Con las cámaras como armas, el proletariado retrató su explotación y su miseria entre 1926 y 1939. Las imágenes se pueden ver en el Reina Sofía
Tras la revolución de octubre que alumbró la Unión Soviética y la Primera Guerra Mundial, el mundo ratificó el enorme poder de la imagen. Con los medios de comunicación de masas en su primer apogeo, estaba muy claro que una imagen valía más que un millón de palabras. Primero la izquierda soviética, y enseguida la alemana, reclamaron a los trabajadores que utilizaran la cámara como antes utilizaron los fusiles, demostrando que la fotografía era un arma poderosa, liberadora y cargada de futuro.
Legiones de proletarios y asalariados comenzaron entonces a testimoniar en imágenes su situación de precariedad, explotación y miseria. Fueron los primeros obreros de la fotografía. Ellos sentarían las bases de la fotografía documental y su desarrollo en la segunda mitad del siglo XX. Retratistas anónimos que escribirían la primeras líneas del ADN del documentalismo y darían la alternativa a profesionales y maestros llamados Cartier-Bresson, Robert Capa, Tina Modotti, Gerda Taro, Paul Strand…
De este proceso de ‘construcción’ de la fotografía documental desde la conciencia militante da cuenta la exposición ‘Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera 1926-1939’ que acoge el museo Reina Sofía. Es uno de los proyectos más ambiciosos de la era de Manuel Borja-Villel, director del museo, que ha asumido el reto planteado por Jorge Ribalta, el comisario. La muestra es más que exhaustiva y reúne un millar largo de piezas de autores anónimos y consagrados. Hay libros, revistas, películas y sobre todo instantáneas, en su inmensa mayoría copias de época, que rescatan la edad de oro de la maltratada y relegada fotografía obrera que permite escribir «otra historia de la fotografía», según Ribalta. Una era que se inaugura en 1926 cuando la revista alemana ‘AIZ’ (Arbeiter Illustrierte Zeitung, diario ilustrado del trabajo) pide a los obreros que documenten su situación en las fábricas y fuera de ellas mediante fotos. La idea da pie a la revista ‘Der Arbeiter-Fotograf’ y al movimiento Arbeiterfotografie (fotografía de los trabajadores) que según Borja-Villel «cambió el paradigma estético». Un espejismo que se apaga en 1939, cuando la derrota de la izquierda en la incivil guerra española y el ascenso del fascismo en Europa dan paso a un nuevo concierto internacional y a la Segunda Guerra Mundial.
Alto grado de denuncia
La exposición reúne en su primer tramo el trabajo de fotógrafos alemanes que rechazan el puro efecto visual en favor de una concepción de la imagen como arma en favor del socialismo. Se fija luego en la fotografía obrera en el resto de Europa y Norteamérica, con la constitución de la organización de fotógrafos obreros en Suiza, Estados Unidos, Francia u Holanda, además de un sinfín de revistas ilustradas inspiradas en ‘AIZ’ y vinculadas a partidos comunistas y socialistas, y círculos de documentalismo y fotografía social politizada.
Hay en este apartado fotos de húngaros, checos, eslovacos, austríacos, suizos, holandeses y británicos y de miembros de la Photo League americana, y de Tina Modotti, una de las fotógrafas con mayor visibilidad en las publicaciones del movimiento en Alemania.
España protagoniza el último tramo de la exposición a través de la experiencia del Frente Popular, con amplia documentación de la guerra civil. Aunque no existió aquí un movimiento de la fotografía obrera, proliferaron los fotógrafos extranjeros que trasladaron la praxis del movimiento a nuestro país. Hay imágenes de grandes fotógrafos documentales como Gerda Taro, Robert Capa, Chim, Andre Papillon, Henri Cartier-Bresson, Agustí Centelles, Eli Lotar, Margaret Michaelis, José Suárez, Josep Renau, Pere Català Pic, y de miembros de las Misiones Pedagógicas como José Val del Omar.
Las fotografías se agrupan por series y la muestra se complementa con abundante material documental, especialmente libros y revistas, además de seis filmaciones que retratan con crudeza las duras condiciones de vida y trabajo del proletariado alemán y belga y las manifestaciones obreras en España, Francia y Estados Unidos.
Fuente: http://www.hoy.es/v/20110405/sociedad/obreros-fotografia-20110405.html