Il.lusió es la palabra catalana preferida del president Mas. Todo hay que hacerlo con ilusión. La segunda ha sido puesto en circulación por la vicepresidente de su gobierno. No ha sido un secretario de juzgado ni un indignado médico de la red pública ni un profesor de ciclos formativos del primer extrarradio barcelonés, como es […]
Il.lusió es la palabra catalana preferida del president Mas. Todo hay que hacerlo con ilusión. La segunda ha sido puesto en circulación por la vicepresidente de su gobierno.
No ha sido un secretario de juzgado ni un indignado médico de la red pública ni un profesor de ciclos formativos del primer extrarradio barcelonés, como es mi caso, que clama frente a los recortes de la enseñanza pública y las subvenciones a la concertada sino la vicepresidenta del gobierno catalán, la líder democristiana del partido confesional de Unió que hinchó su curriculum como prueba palpable e indusctible de su veracidad y honestidad políticas.
Joana Ortega compareció en la mañana de este martes pasado ante los medios. Que sí, que los jóvenes tienen razón, que está bien que protesten, que todo se puede entender, que la Junta electoral provincial no ha hablado hasta de desalojo, que todo el mundo tiene derecho a dar su opinión, pero -con énfasis: PERO- que la normativa actual impide las manifestaciones y concentraciones el día de reflexión y que, por tanto, si la junta electoral así lo estima (y, sin decirlo, ya moveremos los hilos que hay que mover para que sí lo estime), entonces, en ese caso, se actuará con contundencia. Tal cual.
Como se dio cuenta rápidamente que el inconsciente, la ideología o el autoritarismo democristiano le había traicionado, la vicepresidenta Ortega rectificó inmediatamente: contundencia quería decir aquí prontitud, eficacia. Digo diego donde dije hormiga. Felip Puig, el contundente conseller de Interior, ya actuará com cal cuando llegue el momento.
Pues miren, me voy a poner un poco chulo: a ver qué pasa, a ver si llega el sábado, la Junta dice lo que tenga que decir, y a ver si el gobierno catalán, emulando al gobierno de extrema derecha de Esperanza Aguirre, desaloja, nos desaloja con nocturnidad y alevosía.
Si recuerden bien, el 13 de marzo, también era un día de reflexión y las gentes tomaron las calles. Estábamos hartos de mentiras y manipulaciones. ¿Importó un pimiendo que fuera sábado, día de reflexión o que el cielo estuviera enladrillado o que lloviera en Huesca? ¿Verdad que no? Pues lo mismo
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