La velocidad a la que han empezado a sucederse acontecimientos que por sí mismos merecerían la categoría de históricos hace conveniente parar y mirar atrás, observar que en apenas una semana se han acumulado seis hechos de los que en el pasado nos hubiéramos dado con un canto en los dientes si se produjeran uno […]
La velocidad a la que han empezado a sucederse acontecimientos que por sí mismos merecerían la categoría de históricos hace conveniente parar y mirar atrás, observar que en apenas una semana se han acumulado seis hechos de los que en el pasado nos hubiéramos dado con un canto en los dientes si se produjeran uno al año. Los hechos que se han sucedido en los últimos siete días tienen un valor en sí mismos y además cabe interpretarlos como importantes indicadores de que el proceso avanza en buena dirección.
Qué bien nos estamos malacostumbrando. Noticias que antaño hubieran dado para días de reacciones y comentarios se suceden ahora sin apenas poder reflexionar sobre ellas. En primer lugar, porque van una tras otra pisándose los talones. Pero también porque, en algunos casos, la respuesta al dictado, la consigna y el argumentario de partido se imponen a la propia trascendencia del hecho.
La semana, rubricada por el comunicado de ETA de ayer tarde, ha sido histórica. Pese a que el término esté ya manido, hay elementos suficientes como para mantenerlo.
Domingo: EPPK firma el Acuerdo de Gernika
El Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK) -que habría que precisar de nuevo que no son sólo presos de ETA, pues muchos de ellos jamás militaron en la organización armada- estampó su firma en el Acuerdo de Gernika. El hecho tiene gran importancia y prueba el hondo calado que el debate de la izquierda abertzale ha tenido en todo este sector político.
Martes: se presenta la mayor unidad abertzale
El martes se presentó la mayor coalición abertzale que se ha dado en la historia reciente de Euskal Herria. Su peso electoral vendrá marcado por la decisión que adopte la ciudadanía el 20N, pero independientemente de eso Amaiur es un exponente de un doble cambio que se está dando en el país y que guarda estrecha relación con el debate y giro estratégico de la izquierda abertzale.
En primer lugar, salta a la vista que se está dando ya un embrión de reunificación de la izquierda abertzale, rota cuando se produjo la escisión de Aralar. Este tipo de procesos nunca son sencillos, pero los resultados del 22 de mayo han aclarado el valor que puede tener la unión. Que la izquierda abertzale y Aralar concurran conjuntamente a unas elecciones era algo impensable hasta hace poco, y es un indicador indirecto de que el proceso avanza.
Pero tampoco se puede olvidar que un sector del abertzalismo que hace 26 años militaba en el PNV se sitúa ahora en esta alianza soberanista, mano a mano con personas que provienen de la izquierda alternativa o incluso de la más clásica. Y unos y otros han coincidido con el espacio político nacido de la transformación que ETA supuso para la política vasca. El PNV es un partido importante, mayoritario, pero ya no puede hablar -como solía hacer Juan José Ibarretxe- de ser el «cauce central» de la sociedad. Muchos burukides han venido haciendo estos días balances sobre la utilidad de la estrategia política de cada cual en los últimos 34 años. Quizá debieran contar quién, después de ese tiempo, está sumando, ampliando sus límites, y quién ha perdido fuelle. Y analizar también por qué.
El constitucionalismo, que ahora busca imponer su relato en base a victorias y derrotas, podría pararse también a evaluar si el independentismo es ahora más o menos fuerte que cuando diseñaron y pusieron en marcha la reforma para tratar de sofocarlo.
Miércoles: aparecen los verificadores
Cinco reconocidos especialistas en labores técnicas de resolución de conflictos se presentan públicamente en Bilbo conformando la Comisión Internacional de Verificación. Un hecho inédito en procesos anteriores. Su mera aparición ante los medios ya indica que «esto va en serio», y algunos añaden que incluso «rápido».
No puede pasar desapercibido el aval que inmediatamente ha concedido el PNV al trabajo de esta comisión y a sus integrantes. Un detalle que vuelve a invitar al optimismo. El PSOE ha hecho paso, pero no ha cortado la jugada. El PP sigue siendo un partido de oposición.
La configuración de la Comisión de Verificación da idea de un cierto compromiso de la comunidad internacional con este proceso. El Grupo de Asesores para el Diálogo (DAG) de Amsterdam, que dirige Ram Mannikkalingam, presidente de la comisión, tiene interesantes ramificaciones británicas y estadounidenses, y vínculos personales con las ONU.
Jueves: López habla de acercamiento
El Pleno de Política General del Parlamento de Gasteiz de 2011 quedará como aquel en el que el lehendakari habló sobre el acercamiento de los presos políticos. Patxi López, en realidad, no dijo nada «revolucionario», ni siquiera novedoso. Y lo que pretendía ser un «plan de paz» carece de concreción y de calendario para su puesta en funcio- namiento.
Sin embargo, que Patxi López hablara del acercamiento de los presos tiene el valor de indicar que mantenerse en el inmovilismo ya no resulta rentable en términos políticos. Que si no se hacen movimientos importantes, al menos hay que dar apariencia de moverse.
Tiene también la importancia de incluir la cuestión de los presos en la agenda de la opinión pública española en términos que no son ya el de la crueldad y el castigo añadido. De hecho, «opinadores» de la órbita del PSOE han escrito estos días en favor de dar cuanto antes pasos en política penitenciaria.
Junto a todo ello, el aval que el Gobierno de Zapatero y el candidato Alfredo Pérez Rubalcaba han dado a las palabras de Patxi López pueden entenderse también como un mensaje.
Sábado: trasciende la autodisolución de Ekin
Ayer, sábado, trascendió a través de las páginas de GARA la decisión de Ekin de autodisolverse. De hecho, y como señalaban sus dirigentes, la entrevista publicada ayer constituía su último acto orgánico. La decisión de Ekin marca, entre otras cosas, un cambio organizativo cualitativamente importante en el seno de la izquierda abertzale. Cambio que debería adquirir toda su dimensión cuando el Estado español deje de mantener bajo la bota de la ilegalidad a Sortu, per- mitiendo que la izquierda abertzale se dote de una fuerza política con el funcionamiento democrático interno que recogen sus estatutos.
Todos estos hechos y la confirmación ayer de que ETA acepta la verificación, que cada uno de por sí merecería páginas de análisis, se han producido en apenas una semana. Desde el domingo hasta ayer.
Fuente: http://www.gara.net/paperezkoa/20111002/294411/es/Una-semana-doce-meses