierdas porque es la única voz. Me atendieron muy bien. Al día siguiente, de parte de la Agrupación me dio 200 euros porque dijo que a partir de ahora no me iba a encontrar ninguna sede y me pudiese alojar en alguna pensión. De Puertollano tiré hasta Ciudad Real, creo, olvido las cosas, donde me recibieron los compañeros de Ciudad Real y me alojaron en un hotel, hotel Paraíso, y luego estuve con Pedro Mellado, con Mamen, dieron también más fuerza a la publicidad en los medios de comunicación, estuve con ellos charlando, hablando del tema, mentalizando, en todos los sitios donde he ido hace falta que se mueva la gente que está parada, y que el Partido, Izquierda unida, salga a la calle porque es la única esperanza que tiene el pueblo, y desde los despachos no se oye porque las paredes están muy acolchadas, sino sale a la calle esto va a seguir cada vez peor. Después de Ciudad Real salí hasta Fuente del Fresno. El compañero Pedro Mellado fue para allá para ver el terreno y no había alojamiento allí, no había sede, entonces hablaron con la alcaldesa para que me dejaran dormir en un sitio y me dejaron en el Pabellón Polideportivo. Me llevaron agua, fruta y ya me lo dijeron. Llegué extenuado al ayuntamiento, por la tarde, fueron 36 kilómetros y cuando llegué al Ayuntamiento le dije al municipal que si le habían informado, me dijo que no sabía nada. Los compañeros habían dejado cosas mías ahí y le digo bueno déjeme hablar con la alcaldesa que es para dormir en el Pabellón, dice, bueno pero el Pabellón esta en aquella calle, era una calle muy larga, cuesta arriba, yo ya estaba muy mal, no podía ni estar de pie; después le dije que si me podían acercar, y el policía me dijo que si no había más remedio, yo le dije que si no había más remedio yo iría como fuera, pero se levantó y me llevó. Aquello estaba cerrado, allí no había nadie, al rato vino el encargado, un monitor deportivo, que me vio, me miró, no me dijo nada, abrió la puerta, y siguió con sus actividades. A los 15 minutos decidí levantarme y entrar en el Pabellón, y al ver que me levantaba dijo con usted hablo ahora, en voz alta, y yo me puse de pie, erguido y con las orejas levantadas como si, y ya se puso más suave, me dijo que sí, que iba a dormir ahí, pero que hasta las 9 y media o las 10 de la noche que no acabaran las actividades yo no podía ponerme a dormir, y tuve que esperar, me tomé un café en el bar de enfrente donde la gente que cuidaba el bar me cuidó también, solo me cogieron por la comida 5 euros, me dieron leche con cola cao para el día siguiente porque decían que me quedaba un recorrido muy duro, y me fui a descansar cuando me dijo el monitor que ya podía, le solicité la llave que me habían dicho que me iban a dejar pero no me la dejó. Al amanecer del día siguiente fui a la salida de emergencia pero estaban bloqueadas y no pude salir. Salí ya tarde y tiré para los Yébenes, había un cartel que ponía 42 kilómetros, pero luego descubrí que había 3 más de entrada al pueblo y otros 3 para subir hasta donde estaba el hostal. 48 kilómetros y en el camino no había ni una gasolinera para poder rellenar agua. Llegué al hostal donde me había reservado Damián, de Izquierda Unida de Toledo, que había estado llamándome por el camino haber cómo iba. Allí descansé un poco, me quité los calcetines que estaban llenos de sangre, me curé los pies y me duché, y luego vino el compañero Damián a cenar conmigo, me organizó la ruta, me dijo por donde tenía que tirar hasta Sonseca, creo, donde ya me había elegido un hostal para descansar y estuvo llamándome, y de Sonseca llegué a Toledo donde me recogió el compañero Damián, allí estaba Jorge también del Partido Comunista, que estaba en una asamblea de alcaldes pedaneos, y me recibieron con mucho cariño, muchos aplausos, muy emotivo; allí estuve descansando con los compañeros. Al día siguiente se hizo una rueda de prensa, primero en la sede y luego en la oficina de desempleo, de donde hay unos vídeos grabados y no sale como los periodistas estaban llorando. Seguí desde allí hasta Cabañas de la Sagra, pero ya tenía que tirar por caminos de ovejas y debí andar mucho, dar un rodeo muy grande. De Cabañas de la Sagra fui a Villaluenga donde los compañeros de Izquierda Unida me consiguieron un sitio en el que dormir y me dieron de comer. Desde allí llegué hasta Getafe, se me olvida algún sitio pero no recuerdo ahora el nombre, en Getafe llegue a un punto en el que no podía seguir circulando por la autovía, no podía cruzar, entonces el compañero Andrés, del Partido Comunista de Getafe, que estuvo llamandome en todo momento, ya vino a recogerme, me dio un abrazo y, ya me tenían resevado un hostal, y como siempre mucho cariño, mucho apoyo, por la tarde comí con él y luego vinieron los compañeros, la compañera Feli, Lola, Julio, Ignacio, y perdón si se me va algún nombre, donde ya organizamos la entrada a Madrid. El viernes y se llamó a los medios. Como en todos los sitios estuve con los compañeros , comiendo, hablando y, bueno, cómo me han tratado, como si fuera un recién nacido que llega a sus brazos y lo miman. Decidimos salir el viernes, venían unos cuantos compañeros andando, llegamos al Congreso, se leyó el escrito en la calle, nos echaron de la acera, que nos fuéramos a la de enfrente, allí estaba la agencia Efe y varios medios de comunicación, y una vez leído entramos con Centella a registrarlo, también estaba Arregui, de Izquierda Unida de Sevilla, mi amigo y compañero Carlos Copete, de Mairena de Alcor, primer apoyo que tuve, quien me puso la mochila y los botines, y me puso en la carretera y ha estado siguiéndome por Internet y por teléfono y luego fue a Madrid a recibirme. A partir de registrar el escrito, desde el lunes estoy frente a la puerta del Congreso.
¿Ha venido algún diputado a decirte algo? ¿te han dado los buenos días?
No, no, no, pasan. Hay días que he estado diez horas porque venían por la tarde. Un día fue muy duro, no paraba de llover y estaba allí parado, me puse chorreando, pero a ellos les da igual. Ese día vino Feli, vino su marido también, y salía el Ministro de Trabajo y Feli lo llamó, que le iba a presentar a un compañero, me lo presentó que esta parado…, lo cogió Feli y le dijo ¿tienes un minuto que te voy a presentar a un compañero de Medina de Alcor que ha venido andando? Está parado, se acercó muy condoliente y me preguntó si estaba cobrando el desempleo, no, que lo había agotado y que cobraba 420 euros, y me rectificó y me dijo que eran 26, yo le dije que a mí se me quedaban en 420 pero que era lo mismo que no importaba, que había venido andando para exigirle al gobierno mi derecho al trabajo y el derecho de mi familia a vivir con dignidad, yo no he venido a llorar a nadie ni a decir lo poco que dan, que no se puede dar al pueblo 420 euros y a la familia real 9.000.000 de euros, a la iglesia 10.000.000.000 de euros, que ellos no están ahí para hacer lo que les de la gana, igual que el panadero hace el pan, el mecánico arregla coches, otro limpia, ellos están para administrar y organizar para el pueblo y no para el 10% de la población porque es el pueblo el que crea la riqueza del país, no los otros, entonces ya empezó a darme una cifras extrañas de lo que estaban dado para el desempleo, y me hizo una comparación diciendo que hace 25 años en su pueblo había una familia que vivía en un pajar, entonces el veía como vivían en esas condiciones, allí había paja, burros, otros animales, en el techo había un agujero por donde desaguaba una chimenea, y entonces le preguntó a su familia ¿cómo es que ésta gente vive en esas condiciones? Y le contestaron: hijo estaban en la calle, ahora por lo menos tienen un pajar; hizo un paralelismo con los 420 euros. Qué vergonzoso, me pareció vergonzoso, y desde entonces estoy enfrente de ese edificio.
¿No se ha acercado ninguno más?
No, no se han acercado. Desde Llamazares se le ha hecho al presidente de gobierno una petición formal para una entrevista, de momento no me han contestado. Ellos están ahí con sus triquiñuelas.
¿Qué tienes previsto hacer?
Seguiré haciendo lo que estoy haciendo, permanecer enfrente, de pie, con la cabeza alta.
¿De qué hora a qué hora estás?
Suelo ir desde las 8 de la mañana hasta las 2 de la tarde, y cuando trabajen por la tarde estaré desde las 8 de la mañana hasta que terminen de trabajar. Uno de estos días estuve desde las 8 hasta las 2 que se fueron y luego desde las 4 hasta las 9.
¿Hay algún compañero que te acompañe?
El otro día vino un camarada de Villanueva de la Sagra, y sí, han venido más, aunque imagino que unos tendrán que trabajar, otros tendrán que estudiar, y bueno, aunque estoy solo frente a ese edificio en realidad no estoy solo, yo llevo en el corazón a todos y cada uno de los compañeros y compañeras que me han apoyado en el camino y que me están apoyando aquí en Madrid. En realidad aunque parezca que estoy solo no estoy solo, tengo mucha fuerza porque hay mucha gente detrás, y sobre todo esta mi mujer y mis dos niños.
¿Cuánto tiempo vas a estar en Madrid?
No tengo tiempo, hasta que se cumpla sobre mí el derecho al trabajo y a que mi familia pueda vivir dignamente, no tengo marcha atrás. Yo voy a ir a cada uno de los actos y reuniones que se hagan para que quede patente el compromiso de ayudar a los que vayan saliendo a la calle y para ir a buscar a otros y hacerles ver que hay apoyo, que hay una voz que los representa, que tienen que entender que se tienen que movilizar, que la situación es muy grave, se le está cortando la luz a la gente, los están echando de sus casas, no tienen para comer, creo que ya se han creado las necesidades suficientes para que la voz salga a la calle, se dejen los despachos, se dejen los sillones, salgamos a la calle que es donde está el pueblo.
Vamos a mirar un poco para tu vida, tus padres ¿qué eran? ¿dónde vivían?, ¿tu dónde viviste?
Mi infancia fue normal, como la de cualquier toro ciudadano de esa época en la que los recursos económicos eran muy escasos.
¿Cuántos años tienes?
Cumplí 45 el viernes 19. Yo he llevado una vida como la de cualquiera, con las deficiencias que se tenían, unos más otros menos, siempre con deficiencias contra las que siempre me he rebelado.
¿Dónde naciste?
Yo nací en Sevilla y7 viví en la Alameda de Hércules, en un patio de esos antiguos, había un salón, había una cocina que era un agujero para meter cuatro palos de leña, no había water, había una habitación donde dormíamos todos, tengo un recuerdo que aunque parezca mentira es grato, cuando llovía recuerdo a mi familia que tenía que poner cacerolas y cubos para las goteras, porque había muchas, y me era agradable el sonido del agua cayendo en los cacharros. Un día lo dieron por ruina, y el que tuvo para dar la entrada para una casa se fue y el que no nos mandaron a un refugio que se llamaba Las Corchuelas, que por lo visto fue un campo de concentración donde tuvieron a los presos en la época de Franco y los obligaban a trabajar haciendo el Canal. Eran cuatro paredes con un techo de Uralita, sin suelo, y con poco más. De ahí, cuando pasó un tiempo se hizo un barrio en Sevilla que le llamaban Las 3000 viviendas, y nos encontramos con los mismos problemas que nos encontramos al principio, el que tenía dinero para la entrada cogió un piso y el que no pues tuvo la posibilidad de hacer un cambio con otra persona, entonces nos cambiamos a una barriada que se llamaba Los Pajaritos, las viviendas típicas que hacía Franco con 37 metros cuadrados, donde yo me crié, hasta ahora que he estado muchos años trabajando en el campo, recolectando en muchos sitios, en Lanzarote …, hasta la fecha.
¿Cuándo tomaste conciencia de que había que organizarse, defenderse?
Desde que tenía 6 años. Yo iba a clase de catequesis y el cura intentaba explicarme que existía Dios, claro yo hacía preguntas que él no me contestaba, y entonces a cada contestación hacía otra pregunta porque no me aclaraba nada, hasta que al final me dijo que como no tenía fe en Dios no podía hacer la comunión, y yo le dije que no se preocupara que yo me iba a tomar la galletita y que iba a hacer la comunión también. Siempre me he rebelado contra lo que he creído injusto, cuando han pegado a un compañero…, siempre he defendido mis derechos porque entiendo que no tienen por qué pisotear los derechos humanos. Es el trabajador el que genera la riqueza y no tienen por qué faltarle al respeto. Mi vida ha sido siempre un despido improcedente por defender mis derechos. En una sociedad democrática, en un estado de derecho, cuando los derechos son meras manchas de tinta en un papel porque los gobiernos que hasta ahora han estado no se han preocupado de crear los mecanismos necesarios para defender esos derechos, ahora mismo es como si no existieran, son mentira. Y bueno, seguimos peleando porque entiendo que tengo que defender los derechos de mi hijo, su dignidad.
¿Cuándo empezaste a trabajar?
Yo empecé a trabajar con 9 años, fregando platos en un bar. Luego estuve cogiendo uvas con 12 ó 13 años, me fui solo. Luego estuve en ese bar otra vez, que estuvieron a punto de embargarlo porque el dueño era alcohólico y…; cuando llegaba la hora de cerrar venía siempre el hijo del dueño con sus amigos, y el compañero mío siempre me decía por las tardes : ya mismo va a llegar el hijo del dueño y va a liarse a pedir una tostada, me agobia, que si esto y lo otro… todos los días,…, yo le dije que cuando llegara que se metiera en la cocina que yo le iba a servir. Llegó, me pidió un café, me pidió una tostada, le dije que estábamos cerrando, que el tostador estaba limpio y que ya no podía ponerle ninguna tostada,. Entonces me dijo que al hijo del dueño le iba a poner yo una tostada, y le dije que ni al hijo del dueño ni al dueño. Me dijo que cogiera mi dinero y me fuera, cogí mi dinero, y vi a mi compañero que volvió la cabeza y se metió en la cocina y se quedó trabajando. Y esa ha sido la historia que siempre he tenido, y que siempre, me parece a mí que tendré, porque seguramente estaré infectado por algún virus extraño que me impide callarme.
Y eso ¿con cuántos años fue?
Con 13 y algo, 14.
Ahora mismo ¿de qué vive la familia?
Vivimos de los 400 euros y de lo que cobra mi mujer de desempleo, no vivimos, subsistimos como mucha gente que hay, no podemos pagar la luz, ni otros gastos, la comida es demasiado cara, cuando llega el invierno a tu hijo se le ha quedado la ropa chica y no se la puedes comprar. Entonces, ante este abuso, ante este atropello, entiendo que es un atropello, no me ha quedado más remedio que rebelarme harto de echar curriculum, no había otra opción, no me voy a quedar allí sentado con los brazos cruzados, y de nada sirve arrastrarse en esta vida porque cuanto más te arrastras más te pisan, lo único que consigues es media aspirina de un mes de trabajo que te hunde más en la miseria, y decidimos, mi familia y yo, que aunque fuera muy duro teníamos que hacerlo para levantar un poco la conciencia de la gente y decirle a todos los camaradas y compañeros del Partido y de IU que ya es hora de salir a la calle porque la situación es bastante desesperada, aunque no se conozca, y no se conoce por toda la gente que esta pasando por esta situación, y se encarga de taparla porque siente vergüenza de que se conozcan las condiciones en las que viven, cuando los que tienen que tener vergüenza son los del gobierno que son los culpables, el gobierno es el que ha creado y el que alimenta esta situación, no ellos, se tienen que levantar, la gente tiene que espabilar y darse cuenta de que somos nosotros los que creamos todas las cosas que hay a nuestro alrededor, y que los ricos, al fin y al cabo, son una invención nuestra, ellos no son nada sin nosotros, y si nosotros paramos se para todo.
Muchas gracias José Campaña por tus palabras para rebelion.org
Ramón Pedregal Casanova es autor de «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios», editado por Fundación Domingo Malagón y Foro por la Memoria ([email protected])
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