La semana pasada, la empresa TEPCO (Tokyo Electric Power Company) anunció que creía que el combustible del reactor 1 -y posiblemente también el de los reactores 2 y 3- se había fundido y se hallaba sobre el fondo de la vasija del reactor. Pero suponía que los trabajadores habían sido capaces de mantener el bloque […]
La semana pasada, la empresa TEPCO (Tokyo Electric Power Company) anunció que creía que el combustible del reactor 1 -y posiblemente también el de los reactores 2 y 3- se había fundido y se hallaba sobre el fondo de la vasija del reactor. Pero suponía que los trabajadores habían sido capaces de mantener el bloque fundido suficientemente frío para evitar que se fundiera también el fondo de la vasija.
Esta rotura del fondo de la vasija sería muy preocupante, pues permitiría que los gases altamente radiactivos procedentes del combustible salieran a la estructura de contención primaria (1). Es más, la masa de combustible fundido reaccionaría entonces con el suelo de hormigón de la estructura de contención primaria, generando todavía más gases radiactivos. Si estos gases escaparan a la atmósfera, bien fuera porque fuera preciso ventilar esta estructura o porque hubiera alguna fuga (que podría ser originada por la propia masa fundida de combustible), sumarían una importante cantidad de radiactividad suplementaria a la ya liberada a raíz del accidente.
TEPCO piensa que la fusión del combustible se produjo el 12 de marzo, un día después del terremoto. Si esto es cierto significa que, a pesar de los problemas que todavía persisten en los reactores, los trabajadores han logrado enfriar el combustible y evitar una rotura de los reactores durante más de dos meses.
El calor de desintegración generado por el combustible es un factor que podría provocar la rotura de la vasija del reactor. Este calor de desintegración disminuye con el tiempo. Al cabo de dos meses, el calor de desintegración desciende a alrededor del 30 % del nivel alcanzado en el momento de la fusión del combustible; al cabo de seis meses habrá descendido a menos del 20 % de dicho nivel y al cabo de un año será de alrededor del 10 % del mismo.
Lamentablemente no está claro cómo afecta la menor carga térmica del combustible a la probabilidad general de una rotura de la vasija del reactor, ya que esto depende de toda una serie de factores desconocidos, como la configuración actual del combustible y la posible corrosión de la vasija.
Al cabo de cinco años, que es el plazo después del cual se habla de trasladar el combustible usado a contenedores secos, el calor de desintegración habrá descendido a cerca del 2 % del valor inicial.
(1) Para conocer las distintas partes de un reactor , los peligros de contaminación y otras cuestiones relacionadas recomendamos el artículo «Preguntas y respuestas para entender el accidente» (actualizado el 3/4/2011): http://www.vientosur.info/documentos/1.1%20Crisis%20nuclear%20en%20Japon.pdf
Traducción: VIENTO SUR
Fuente: http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/?x=3956