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Entrevista a Guillermo Toledo con motivo de la presentación del su libro "Razones para la rebeldía"

«El Estado de Derecho no existe, ni tampoco el presunto Estado del bienestar porque estamos retrocediendo»

Fuentes: Rebelión

No sólo se solidariza con los conflictos sociales -nacionales e internacionales- sino que participa activamente

A Guillermo Toledo esta actitud de compromiso no le ha granjeado precisamente las simpatías del poder ni de los poderosos. Invitado por la Corriente Sindical de Izquierda (CSI), la Sociedad Cultural Gijonesa y con la colaboración de la Editorial Península, presentó en Gijón su libro «Razones para la rebeldía», escrito con la colaboración de Pascual Serrano y con prólogo de Julio Anguita.

¿Tu «rebeldía» ante los problemas sociales -nacionales e internacionales- te está pasando factura?

No me siento especialmente reprimido si pienso en que miles de personas han muerto por defender o por decir la mitad de lo que yo he dicho. Para mí la represión es mínima.

En cuanto a los compromisos con Palestina o el Sáhara son posicionamientos que no manchan porque tienen millones de personas detrás. Otra cosa es hablar de Cuba, esto cambia porque el bombardeo mediático que se lanza con tantas mentiras influyen en la conciencia de los ciudadanos de tal modo que se convierte en una dictadura terrible y la culpa es de la revolución y de Fidel. Tomar posicionamiento por la revolución cubana es ser amigo de dictadores y de criminales según la opinión de la prensa española y americana, principalmente.

En general todos los movimientos en el exterior son bien vistos, pero otra cosa es cuando se relacionan con la presunta democracia española o con la absoluta ausencia del Estado de Derecho en España que tanto preconizan en todas las declaraciones y en los mítines. Tal Estado de Derecho no existe ni tampoco el presunto estado del bienestar porque estamos retrocediendo.

¿Cómo ha evolucionado la situación desde la memorable gala de los Goya de 2003 en el que tan abiertamente os expresasteis?

Entonces estábamos metidos en muchos líos, como la guerra de Iraq, el Prestige, el conflicto de Sintel, etc. y no podíamos dejar de denunciar la situación.

Esperábamos que en el 2004 la Academia reconociera al menos lo que el mundo del cine había hecho, pero no, en la gala de la presentación incluso pidieron disculpas expresamente y prometieron que iban a ser buenos, porque los buenos ciudadanos han de limitarse a hacer películas y mantener la boca cerrada.

Ha pasado que hubo un mensaje brutal de la derecha y de los productores de cine español en el sentido de que los Goya no es el sitio adecuado para este tipo de mensajes.

Antes el cine era más independiente, podía serlo, estaba formado por pequeños productores, distribuidores y por diversas salas. Pero ahora el cine depende de las televisiones privadas. La ecuación es muy sencilla y así es el resultado, podemos ver cuales son los contenidos que se hacen.

Ahora todo está en manos de grandes empresas que controlan las salas, las distribuidoras y las productoras, son empresas estadounidenses y también alguna francesa. Todas pertenece al conglomerado de la comunicación y si sigues el árbol genealógico te encuentras con que vas a parar a estas empresas.

Tampoco podemos olvidar que la SGAE está relacionada con todo lo anterior. Cuando terminé y salió «Razones para la rebeldía» me decían que no tenía pruebas de la corrupción que denunciaba. Poco después de la publicación el juez consideró que sí las había y metió en la cárcel a una buena parte de la cúpula. El proceso no ha terminado, todavía sigue.

Cambiando un poco el escenario, pero siguiendo con tu «rebeldía» también has puesto en evidencia, para mal, a tres ministerios del gobierno, ¿cómo y por qué?

Hay tres ministerios que son muy significativos y clarificadores de cómo el capital necesita infiltrarse en sus gobiernos presuntamente democráticos.

Desde el Ministerio de Sanidad, Trinidad Jiménez, después de una minuciosa cadena de negociaciones, de influencias y de relaciones, compra 13 millones de vacunas para la gripe A, una fortuna si hablamos en euros. Pero sucede que uno de los interlocutores es nada menos de Donald Rumsfeld, a la sazón propietario de la vacuna, del Tamiflu, cuya vacuna estaba atascada y sin salida. La ministra «obliga» a los médicos a seguir el juego y estos no pueden negarse a administrar la vacuna pero puntualizando que ellos no se la pondrán. En resumen, la vacuna no se utiliza pero el gasto ya ha sido realizado en favor de sus promotores, que es de lo que se trataba.

La Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, promueve la denominada ley Sinde por la que todos nos convertimos en presuntos delincuentes al establecer el «canon digital», por si acaso se nos ocurre que además de grabar nuestras propias actividades también copiamos música, películas o cualquier otra cosa.

NI siquiera en EEUU pudieron aprobar esta ley en el congreso. Pero las dos empresas promotoras de este negocio de la cultura y del arte tuvieron mejor suerte y predisposición por parte de la ministra González-Sinde.

Desde el Ministerio de Defensa, Carme Chacón, dice que para «defender la dignidad y libertad del pueblo afgano» asesina a 50.000 civiles, precisamente.

En definitiva, la situación de recortes, por ejemplo, de derechos laborales y de desahucios es para proporcionar inyecciones multimillonarias a los bancos que después van a parar a sus consejos de administración y a costa de la persecución política a los movimientos de izquierda o a los sindicatos de clase como el SOC o la CSI y endureciendo los enfrentamientos.

Todo esto no ha hecho más que empezar, los cinco millones de parados, que en breve serán seis o siete y, como sucede en Chile, Túnez, Egipto, Grecia o en España, la gente está saliendo a la calle para parar este retroceso y estos recortes. El ultra liberal poder, como siempre ha hecho, está preparándose para reprimir cualquier movimiento.

Si mantenemos la boca cerrada y permanecemos en nuestras casas nos van a robar hasta los zapatos. Aunque parece que por estas revueltas internacionales hemos optado por la resistencia a los bancos, a los gobiernos y a sus lacayos, vamos a padecer tiempos de mucha represión, de mucho dolor y muerte.

El poder nunca ha tenido problemas en asesinar cuando lo considera necesario.

www.asturbulla.org

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.