El Mekong nace en la cordillera del Himalaya, en la meseta del Tibet a una altura de 5.224 m. Tiene una longitud estimada de 4.880 km. Su cuenca tiene una superficie de 810.000 km2 y su caudal medio oscila entre los 15.000/39000 m3 seg. Atraviesa seis países: China, Birmania, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam. Las […]
El Mekong nace en la cordillera del Himalaya, en la meseta del Tibet a una altura de 5.224 m. Tiene una longitud estimada de 4.880 km. Su cuenca tiene una superficie de 810.000 km2 y su caudal medio oscila entre los 15.000/39000 m3 seg. Atraviesa seis países: China, Birmania, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam.
Las extremas variaciones estaciónales en su caudal y la presencia de abundantes rápidos y cascadas en su recorrido han hecho muy difícil la navegación fluvial.
El río Mekong recibe en Vietnam el nombre de Cuu Long, que significa «el río de los nueve dragones». Este nombre se debe a que el río se dividía en nueve brazos antes de desembocar en el mar de la China Meridional. En la actualidad solo siete se conservan.
En su recorrido chino por la provincia de Yunnnan desciende unos 4.500 metros, lo que hace que su curso superior sea muy salvaje, con cascadas muy pronunciadas y rápidos que cruzan gargantas muy profundas. Ya en Laos son frecuentes también los saltos o cascadas, las más conocidas son las de KHONE, de una belleza extraordinaria y de una gran majestuosidad debido al gran caudal del río Mekong.
Todavía en Camboya es relativamente frecuente encontrar rápidos. Ya en la parte final del río, su velocidad disminuye, dividiéndose en dos brazos.
Cuando entra en Vietnam forma un delta con nueve brazos y una extensión de 40.000 km2 y unos 3.200 km de canales navegables.
El río Mekong es básico en la riqueza de la península de Indochina, pues proporciona alimento a más de cien millones de personas. Su principal riqueza son los arrozales, que son enriquecidos por el rico y abundante limo que transporta y que le permite obtener tres cosechas anuales, siendo Vietnam el segundo productor mundial de arroz. Pero esto se está acabando porque con la construcción de numerosas presas este limo no pasa y queda retenido en los muros de dichas presas, como sucede en otros países como China con las Tres Gargantas o en Egipto con la presa de Assuan.
El Mekong es el río del mundo que más recursos pesqueros tiene. Anualmente se pesca en sus aguas 2.600.000 tm. de pescado. Se calcula que alberga 1.200 especies de peces.
Entre ellas destaca la carpa siamesa del barro y la panga, especie esta que tiene una producción de un millón de toneladas al año. Se trata de un pescado blanco muy barato en los mercados europeos.
Otra especie destacable es el pez gato o siluro, que probablemente sea el pez de agua dulce más grande, alcanzando los 2,75 metros. También cabe destacar en este río el delfín beluga.
Se calcula que entre la pesca y las industrias que están relacionadas con ellas, mueven unos 7.000 millones de euros anuales.
Muchas de las especies que habitan el Mekong necesitan remontar su cauce para reproducirse. Pero con la construcción de tantas presas se impede este proceso, lo que provocara una reducción muy ostensible de peces. A ello hay que unirle, que las presas como ya hemos visto retienen sedimentos y otros componentes necesarios para la alimentación de los peces.
Los franceses intentaron a lo largo del siglo XIX encontrar una ruta navegable hacia China, pero fue imposible, al encontrarse con los rápidos de KRATIÉ en Camboya.
Dice la leyenda del río Mekong que cada uno de los dragones que forma su estuario es portador de una fuerza sobrehumana, capaz de crear y de destruir sus humores. Durante las temporadas estivales, el sol y el agua generan las mejores condiciones para que nazca y crezca una amplia diversidad de materias primas. Sin embargo, los inviernos lluviosos enfurecen a estos seres casi mitológicos y en su crecida puede arremeter contra todo lo que hallan a su paso.
Cuatro son las amenazas que acechan al río Mekong: la contaminación, la construcción de grandes pantanos, las técnicas de pesca empleadas que son muy agresivas y destructivas y la deforestación de grandes zonas de su cuenca.
La contaminación de este río es dramática. Laos, Camboya, Vietnam junto con la UNICEF después de estudios profundos de sus aguas han llegado a la conclusión de que 1,7 millones de personas se encuentran en riesgo de envenenamiento por arsénico, cuyas consecuencias a largo plazo son muy importantes pues ocasionan lesiones y cáncer de piel, entre otras enfermedades.
El 21% de la población vietnamita está expuesta a un nivel de arsénico más alto de lo permitido por la Organización Mundial de la Salud, que es de 10ppb (partes por mil millones). Este arsénico no se encuentra solamente en el agua subterránea, sino que también en el agua embotellada, el agua de grifo e incluso en el pescado que se come.
No existe ninguna política medioambiental en el Mekong, donde cada vez es mayor la contaminación de sus aguas por los efectos de los pesticidas y fertilizantes que tan abundantemente se utilizan en los campos de arroz.
La depuración de las aguas fecales de las ciudades y pueblos apenas existe. El nivel de contaminación es muy preocupante en los alrededores de las grandes ciudades y en el delta, llevando sus aguas altas concentraciones de fósforo y de metales pesados.
Junto a esto, ha aumentado mucho el nivel de amonio en sus aguas, siendo este en grandes concentraciones, un componente muy tóxico para el ser humano. Se ha desaconsejado la cría de peces destinados al consumo del ser humano, sobre todo en la zona del delta del Mekong.
El cambio climático se ha dejado notar mucho en esta región. El Mekong ha alcanzado su nivel más bajo en los últimos cincuenta años, produciéndose devastadoras sequías, con efectos muy duraderos en toda la zona.
Están previstas que se construyan quince grandes presas en la zona de China, su finalidad no es otra que la producción de energía eléctrica.
China ha entendido que el río Mekong, en la provincia de Yunnan, es la zona más apta para la construcción de presas, de las cuales ya cuatro están acabando de ser construidas y otras cuatro en proceso. Para el año 2030, tiene previsto otras siete presas más.
Ya fuera de China, hay previstas una docena de presas, ocho en Laos, dos en Camboya y otras dos en Tailandia. Veamos al menos el efecto de una de estas presas.
En Laos se está construyendo la presa de Nam Theun2, que ocupa unos 420 km2 y que afectará directamente a la vida de al menos siete mil personas. Esta presa proporcionará 1.070 MW de energía al país, que representa 1,5 veces la capacidad productiva de Laos, que es uno de los países más pobres del mundo. El 95% de esa producción se exportará a Tailandia. Este país, junto con Francia, lideran el consorcio de empresas que hacen esta presa y que es la mayor inversión de la historia de Laos con más de 1.000 millones de euros, de los cuales 180 millones provienen del Banco Mundial.
El impacto de la presa es innegable, pues reducirá sustancialmente la pesca en una amplia zona, aumentará la contaminación y muchas personas verán su forma de vida amenazada. La frondosa selva que la circunda se verá seriamente dañada así como su fauna.
El propio Banco Mundial en un estudio elaborado sobre esta presa, dice que, no puede considerarse ni buena ni mala. Es decir, que las multinacionales se llevan las grandes ganancias económicas y las pérdidas del ecosistema la sufren los lugareños.
En el año 1995, se creó la Comisión del Río Mekong. Esta Comisión ha desaconsejado que se construyan nuevas presas. Como dice Middletoing de la ONG Internacional Rivers «tienen que replantearse si su concepto de desarrollo es el más adecuado. No tienen en cuenta como la pesca afectará a sus economías, ni tampoco la seguridad alimentaría de los que viven del río. Más electricidad no implica necesariamente más desarrollo».
Unos sesenta millones de personas basan su vida sobre el río Mekong, pues su pesca les proporciona las tres cuartas partes de las proteínas que ingieren y su agua les da el arroz que comen.
El Panel Intergubernamental de Naciones Unidas para el cambio climático, valora que la cuenca del río Mekong será una de las zonas más afectadas por el calentamiento global. Consideran que el cambio climático de la zona, vendrá dado por el comportamiento distinto de las estaciones climáticas, siendo estas cada vez más extremas.
La revista Nature, en septiembre de 2010, analizaba que el 80% de las glaciares del Himalaya están en claro retroceso. La única duda que tienen se basa en la rapidez que tendrá este retroceso, pero coinciden en que el mismo acentuará la sequía.
El propio Ministerio de Agricultura de Vietnam, avanza que el delta del Mekong se encuentra en un nivel tan bajo que, una pequeña subida del agua anegará el 70% del delta y la sal hará infértiles los campos de arroz. Este bajo nivel del delta se debe a la acción de las presas, al impedir la llegada de los sedimentos que el río transporta.
No existe ninguna política medioambiental en el Mekong, siendo cada vez mayor la contaminación de sus aguas por los efectos de los pesticidas y fertilizantes, que tan abundantemente se utilizan en los campos de arroz.
Como vemos, el río Mekong es una muestra más del mal entendido desarrollo capitalista, lo único importante es el beneficio económico de las multinacionales y sus cuentas de resultado y donde los desastres medioambientales que crean no son valorados, como tampoco se valoran la vida de los lugareños
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