Esquirol. N. m. Del catalán esquirol, «ardilla», por ser éste el nombre -L’Esquirol- del pueblo de origen de los trabajadores que reventaron una huelga de los obreros de Manlleu, allá por 1902. Nombre aplicado al individuo responsable y laborioso que, situándose al margen de las hordas bárbaras y plebeyas de bolcheviques descamisados, rehuye los cantos […]
Esquirol. N. m. Del catalán esquirol, «ardilla», por ser éste el nombre -L’Esquirol- del pueblo de origen de los trabajadores que reventaron una huelga de los obreros de Manlleu, allá por 1902.
Nombre aplicado al individuo responsable y laborioso que, situándose al margen de las hordas bárbaras y plebeyas de bolcheviques descamisados, rehuye los cantos de sirena de la revolución y la anarquía, y prefiere ir a trabajar cuando hay huelga convocada.
Es decir, que como la ardilla -esa adorable rata arborícola-, cuyo nombre ha heredado, gusta de posarse en lo alto de la rama a verlas venir, mientras se come las nueces.
Derecha.
N. f. ú.t.c.adj. 1. El lado bueno de los que discriminan a los zurdos (yo soy zurdo).
2. Término falaz pérfidamente empleado por quien dice tener una ideología, cuando lo que tiene es un tropismo. En efecto, como los girasoles hacia el astro rey, como las partículas magnetizadas hacia los polos, como las moscas hacia la mierda, el derechista no piensa, sino se orienta. Hacia el dinero. Sin dudar jamás. Sin cometer errores. Sin reparar en obstáculos. La consecuencia directa de su capacidad de orientación precisa e inmediata es su eterno triunfo en política.
Empresa. N. f. Véase «empresario».
Empresario. N. m. Forma biológicamente evolucionada del depredador. Que el lenguaje también es darwiniano queda suficientemente demostrado por el hecho de que la palabra «empresa» ha evolucionado a partir de «presa».
Huelga. N. f. Jornada de descanso que los trabajadores conceden generosamente al patrón. El muy mezquino y desagradecido suele rechazarla.
Humillar. V. tr. 1. Recordar el poderoso al humilde que es él quien tiene la fuerza y la capacidad de abuso, que es él quien se sienta en el trono.
2. Recordar el humilde al poderoso que los humildes somos más, que el abuso cabrea, que el trono no es más que una silla.
Izquierda. N. f. ú.t.c. Adj. Siniestra ideología política que aspira al bien de la humanidad, a la justicia, a la igualdad y a la libertad.
Obrero. N. m. Ú.t.c.adj. Individuo con clase. La clase obrera.
Paro. N. m. Ocasión de oro en la vida del trabajador para mirar hacia atrás (re) y hacia adelante (pro). Por ejemplo, para a. re-considerar su vida, re-organizar sus proyectos, re-valorizar sus capacidades, re-estructurar sus esquemas, re-formular sus necesidades, etc., y también para b. pro-peler piedras (como pro-yectiles), pro-testar violentamente, pro-ducir daños y perjuicios -al patrón- pro-ferir insultos, pro-meter venganza, etc. (el etcétera es «pro-pagar» la re-volución).
Proletario. Adj. Ú.t.c.s. Del lat. proles, «prole, descendencia». Persona que contamina el entorno llenándolo de hijos. Pese a lo cual, es muy apreciado -también sus hijos- como fuerza motriz y laboral.
El célebre filósofo y activista político Marx, de nombre Karl (Carlos, como este inconformista lexicógrafo), lanzó al mundo esta proclama, contenida en el célebre Manifiesto Comunista: «Proletarios del mundo, uníos.» No les estaba invitando a construir guarderías, precisamente.
Trabajador. Adj. Ú.t.c.s. Persona que, por razones que sería prolijo explicar, no descansa mucho.
Trabajo. N. m. Del lat. tripalium, «instrumento de tortura». A veces, cuando habla la etimología, deberían callar las definiciones. Sin embargo, aquí está la nuestra: Instrumento de tortura, para el empresario, que se atormenta pensando en cómo sacar a sus conciudadanos del paro, el hambre y la desesperación.
Fuente: Diccionario de Mañas, por Carlos Mañas Moreno.
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