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A favor de la sanidad pública, contra un Departament privatizador que pide intervenciones de los Mossos d’Esquadra

Fuentes: Rebelión

omo pie en informaciones que han corrido por la red estos últimos días. La noche del 30 de agosto, los Mossos d’Esquadra, el mismo cuerpo que fue desalojado de la plaza de la resistencia, por ellos violentamente ocupada, por la ciudadanía indignada a finales de mayo, ese mismo cuerpo que actuó y golpeó a la […]

omo pie en informaciones que han corrido por la red estos últimos días.

La noche del 30 de agosto, los Mossos d’Esquadra, el mismo cuerpo que fue desalojado de la plaza de la resistencia, por ellos violentamente ocupada, por la ciudadanía indignada a finales de mayo, ese mismo cuerpo que actuó y golpeó a la vieja manera neofranquista, no ha sido esa la única ocasión, ha desalojado, a petición del Departament privatizador de Salut de la Generalitat de Catalunya, CAPs [Centros de Atención Primaria] de la comarca del Vallès Occidental de Barcelona que habían sido ocupados por vecinos en señal de protesta por la eliminación de los servicios nocturnos de urgencias. Desde el 1 de agosto, desde el momento en que la Generalitat decidió la supresión de las urgencias nocturnas. La pela es la pela y las clases privilegiadas catalanas no usan esos servicios.

De forma simultánea han sido desalojados los CAPs de Badia, Ca n’Oriac de Sabadell, Santa Perpètua de la Mogoda y Castellar del Vallès. En el momento en que escribo, está amenazado el de Viladecavalls. Ha habido una fuerte presencia policial en toda la comarca, utilizando tácticas intimidatorias contra los ciudadanos que allí se encontraban, se han filmado las caras de algunos vecinos por ejemplo, que en ningún caso han actuado violentamente.

El objetivo del Departament: en tiempos de recortes y de injusta contención del gasto público, la selectiva mano de hierro del gobierno catalán, es prioridad máxima del Gobierno convergente (y unionista cristiano) acabar con cualquier forma de resistencia. Al precio que sea, en eso siguen, sabiendo por otra parte que no les va a resultar posible.

El Departament de Salut, el que dirige el conseller privatista Boi Ruiz, el ex jefe de las mutuas privadas catalanas, el conseller que no logra entender las razones de las protestas y se ampara en un supuesto proyecto racionalizador de la gestión sanitaria, ha explicado en un comunicado los motivos de su actuación. «Respeta escrupulosamente el derecho de los ciudadanos a opinar y a manifestarse pacíficamente», pero rechaza que les acciones de protesta supongan un uso inadecuado de los equipamientos sanitarios. ¿Uso inadecuado? ¿Dónde se ha producido un uso inadecuado de los equipamientos? Por lo demás, fuentes de la propia policía catalana, nada dada al elogio de la resistencia, han destacado que «los acampados han colaborado y han salido de los centros de forma voluntaria, por lo que el desalojo se ha producido sin incidentes».

Este viernes día 2 podemos responder, podemos seguir resistiendo, podemos seguir diciendo NO a los recortes en la sanidad pública (¿hay recortes en la sanidad privada?). Por esta y por otras muchas actuaciones. En el fondo, por su proyecto a medio plazo de recortar al máximo la sanidad pública, de dejarlo en harapos, y empujar a la ciudadanía que pueda a los servicios privados. Los negocios son los negocios; también en el ámbito de la salud humana.

Tres son las concentraciones y manifestaciones convocadas. A las 16 horas, en los hospitales de Bellvitge, la Esperanza y «el 2 de Maig». Dos horas más tarde, a las 18 horas, frente a la Conselleria de Salud, Travessera de les Corts 131 (parada de metro Les Corts, Línea 3). ¿A qué esperamos?

Se trata de no rendirse y de no olvidar lo básico, lo esencial. Con palabras del mismísimo Mankell [1]. De lo primero:

«-Suerte. Y cuando hayas hablado con ella, me cuentas. En honor a la verdad, te diré también que eres un hombre que no se rinde.

-Y tú, ¿te rindes tú?

Linda se rió quedamente.

Jamás. No sé ni cómo se escribe rendirse«.

Sobre lo segundo, sobre verdades políticas que merecen cultivarse:

«Wallander intuyó que no tenía información suficiente sobre el pasado de Fanny Klarström.

-¿Me equivoco si supongo que no sólo eras sindicalmente activa sino que además tenías intereses políticos?

-Sí, era políticamente activa en el partido comunista [sueco]. En cierto modo, aún soy una comunista activa. La idea de un mundo solidario sigue siendo lo único en lo que soy capaz de creer. La única verdad política que, a mi entender, no puede cuestionarse» [las cursivas son mías]

Nota:

[1] El domingo 18 de septiembre están convocadas manifestaciones en defensa de lo público en todo es Estado español.

[2] Henning Mankell, El hombre inquieto, Tusquets editores (Maxi Sere Wallander 10), Barcelona, 2009, p. 356 y p. 364 respectivamente (traducción de Carmen Montes)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.