Como sería un sinsentido que siendo personas nos pusiéramos de parte del deshumanizado capital, aprovecharemos para salir todas a la calle, a luchar por lo que nos pertenece, y prometemos retornar para seguir caminando en vuestra compañía. Os dejamos algunas aportaciones personales de parte del colectivo editorial: Me uno a la huelga general por la […]
Como sería un sinsentido que siendo personas nos pusiéramos de parte del deshumanizado capital, aprovecharemos para salir todas a la calle, a luchar por lo que nos pertenece, y prometemos retornar para seguir caminando en vuestra compañía.
Os dejamos algunas aportaciones personales de parte del colectivo editorial:
Me uno a la huelga general por la derogación no solo de la reforma laboral de 2012 sino también por la de 2011 de Zapatero, la reforma de las pensiones, de los convenios colectivos y contra el recorte salarial de los funcionarios. El Estatuto de los trabajadores, que generó una huelga general en su momento, es ya papel mojado. Necesitamos un nuevo estatuto obrero.
Miguel Arróniz
¿Por qué voy a hacer huelga? Porque esta reforma laboral es otro remedio homeopático de nuestros dos partidos mayoritarios, más de lo que nos enfermó para curarnos. Hacer una reforma laboral dos años después de la anterior con medidas todavía más favorables para la patronal es un acto de violencia estructural contra la clase trabajadora y las y los asalariados, que somos casi todas, también las que pensaron que tener un teléfono móvil era pertenecer a la clase media.
Por este camino es evidente que llegaremos pronto a un momento en el que tengamos no sólo que ponernos de rodillas para trabajar, sino también pagar para que nos contraten. Esto por increíble que parezca ya sucede en este país desde el que escribo –el corazón de la bestia, Estados Unidos. Escribo desde aquí porque yo también me tuve que marchar de mi país por culpa de las reformas laborales y las privatizaciones de los noventa, escribo desde aquí para que la única salida no sea Barajas o el paro, así que el 29 dejaré de trabajar en Rebelión en solidaridad con las casi 6 millones de personas que no tienen empleo, con el pueblo, para que esta huelga sea no sólo un acto simbólico de resistencia, sino el principio de un cambio profundo y estructural del modelo neoliberal. Dependemos sólo de nosotras, de nuestro deseo de cambiar las cosas. Toda la fuerza y el ánimo desde aquí en el espíritu de las Madres de la plaza de Mayo: ¡Ni un paso atrás! Las calles y las plazas son nuestras.
Luis Martín-Cabrera
Salvador López Arnal, nieto del fusilado José Arnal Cerezuelo, irá a la huelga en recuerdo de su abuelo y de los centenares de miles de asesinados y desaparecidos que sigue sin tener reconocimiento alguno y siguen siendo considerados delincuentes, reos de rebelión militar. Miguel Hernández entre ellos.
Además, como otros millones de trabajadores y trabajadoras, no sólo porque no acepta esta contrarreforma -más que laboral- medieval, sino porque tiene el convencimiento que frente a la desposesión sistemática de conquistas obreras y ciudadanas a la que estamos sometidos, y que han costado década y décadas de lucha y esfuerzos inenarrables, el único camino, como diría la Pasionaria es el de la resistencia, la ayuda mutua, la lucha permanente o ininterrurmpida, la alianza de todos los sectores y organizaciones populares y la búsqueda -teórica y práctica- de salidas anticapitalistas a la situación. «No es la crisis, es el capitalismo» es un enunciado verdadero desde cualquier perspectiva poliética no servil.
Se suma a ello, como ya señaló Jorge Riechmann, que las huelgas generales son acontecimientos únicos, bellos, de fraternidad, días en los que las gentes nos paseamos a cuerpo, libremente, y dejamos constancia de que aspiramos -y de qué forma- a un mundo más justo, más afable con la Naturaleza, menos opresivo, muchos menos masculino y mucho más libre, un mundo que no sólo podemos imaginar sino que también podemos empezar ya a construir.
Salvador López Arnal
Iré a la huelga porque mis huesos no aguantan más flexibilidad. Mi humanidad es una rigidez en el mercado y si les consiento que sigan presionando, me van a reventar. Hace mucho tiempo que me duele la espalda, las piernas, la cabeza, que aprovecho los trayectos en el autobús o en el metro para dormir cuando puedo ir sentada, porque no me da el cansancio para leer. Ya no. Porque apenas si me dejan ser madre. Porque apenas si queda espacio en mi jornada para ser persona. Para tener sentido al margen de la plusvalía que me roban.
Iré a la huelga para desafiar al miedo y al terrorismo patronal. Porque tengo memoria y sé que estamos luchando por lo esencial, lo único que tenemos las trabajadoras: salario, jornada y derechos sociales. Por nuestro patrimonio, el único que legaremos a nuestros hijos. Y por nuestra soberanía, ya que los señores que aprueban presupuestos millonarios para jugar a la guerra y matar civiles en Afganistán y Libia con nuestros impuestos, le abren la puerta al ocupante financiero internacional, con base en Bruselas, de un modo servil.
Iré a la huelga porque, como nos recordó Martin Luther King, nadie puede montar sobre nuestra espaldas a menos que esté doblada. Iré por sentido común, por instinto de supervivencia, porque vienen a por nosotros, por la mínima dignidad que nuestra clase ha conquistado en dos siglos de luchas, porque se les ha olvidado cuál es el límite y necesitan que alguien se lo recuerde. El límite es nuestra vida, nuestra jornada, nuestro salario directo y diferido.
Patricia
Iré a la huelga porque los derechos sociales cuesta mucho ganarlos y demasiado poco perderlos. Porque pertenezco a una generación de jóvenes que han crecido en un mundo que se desmorona y para la cual la única salida es la lucha comprometida por construir un futuro. Porque no bastan las soluciones individuales cuando hay que hacer frente a problemas colectivos y porque, por tanto, la huelga es otro paso más en la construcción de una respuesta social radical a esta crisis. Porque hay que demostrarle en la calle al Partido Popular que su mayoría absoluta es parlamentaria pero no social y que no habrá abuso sin respuesta.
Héctor Gálvez
Nací en el seno de una humilde familia de trabajadores, en un barrio duro azotado por situaciones difíciles para los nuestros.
Crecí oyendo las historias de un hombre que luchaba cada día por sacar adelante una numerosa familia. El abuelo Quintín arrastró cientos de travesaños en las vías de ferrocarril. Nunca perdiste la solidaridad entre los nuestros.
No pierdo la ocasión de compartír tus historias abuelo Luis, las de lo duro que fue emigrar y trabajar como jornalero de sol a sol. Esta vez como en Pas de Calais tambien nos rebelamos, como vosotros.
Tengo miles de razones para ir a la huelga. Pero apelo a la MEMORIA, a la memoria de sentirse orgulloso de no perder nunca mis orígenes, la clase trabajadora. A la memoria por que no olvido lo dignos que fuisteis y todo cuanto me enseñasteis.
También por vosotros, por vuestra dignidad. Ni un paso atrás.
Óscar
De todas las huelgas vividas y peleadas a lo largo de esta mal llamada democracia la de hoy es sin duda la más importante, porque en anteriores ocasiones el capital no estuvo tan envalentonado, porque nunca como ahora fue tan necesario no solo pararle los pies sino derribarlo. Por eso, en este día, nuestra movilización tiene una especial relevancia, para demostrarle que juntas podemos más que sus consejos de administración y sus troikas y sus perros y sus porras.
Tomaremos las calles, para no abandonarlas nunca más.
José Daniel Fierro
Yo iré a la huelga porque me niego a que la acumulación y los beneficios sigan organizando los tiempos de las personas y los territorios; porque mi generación futura tiene nombre y carne y no quiero que viva en un mundo en que importan más los beneficios que la gente; porque me gusta vivir y la vida; porque quiero respirar aire que no envenene, comer sin tener la sospecha de hacerlo a costa de otros pueblos y sus tierras, vivir sin estar en guerra con el planeta y los cuerpos de las personas.
Iré a la huelga porque estoy harta de que el gran tumor que es el capitalismo engorde con la explotación de las personas remuneradas, con los trabajos invisibles que permiten la reproducción social y con el expolio y degradación de la naturaleza.
Iré a la huelga, quiero encontrarme y sumar con todas aquellas personas que no se resignan a perder la condición humana.
A. Karambolis
Iré a la huelga porque este es un país sin futuro a menos que se lo arrebatemos a quienes nos lo roban cada día. Iré a la huelga porque la austeridad no es un concepto sino una guadaña. Iré a la huelga porque creo en la solidaridad y en los derechos. Iré a la huelga porque nos quieren hacer creer que la lucha de clases ha muerto para que no demos la batalla cada día. Iré a la huelga porque aspiro a dejar un mundo mejor al que he recibido. Iré a la huelga por dignidad, sin más.
Alberto
Iré a la huelga porque la derecha y el poder económico ha creído que nos pueden avasallar, que somos manipulables, que estamos derrotados. Iré a la huelga para demostrar que no nos han domesticado, que no somos mascotas, que no somos animales de carga. Iré a la huelga para meterle el miedo a los poderosos y romper el miedo que nos tratan de inyectar para utilizarnos y humillarnos. Iré a la huelga para que mis compañeros y compañeras sepan que no estamos solos, que vamos a dar la batalla como siempre, la batalla de siglos, la batalla de la justicia. Pero sobretodo iré a la huelga porque sé que unidos somos invencibles.
Rafa
La lucha de clases no ha terminado. Nos atacan. Una clase transnacional capitalista se está adueñando de nuestra soberanía política y económica. Nos ha impuesto, sin consultarnos, límites de déficit estructurales en nuestras Constituciones que se traducen en un ataque al Estado social. Nos recortan derechos y pretenden apropiarse de nuestros bienes comunes. Nos roban y nos humillan. Creen que nos lo han impuesto automáticamente y para siempre. Esta huelga es una buena oportunidad para reunirnos. Parados, precarios, emigrantes, inmigrantes, empleados, pensionistas. Todos juntos. Para responder con clase contra el despojo planificado de los asalariados. (En espera de una huelga general europea que nos saque a millones de gente a recuperar las calles).
Rita
Por todas las razones anteriormente expuestas, también apoyan la huelga Mario Amorós y Santiago.