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Entrevista a Martxelo Otamendi director del periódico Berria y del ilegalizado Egunkaria.

«Al Gobierno se le está agotando la fase en que la mano dura funciona electoralmente en el Estado español»

Fuentes: La Hiedra/L'heura

El poceso de paz que está teniendo lugar en Euskal Herria, depués del comunicado de tregua por parte de la organización armada ETA, está claramente fundamentado en el giro estratégico de la Izquierda Abertzale política y social. La Hiedra/L’heura, revista anticapitalista editada por En lucha/En lluita, ha hablado con Martxelo Otamendi, director del periódico Berria […]

El poceso de paz que está teniendo lugar en Euskal Herria, depués del comunicado de tregua por parte de la organización armada ETA, está claramente fundamentado en el giro estratégico de la Izquierda Abertzale política y social. La Hiedra/L’heura, revista anticapitalista editada por En lucha/En lluita, ha hablado con Martxelo Otamendi, director del periódico Berria y del ilegalizado Egunkaria.

El anuncio de ETA de declaración de un alto el fuego permanente y verificable internacionalmente era una noticia esperada. ¿Cómo valoras las reacciones que este hecho ha provocado entre las organizaciones sociales, sindicales y políticas vascas?

Ha habido de todo. Algunos han valorado el comunicado de una manera positiva; otros de una manera positiva pero insuficiente; y otros de una manera muy negativa. Seguramente habrá distintos motivos para hacer tal tipo de valoraciones, pero me da la impresión de que muchas de esas valoraciones son rehenes de intereses electorales.

¿Qué significaría para el PSE y el PPE a nivel electoral un escenario de proceso de paz con la izquierda abertzale legalizada?

Es previsible que la izquierda abertzale, en un proceso de legalización, tenga una buena aceptación electoral, porque en las treguas anteriores ha tenido buenos resultados. Alteraría las falsas mayorías que ha provocado la aplicación de la Ley de Partidos y que dejó fuera de las elecciones a la IA en bastantes convocatorias electorales -la más clara las elecciones al parlamento vasco, donde se configura una nueva mayoría en el parlamento formada por PPE y PSE que no es la mayoría real de Guipuzkoa, Bizkaia o Álaba.

La mayoría aquí es nacionalista, y en condiciones normales la mayoría del parlamento también lo sería. Así pues, la IA desaparece de las instituciones. Habría que ver qué línea de pactos promovería cada partido, pero por lo menos habría una mayoría nacionalista en las instituciones. En los ayuntamientos se recuperaría una mayoría abertzale que ahora no hay por la aplicación de la Ley de Partidos.

El gobierno español y el PP, siguiendo en su línea habitual, han asegurado que el comunicado es insuficiente y que la estrategia de represión policial y judicial en el entorno abertzale seguirá. ¿Crees que podrán seguir con esta estrategia indefinidamente?

Ya me gustaría saber lo que, fuera de los micrófonos y focos, piensan y dicen en privado Rubalcaba y Zapatero del comunicado y de todos los movimientos que han precedido al comunicado. Tal vez nos lleváramos una sorpresa.

¿Qué crees que piensan? ¿Crees que el Gobierno espera conseguir rentabilizar políticamente el fin de la acción armada de ETA como consecuencia de la represión policial y judicial, menospreciando el papel de la izquierda abertzale?

Ya no repiten tan insistentemente que los movimientos de la izquierda abertzale no valen para nada, que no tienen credibilidad o que lo único que esperan es la tregua definitiva, el fin de la lucha armada, la disolución de ETA. Lo siguen diciendo, pero da la sensación que la valoración ya no es tan dura ni tan negativa. Una vez los mandatarios españoles hayan dado permiso, los dirigentes socialistas vascos (Patxi López y Rodolfo Ares) darán valoraciones más positivas respecto a la izquierda aberzale.

Antes decían que no creían a nadie y ahora han dado un paso mostrando confianza hacia la izquierda abertzale, sin creer a ETA. Ellos sabían que no podían mantener la actitud de no a todo y que ningún movimiento les importara lo más mínimo, sin valorar ninguna declaración que hiciera la IA ni, de una manera formal, a través de la presentación de proyectos políticos, o a través de entrevistas publicadas en medios diversos.

Al Gobierno se le está agotando la fase en que la mano dura funciona electoralmente en el Estado español. Llevamos un año y medio sin actividad por parte de ETA. El Gobierno y los jueces no pueden seguir actuando como lo hacían hace un año. Todo el mundo tiene que moverse y cambiar la estrategia.

Otra cuestión podría ser si el Gobierno calcula que podría rentabilizar el final de ETA, aunque fuera un final unilateral adoptado por parte de ETA; es decir, si en las próximas elecciones el PSOE presentara un candidato con ETA disuelta. Yo creo que esos cálculos también se están haciendo.

Sin embargo, Rubalcaba rechaza, al menos públicamente, la verificación internacional del alto el fuego indefinido. ¿Crees que la presión de los observadores internacionales podría cambiar la postura del Gobierno? Si no es así, ¿cuáles podrían ser los pasos para forzar al Gobierno a cambiar su posición?

Rubalcaba rechaza cualquier tipo de intervención internacional, porque no le hace ninguna gracia que lo que él considera una democracia consolidada en Europa -y que pretende ser modélica para muchos países de Sudamérica- necesite de la intervención internacional.

Las intervenciones internacionales con garantías, con observadores internacionales que internacionalicen el conflicto y que lo pongan en la agenda internacional, son muy habituales. Hay gobiernos como el de Honduras que aceptó la mediación internacional, o en el proceso de Irlanda del Norte. Pero a Rubalcaba no le hace ninguna gracia que haya mediadores, ni verificadores.

Yo creo que es importante que los haya. Este grupo de verificadores son gente de mucho prestigio en la política internacional. Es difícil decir a estos señores que aquí no se les ha perdido nada, que esto es una democracia formal y aquí las cosas las arreglamos nosotros dos. Bien es cierto que la verificación policial no hace falta que la hagan observadores internacionales; es leer todos los días los periódicos, escuchar la radio y ver la televisión para constatar que no hay atentados. Esa sería la verificación operativa. Otra cosa es la verificación de la voluntad de seguir así, y eso sí que requiere de encuentros con los mediadores con sus protocolos.

Rubalcaba dijo que la verificación operativa la hacen los jueces y la policía, pero bien, también la hacemos los ciudadanos. Todos somos conscientes que ETA no ha tenido actividad armada desde hace un año y medio. La verificación de la voluntad de llegar hasta el final solo puede ser a base de encuentros interpuestos con gente intermedia.

El motivo principal es que Rubalcaba no quiere que absolutamente nadie que sea de fuera medie ni entre en este conflicto, dice que ya se encargará la democracia española de solucionarlo.

El comunicado de ETA es fruto claramente de las posiciones defendidas por la izquierda abertzale desde hace tiempo. ¿Crees que la IA política ha tomado definitivamente la dirección del Movimiento de Liberación Nacional Vasco?

La izquierda abertzale lleva más de un año diciendo cosas referentes a la conveniencia o no de la continuidad de la lucha armada, que antes nunca había dicho. Dos frases de Rufi Etxeberria que pasarán a la historia: «La práctica de la lucha armada es incompatible con la estrategia de la izquierda abertzale», y «la decisión tomada por las bases de la izquierda abertzale en el proceso interno de reflexión vinculan a todas la organizaciones de la izquierda abertzale».

En una charla virtual con los lectores de uno de los diarios de mayor tirada del Estado español, Txentxo Jiménez ha especulado con la posibilidad de que un núcleo duro de ETA pudiera desentenderse del nuevo rumbo marcado por la izquierda abertzale y diera lugar a una especie de IRA auténtica. ¿Crees que eso sería posible?

No lo creo. Me da la sensación de que la izquierda abertzale está haciendo ese paso de una manera muy seria y con la convicción de que ese supuesto no se pueda dar. Eso sería una ruina para la IA en general, y creo que el motivo por el cual el proceso va tan lento es que hay que procurar que todos los organismos abertzales estén de acuerdo en la estrategia, aunque estos procesos siempre son lentos porque una organización armada que lleva funcionando tantos años tampoco se cierra en dos o tres días.

Pero el trabajo de la IA es un trabajo serio, de convicción y argumentación, y yo creo que la gente es disciplinada. No veo la posibilidad de que se pudiera dar esa especie de ETA auténtica. Aunque uno nunca sabe estas cuestiones cómo funcionan, yo creo que habrá dentro ETA la suficiente madurez para tomar todos una misma decisión y estar todos de acuerdo; siempre ha sido un grupo bastante disciplinado.

¿Qué diferencias observas entre la presente tregua y las anteriores?

La IA política ha llegado a esta tregua con una mucha mayor autonomía a la hora de plantear su estrategia, después de haber realizado una profunda autocrítica sobre cómo gestionó en 2006 el proceso de negociación de Loiola.

Se han planteado conquistas concretas a las que la izquierda abertzale aspire como objetivo en este proceso de paz?

Son la tabla de peticiones y exigencias del acuerdo de Guernika, donde por una parte el gobierno exige a ETA que mantenga la tregua y la haga definitiva y unilateral con la aspiración de ser irreversible y, por otra parte, se pide al gobierno español que respete las formaciones políticas, que se humanice la política penitenciaria y que la democracia funcione para todos. Son peticiones que están formuladas en un documento de Guernika que está firmado por la izquierda abertzale, Eusko Alkartasuna, Aralar y muchos organismos independientes. Son peticiones para que el gobierno español haga también por su parte algún gesto que muestre que están dispuestos a ayudar a que se dé el proceso.

No sólo es cuestión de pedir a la izquierda abertzale que condene a ETA y a ETA que se disuelva y por otra parte el Gobierno español no haga absolutamente nada, mire hacia otra parte como si este proceso no fuera con él o que no dependiera nada de la actitud que tome el Gobierno que este proceso funcione bien. Yo creo que son peticiones lógicas que se dan por la parte política abertzale que engloba más que la IA.

Hay presión hacia el Gobierno español para que dé esos pasos; gente importante como Jerry Adams y otra le está diciendo al Gobierno español que se mueva. Vamos a ver lo que dice desde Bruselas sobre estas cuestiones el grupo de mediadores que coordina Brian Currin. Si el gobierno español responde de una manera positiva, tiene que hacer gestos. Se lo está pidiendo el PNV también, y va a tener cierto acoso y presión para dar esos pasos.

En el comunicado, ETA afirma que los nudos del conflicto son la territorialidad y el derecho a decidir. ¿Te imaginas algún escenario donde estas cuestiones puedan ser resueltas y aceptadas tanto por el Estado español como por la mayoría social vasca?

Tanto la territorialidad como el derecho a decidir están en el epicentro de la solución del conflicto vasco. A nadie se le escapa que sin abordar estas cuestiones va a ser muy difícil resolver nada. Pero, como cualquier otra reivindicación, dependerá de la voluntad de los vascos y vascas la consecución de esos derechos y la posibilidad de ejercerlos. Si el Estado español no acepta ni estos derechos ni su ejercicio, será problema suyo; nadie en esta década podrá parar la voluntad de los vascos, siempre que sea expresada de manera mayoritaria, pacífica y democrática.

Las demandas políticas y nacionales, fundamentales en el discurso del movimiento de emancipación en Euskal Herria, ¿se ligan con la reivindicación de derechos sociales?

Hay una petición doble. La IA es abertzale y de izquierdas. En tanto que es de izquierdas, tiene un programa en este sentido. El pasado 27 de enero, que hubo una huelga general, quedó claro el apoyo de la IA junto con los sindicatos ELA y LAB, partidos políticos como Aralar, Eusko Alkartasuna y Alternativa.

Ante los recortes en los salarios o las medidas que se toman para paliar eso que llaman «la crisis económica» y todo lo relativo a alargar la edad de jubilación, la IA tiene una política muy beligerante y dura. Se han hecho ya tres huelgas generales en muy poco tiempo, que han tenido más éxito en unas zonas que otras pero creo que marcan claramente una opción de izquierdas y no se tragan el cuento de que los mercados y las entidades financieras exigen. Son cuentos que utilizan para aplicar políticas que si no no pueden aplicarlas.

Desde varios sectores de la izquierda, tanto dentro como fuera de Euskal Herria, se reclama al Estado español que la izquierda abertzale pueda presentarse a las elecciones municipales del próximo mes de mayo. ¿Crees que esto será posible? En caso de que finalmente no se puedan presentar, ¿qué efectos tendrá esto sobre el proceso de paz?

Es, desde cualquier punto de vista, fundamental que la izquierda abertzale pueda presentarse a las elecciones municipales y forales. No es una opinión política; es un derecho. Seguro que el Gobierno español pondrá todas las dificultades posibles para que no puedan presentarse; pero no creo que esté todo decidido. Todavía queda tiempo. La no presencia de la izquierda abertzale en las elecciones de mayo no alterará su decisión de seguir trabajando por el cambio de ciclo político-militar a otro exclusivamente político, ya que la apuesta no es electoral; es estratégica.

En anteriores treguas, la izquierda abertzale ha sido capaz de aumentar significativamente su base electoral y social. ¿Crees que en este caso también pasará? ¿Qué efectos tendrá en la configuración de movimientos sociales amplios de apoyo al proceso de paz dentro de Euskal Herria?

Hay bastante coincidencia entre los observadores del proceso en que en un escenario sin ETA, la izquierda abertzale, como planteáis en la pregunta, obtenga buenos resultados electorales, y en un futuro próximo recupere músculo sociológico. Ese vaticinio explica los nervios electorales de algunos partidos vascos.

En el pasado han surgido campañas de apoyo al proceso de paz fuera de Euskal Herria. Por ejemplo, la campaña «Sí al proceso de paz» en Catalunya. ¿Qué podemos hacer desde fuera de Euskal Herria quienes defendemos el derecho de autodeterminación del pueblo vasco?

Ayudar en la medida de vuestras posibilidades a socializar en vuestro entorno la conveniencia de que ese derecho sea reconocido, sin límite alguno en la ejecución, en las relaciones políticas de nuestros pueblos con el Estado español. La campaña que mencionáis en la pregunta es un excelente ejemplo de lo que se puede hacer.

Fuente: http://enlucha.org/site/?q=node/15698