La Koordinadora de Kolectivos del Parque Alcosa ha elegido un lugar estratégico para plantear sus reivindicaciones. Una acampada frente al Palau de la Generalitat -sede del Gobierno Valenciano, el que asume los costes de la Fórmula 1 pero no paga a universidades, farmacias o familiares de enfermos mentales- para dar una vez más ejemplo de […]
La Koordinadora de Kolectivos del Parque Alcosa ha elegido un lugar estratégico para plantear sus reivindicaciones. Una acampada frente al Palau de la Generalitat -sede del Gobierno Valenciano, el que asume los costes de la Fórmula 1 pero no paga a universidades, farmacias o familiares de enfermos mentales- para dar una vez más ejemplo de lucha social en la calle y democracia participativa. Han decidido, además, organizar estas navidades una huelga de hambre indefinida. Justo cuando se cumplen 26 años del nacimiento de la Koordinadora.
Piden a la Generalitat Valenciana y al Ayuntamiento de Alfafar (municipio al que pertenece el Parque Alcosa, gobernado por el PP) el pago de los más de 400.000 euros que estas instituciones deben a las organizaciones comunitarias del parque. Esto implica que un buen número de trabajadores lleven cinco meses sin cobrar y que las organizaciones no hayan podido abonar alquileres o material educativo y laboral, entre otras cuestiones. Pero van más allá de su barrio. Reivindican, para el conjunto de la sociedad, las becas para comedores escolares, las prestaciones de la Ley de Dependencia o las rentas mínimas de inserción, que el Gobierno Valenciano no abona o recorta.
El Parque Alcosa es un barrio dormitorio situado 8 kilómetros al sur de la ciudad de Valencia. Nacido en la década de los 60, al calor del desarrollismo franquista, se forma a partir de las oleadas de inmigrantes andaluces, castellanos y extremeños que abandonan el mundo rural. Tras superar muchas de las carencias que caracterizaban a estas barriadas, hoy viven en el Parque Alcosa unas 10.000 personas (8.000 censadas y 2.000 itinerantes), con una inmigración de nuevo cuño formada sobre todo por ciudadanos latinos y magrebíes. El Parque presenta indicadores sociológicos inquietantes: tasas de paro que oscilan entre el 30 y el 40%; más del 70% de la población por debajo del umbral de la pobreza; y primera posición de la comarca (l’Horta) en personas atendidas tanto en centros de salud mental como para drogodependientes. Otro tanto ocurre con el absentismo escolar y las tasas de analfabetismo funcional.
Estas cifras explican que los acampados frente al Palau de la Generalitat exijan al Ayuntamiento de Alfafar un Plan de Medidas de Urgencia, en el que se establezcan ingresos dignos para las personas que carecen de ellos o viven por debajo del umbral de la pobreza; que los empleos en el Parque Alcosa los ocupen trabajadores del barrio; y, de acuerdo con el criterio autogestionario que inspira a la koordinadora, la participación directa y con capacidad de decisión colectiva en los presupuestos municipales. Toni Valero, miembro de la Koordinadora, destaca este punto: «para que algo se considere público tiene que haber una participación ciudadana en la gestión; si, por el contrario, ésta corre a cargo de funcionarios o políticos, permanecemos en el ámbito de lo privado».
La Koordinadora agrupa a diferentes asociaciones que trabajan en proyectos sociales y culturales en el Parque Alcosa. La iniciativa más representativa -«Nosotros Mismos»- nació en 1995 y lleva por nombre una verdadera declaración de principios. Se trata, afirman en un documento titulado «¿Quiénes somos?», de hacer posible «que valores como el apoyo mutuo, la solidaridad o la justicia y el poder de decisión, tomen forma concreta y diaria». Y con este fin se impulsó el proyecto comunitario «Nosotros mismos», «para dar una respuesta al empobrecimiento del barrio, arrancando la financiación a las instituciones locales y autonómicas».
Los grandes principios de materializan en proyectos concretos: un centro de inserción socio-laboral; un centro de día para menores, otro de información juvenil, iniciativas de economía social y una cooperativa, entre otros. A los 10 años de constituirse «Nosotros Mismos» se habían desarrollado 14 iniciativas de empleo social, que supusieron la creación de 120 puestos de trabajo. Unos años antes, en 1987, vio la luz uno de los proyectos con mayor recorrido en el Parque Alcosa, la Cooperativa social para la limpieza de las calles. Los vecinos lograron así autogestionar la limpieza de las calles del barrio, frente a los propósitos municipales de adjudicársela a empresas privadas. Pero siempre a costa de intensas luchas, como la huelga de hambre de 1992, que hizo posible arrancarle al Ayuntamiento una relación contractual con la cooperativa.
La historia de la Koordinadora aparece vinculada a la movilización desde el primer día. De hecho, surge en 1991 en paralelo al juicio contra los inculpados por la ocupación del supermercado Continente. En marzo de 1994 comienza una campaña y huelga de hambre contra los impagos del Ayuntamiento y la retirada de las ayudas de la Generalitat Valenciana. Se logran, al final, fondos para iniciativas de empleo social en el Parque Alcosa. Otra acampada y huelga de hambre en 2001 en defensa de la cooperativa y, entre 2004 y 2006, una nueva campaña contra los impagos del Servicio Valenciano de Empleo y Formación (SERVEF). La acción directa en la calle y la reivindicación sin mediadores ante las instituciones llega hasta hoy, cuando el barrio padece singularmente el azote de la crisis. Y siempre con el mismo método: resistencia para arrancar recursos a las Administraciones, y participación ciudadana en la gestión de los proyectos.
Precisamente por la gravedad de la coyuntura se redoblan ahora las movilizaciones. Tras más de un mes de estancia indefinida en Valencia de miembros de la Koordinadora de Kolectivos, se ha convocado una jornada estatal de lucha «por los derechos humanos y el derecho a decidir», en solidaridad con el Parque Alcosa; una manifestación el 14 de diciembre y una nueva concentración ante el Palau de la Generalitat el día 22. También se han establecido contactos con partidos políticos y sindicatos para que apoyen sus demandas. Lo decisivo es que el futuro no está escrito y que puede sentarse un precedente para otras luchas. Según Toni Valero, «es posible crear simpatías entre la población porque muchos colectivos sufren la crisis y los impagos de las administraciones; incluso puede que cunda el ejemplo; ahora bien, será muy duro», vaticina el activista.
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