El artículo «Tendrán su 11-M» es un alegato desgarrado en contra de la guerra. Si se expresa de modo apasionado es porque no surge únicamente de la razón, sino del dolor, de la indignación y el sentimiento de importencia de un ciudadano español, que ve como los diputados que hemos elegido democráticamente votan masivamente a […]
El artículo «Tendrán su 11-M» es un alegato desgarrado en contra de la guerra. Si se expresa de modo apasionado es porque no surge únicamente de la razón, sino del dolor, de la indignación y el sentimiento de importencia de un ciudadano español, que ve como los diputados que hemos elegido democráticamente votan masivamente a favor de una nueva guerra de rapiña. Todos aquellos que votan por la guerra o la jalean en los medios no tienen otro nombre: son criminales. Por muy respetable que sea su apariencia, su corazón esta podrido, endurecido.
Sólo alguien realmente malicioso puede decir que se trata de una amenaza, cuando precisamente estoy escribiendo en contra del 11-M, contra todas las matanzas de civiles inocentes que se han producido o que puedan producirse, en cualquier parte del mundo.
Es realmente triste darse cuenta de que tanta gente solo se ha quedado con el título, limitándose a proyectar sus prejuicios sobre un texto que ni siquiera han leído. Y ver como a partir de ahí se produce el linchamiento mediático de alguien que lleva años trabajando por la causa de la paz, del diálogo interreligioso, de la igualdad de género, de los derechos civiles de los musulmanes en España. Alguien que ha trabajado con el Relator de Naciones Unidas en contra de formas de racismo y es colaborador de la OSCE en materia de derechos humanos.
Los que se indignan por mi referencia al 11-M deberían darse cuenta de que aquellos que han traicionado la memoria de las víctimas del 11-M son los 336 congresistas que han votado por la guerra. Esta significará nuevas matanzas de civiles. Ese es el 11-M que tendrán sobre sus conciencias: cada bomba que mata a un civil es ya una reedición del 11-M. Hoy en día los mass media jalean esa guerra: ya tienen su 11-M. Son tan culpables de propagar la destrucción como aquellos que pusieron las bombas en Atocha, fuesen quienes fuesen.
Quien escribe esto no es más que un español decepcionado por ver como no hemos aprendido nada de las lecciones de Irak o Afganistán. La guerra no trae la paz, sino más guerra. La violencia penetra en las entrañas de las nuevas generaciones, condenándolas a repetir patrones heredados. El dolor generado por la guerra está más allá de todo dolor imaginable, es el mal absoluto, la expresión de todo lo peor de que es capaz el ser humano. El ver a sesudos analistas justificando esta barbarie repugna a cualquier ser humano mínimamente sano, capaz de compasionarse con el otro.
Este es el texto de un ciudadano indignado por la manipulación de las conciencias, por la prostitución de valores como la democracia, la libertad, los derechos humanos, la ayuda humanitaria… Todo es mentira. Vivimos en un circo de palabras vacías que apenas logra esconder la sordidez de un sistema que cabalga desbocado hacia la destrucción total.
Todo el mundo sabe que el motivo de esta guerra es el control del petróleo libio. Pues desde hace dos años pesaba la amenaza de nacionalización sobre las petroleras occidentales en Libia.
Dicho esto, quiero pedir perdón a todos aquellos que se hayan podido sentir ofendidos o heridos por la referencia al 11-M como medio de expresar mi indignación, especialmente a las víctimas y a sus familiares, a los que honro desde lo más profundo. No era esta mi intención.
Precisamente, es desde este profundo respeto hacia la memoria de las víctimas que considero un imperativo el grito en contra de la guerra, en contra de la manipulación de las conciencias, del engaño al cual nos han conducido. Pues el único modo posible de honrar a las víctimas de la violencia es el frenar esa violencia, empezando por nosotros mismos.
Por último, quiero agradecer a todos aquellos que me han enviado sus muestras de apoyo, ante el linchamiento al cual he sido sometido.
Os ha venido de Dios una luz
y una clara escritura divina,
por medio de la cual muestra Dios
a aquellos que buscan Su complacencia
los caminos que conducen a la Paz
y, por Su gracia,
les saca de las tinieblas a la luz
y les guía a un camino recto.
¡No a esta nueva guerra de rapiña!
Blog del autor: http://abdennurprado.