Hoy, 163 organizaciones y redes de 39 países, entre ellas Ecologistas en Acción, hicieron pública en Durban una carta [1] en la que denuncian los intentos de los países industrializados – liderados por EEUU, Inglaterra y Japón – de convertir el Fondo Verde para el Clima en un fondo al servicios de la codicia de […]
Hoy, 163 organizaciones y redes de 39 países, entre ellas Ecologistas en Acción, hicieron pública en Durban una carta [1] en la que denuncian los intentos de los países industrializados – liderados por EEUU, Inglaterra y Japón – de convertir el Fondo Verde para el Clima en un fondo al servicios de la codicia de las multinacionales.
Uno de los temas más importantes durante la cumbre climática (COP17) en Durban, es el debate sobre la financiación climática que los países más industrializados se comprometieron -de forma vinculante- a transferir a los países en desarrollo para hacer frente a la crisis climática.
En Copenhague y Cancún se acordó una financiación climática (de US-$ 30.000 millones de 2010-2012 y US-$ 100.000 millones anuales a partir de 2020) muy por debajo de las cantidades estimadas (US-$ 500-600 mil millones anuales) que serían necesarias para las medidas de supervivencia (adaptación) y reducción de las emisiones (mitigación) en los países del Sur, de acuerdo con el World Economic and Social Survey.[2] Pero no están garantizados los recursos, su origen ni la forma de implementarlos, incluso se está denunciando en algunos países el incremento de la deuda externa por esta financiación.
El Fondo Verde para el Clima fue creado para apoyar a las personas en aquellos países más vulnerables y afectados por el calentamiento global y las que son las menos responsables de haberlo causado.[3]
Pero durante las negociaciones climáticas en Durban esta semana, países industrializados, intentan permitir a corporaciones multinacionales y financieras tener un acceso directo al financiamiento de dicho fondo. Las organizaciones firmantes de la misiva muestran su preocupación a las delegaciones negociadoras en Durban por las propuestas para crear una línea de financiación para el sector privado en el Fondo Verde para el Clima. Esto significa que empresas privadas podrían acceder directamente a financiamiento del fondo para actividades en países en desarrollo, eludiendo a los gobiernos de dichos países.
«Permitir este cambio de objetivo del Fondo Verde para el Clima y convertirlo en otro fondo para la financiación de intereses codiciosos de corporaciones privadas sería inmoral», según Ecologistas en Acción.
Ecologistas en Acción considera «indignante que los gobiernos de EEUU e Inglaterra, en representación del capital financiero de Wall Street y La City, secuestren la financiación para los países empobrecidos». Son las comunidades y gobiernos locales los que necesitan este dinero para luchar contra las consecuencias del cambio climático, como son sequías, inundaciones, pérdida de suelo fértil y cosechas agrícolas, o aumento de enfermedades tropicales, así como para su propio modelo económico sin repetir los graves errores que han cometido los países industrializados.
Por tanto, se oponen totalmente a cualquier recurso que vaya directamente del Fondo Verde para el Clima al sector privado. El propósito del fondo no es subvencionar a empresas multinacionales o instituciones financieras. Por ejemplo, de 2008 a 2010, el 63% de toda la inversión de la Corporación Financiera Internacional (del grupo del Banco Mundial) en países de bajos ingresos se realizó a través de empresas multinacionales de países de la OCDE.[3]
Sin embargo, tal como aparece actualmente en el informe final del Comité de Transición para el Diseño del Fondo Verde para el Clima presentado a la Conferencia de las Partes en Durban, el Fondo podría hacer justamente eso: «El Fondo tendrá una línea de financiación para el sector privado que le posibilite financiar directa e indirectamente actividades del sector privado para la mitigación y adaptación en los niveles nacional, regional e internacional.»
Según Ecologistas en Acción, «las acciones más urgentes que deben financiarse con el fondo son las medidas de adaptación en países en desarrollo, y estas no resultarán atractivas para el sector privado, puesto que no generarán ingresos». Una línea de financiación para el sector privado podría desviar los escasos recursos financieros para el clima hacia subvenciones al sector privado para propuestas con fines lucrativos, en lugar de invertir en bienes públicos.
Además, el Fondo Verde para el Clima no debería tener vínculo alguno con los mercados de carbono y otros instrumentos financieros arriesgados.
Las organizaciones firmantes realizaron este medio día una acción en las cercanías del centro de convenciones donde se reúne la COP17 y entregaron la carta también a las delegaciones advirtiéndoles que las negociaciones sobre el Fondo Verde para el Clima «no deben tener lugar a puertas cerradas como pretenden EEUU, Sudáfrica y otros países industrializados»
«Todo lo que ocurre en Durban debe ser transparente», demanda Ecologistas en Acción, «estamos muy preocupados por la información que Sudáfrica este consultando informalmente a puertas cerradas sobre decisiones a tomar en relación al Fondo Verde para el Clima». Ello puede socavar gravemente la legitimidad y en últimas instancias la efectividad de la financiación climática», subraya la organización ecologista.
Las preocupaciones expresadas en la carta se suman al rechazo que la sociedad civil ha expresado durante estos últimos años a cualquier papel del Banco Mundial en el Fondo Verde para el Clima.
Notas para editores:
[1] La Carta completa y los firmantes está disponible aquí.
[2] http://www.un.org/en/development/desa/policy/wess/index.shtml
[3] Un documento más explicativo sobre el Fondo Verde para el Clima pueden consultar aquí.
Fuente: http://www.ecologistasenaccion.org/article21879.html