Cuando La Banda Trapera del Río ha desaparecido definitivamente, Morfi Grei sale de las cloacas para sorprender con un arriesgado disco, ‘Cielos Movedizos’, junto a Electroputas.
Morfi Grei ha pasado por muchas vidas, y es en esta última en la que quizá más sorprenda. Se ha juntado con los electrónicos Electroputas, consiguiendo un disco claustrofóbico en el que el sufrimiento y la muerte campan a sus anchas. Charlar con esta última reencarnación de Morfi es toda una aventura en la que el personaje que inventó el punk (por lo menos su actitud) en España, vuelve crecido con la autoridad que le da ser un superviviente. Se hace difícil distinguir lo real de lo exagerado, así que cada cual juzgue:
A Morfi ya lo conocemos, ¿pero quienes son Electroputas?
MORFI GREI: Primero, a Electroputas los conozco principalmente por el señor Edu Chifoni, de tocar juntos hace años. Tocamos juntos en los ’80, una época importante en Barcelona, en la que era radiante. Me propusieron hacer un mix de Ciutat Podrida, pero ellos ya tienen su grupo, su carrera y su estilo, electro-máquina y tal, que es un mundo que realmente desconozco bastante, excepto cuando voy a Ibiza, que me tiño el pelo de rubio y ahí escucho mucho daaaance, o esto, ¿cómo se llama eso?, drumbass, house… pero en plan bar. Coincidimos con ellos más adelante, vi su estudio que tienen montado en una masía, en las montañas, y que por cierto está lejísimos. EDU CHIFONI: Hemos hecho el disco en nuestro estudio y muy rápido, en apenas tres meses.
La música está muy alejada de lo que hemos visto tradicionalmente en ti. ¿Es aportación de Electroputas?
M.G.: Ese fue el período sangrante, el de querer decidir qué haces. Lo fácil para mí habría sido coger una guitarra para hacer punk ¡puaj! [escupe] o hardpunk, pero no, quería hacer algo distinto y arriesgar, arriesgar y arriesgar. En el arte hay que arriesgar, y ese fue el motivo de buscar a Electroputas y mezclar las guitarras y la electrónica.
Leí en una entrevista que lo que te faltaba por hacer antes de morir era sacar un disco. Ahora ya lo has hecho.
M.G.: Lo que quería era hacer una obra de arte, una joya, y para mí, eso ya lo he conseguido, lo demás ya es pasado. Llevo desde el año ’76, tengo los huevos pelaos, y he hecho de todo. Cuando me muera lo haré con el alma limpia, honrada y honesta del rock and roll. Ahora estoy en otros proyectos, otras historias… pero no me atrevo mucho porque cada vez que me meto en una historia, para mí es sangrante… Si quieres hacer obras de arte, joyas perfectas, que queden perennes en el tiempo tienes que sufrir como artista.
Pese a que la electrónica tiene mucha presencia, el rock se respira en todo el disco. Al escucharlo sabes que no estás ante un disco de rock al uso, pero sí que tiene ese espíritu.
M.G.: Yo soy el rock and roll. En hueso y alma.
¿Este disco supone una pausa de Electroputas?
E.C.: Nos apetecía hacer una cosa en la que, sin perder la electrónica de vista, hubiera buena presencia rockera. Quien nos vea en directo no echará en falta la batería, por ejemplo. En nuestro directo se puede disfrutar de Mr. Rock and Roll.
¿Como es trabajar con Morfi?
M.G.: Me voy a echar un cigarro… E.C.: Trabajar en serio con él es muy bueno. En el disco sólo se han hecho dos tomas, así que puedes imaginar que para trabajar es muy serio. Otra cosa es el personaje, sin el cual evidentemente no estaríamos aquí. BETTY LOVE: Al mismo tiempo no deja que decaiga la fiesta.
En directo recuperáis «Curriqui de Barrio» ¿Sigues siendo un Curriqui?
M.G.: Por supuesto. No tengo que dar más explicaciones. Soy mayor, sí, tengo una empresa, sí, con trabajadores a mi cargo, sí, familia, sí, responsabilidades, también, a veces voy con políticos o llevo corbata… pero siempre con Calvin Klein en los calzoncillos (risas).
El final de la Trapera y el abandono de su nombre
El disco aparece tras el final de la Trapera ¿Es una forma de mantenerte en la música tras tantos años alejado de ella?
No tiene nada que ver absolutamente nada con la Trapera. Es más, la Trapera ya ha conseguido todo: el éxito, la gloria y el misticismo del mundo del rock and roll. Muy tarde, cierto es, y con todos muertos, solamente quedo vivo yo, que ojalá también pudiera estar muerto. Nada que ver con aprovecharme de ese nombre, quiero separar y no quiero ser esa garrapata que se aprovechara del nombre de la Trapera. Yo sigo mi vida, con otro proyecto, tengo unas letras y se me ocurre la idea de aceptar la muerte, pero no como algo triste, sino como algo alegre. Te puedo decir que estoy preparado para morir. ¿Cómo? Con alegría. Y de ahí viene el disco y la sangrante composición de las letras, que son importantísimas. Con la música y la colaboración «with the boys».