Los mails descubiertos por Wikileaks subrayan que «el ascenso de los tecnócratas» supone un «déficit democrático» que se transformará en «revueltas sociales y huelgas». Poco antes de las pasadas elecciones generales, los analistas de la agencia privada de espionaje Stratfor predijeron que Mariano Rajoy, tras ganar la mayoría absoluta, utilizaría a un tecnócrata (que, vaticinaron, […]
Los mails descubiertos por Wikileaks subrayan que «el ascenso de los tecnócratas» supone un «déficit democrático» que se transformará en «revueltas sociales y huelgas».
Poco antes de las pasadas elecciones generales, los analistas de la agencia privada de espionaje Stratfor predijeron que Mariano Rajoy, tras ganar la mayoría absoluta, utilizaría a un tecnócrata (que, vaticinaron, iba a ser Luis de Guindos) para hacer de «cabeza de turco» y emprender unos recortes presupuestarios brutales que generarían el rechazo de la sociedad española, según muestran los e-mails internos de esa compañía (conocida como la CIA en la sombra) que ha descubierto Wikileaks y que Público.es difunde en exclusiva para España.
«Los altos funcionarios de la Unión Europea saben cuán impopular es lo que tienen que hacer», escribió el pasado 10 de noviembre el analista Michael Wilson en un correo electrónico titulado «El probable nuevo Gobierno de España busca a un gestor de la crisis para [el Ministerio de] Economía», procedente del encabezado de un teletipo de Reuters que le había remitido Benjamin Preisler y que en un principio había sólo respondido con un lacónico: «Parece que estamos asistiendo al ascenso de los tecnócratas».
Wilson continuó: «El público [por la ciudadanía] no quiere hacer lo que se tiene que hacer. Las élites [políticas y económicas] europeas no pueden hacer lo que el público quiere que hagan porque amenaza sus intereses. Así que buscan tecnócratas (o, como les llama Peter, cabezas de turco) para ejecutar lo que tiene que hacerse, en la esperanza de que así pueden zafarse de parte de la culpa».
La CIA en la sombra subraya que los políticos nombran técnicos para que hagan de cabeza de turco.
Es curioso que el aludido, Peter Zeihan, se vió obligado a matizar a su colega horas después y precisó: «Cabezas de turco y tecnócratas son cosas distintas (aunque sí que pueden solaparse). Un cabeza de turco es el chivo expiatorio al que se hace responsable del desastre. Un tecnócrata es el que ejecuta la mierda que hay que poner en práctica… Pero, sí» [esto último en referencia a que coincide con las opiniones de Wilson].
Esos descarnados comentarios serían seguidos cuatro días después por un mucho más sesudo estudio del vicepresidente de Análisis de la compañía, ese mismo Peter Zeihan, sobre la crisis de la deuda europea, en el que dejó claro que el ya inminente Gobierno del Partido Popular se disponía a plegarse voluntariamente a la durísima política de ajustes económicos que Alemania pretende imponer a todo el sur de Europa.
«Así es como los alemanes van a intentar que funcione», explicó Zeihan. «Primero, si los gobiernos del sur de Europa no pueden implementar la necesaria austeridad, entonces esos gobiernos deben ser cambiados (…) Los alemanes ya han provocado la caída del (ya ex) primer ministro George Papandreou y del primer ministro italiano Silvio Berluconi (…) Segundo, todos los estados de la UE deben aceptar nuevos cambios del tratado que hacen más eficaces los procedimientos decisorios a favor de Europa del Norte, específicamente, Alemania (…) Tercero, además de los cambios del tratado, todos los miembros de la Eurozona deben adoptar enmiendas constitucionales para prefijar controles presupuestarios a nivel nacional».
La última imposición de Alemania a sus socios del sur, afirmó Zeihan, «es quizá la más crítica: hacer que todo esto -los relevos de gobiernos y sin duda la aceptación de cambios en el Tratado [de la UE]- quede fuera de las manos de los públicos europeos», es decir, impedir que los ciudadanos puedan tomar parte en esas decisiones que les afectan profundamente.
«Las élites europeas no pueden hacer lo que el público quiere que hagan porque amenaza sus intereses».
Pero lo mejor de todo es que esos espías privados daban por descontado que el nuevo Gobierno de Rajoy iba a asumir de buen grado (como así ha sido) todas esas imposiciones de Alemania a los contribuyentes españoles: «España parece dispuesta a adelantarse a todo esto», subrayó Zeihan, para quien, «a pesar de que el PP se encamina a una victoria electoral, pondrá a un gestor económico profesional/independiente«, en vez de a un político del partido.
Hacia el final del informe, el vicepresidente de Análisis hizo hincapié en que «como parece que el PP obtendrá la mayoría absoluta, no tendrá que depender de sobornar a los partidos regionales [nacionalistas]. Además, está decidido a implementar la misma gestión gubernamental económica tecnocrática» que han aplicado los nuevos gobiernos griego e italiano, forzados por la UE bajo imposición de Alemania y de los mercados financieros internacionales. Y, para ello, Zeihan predijo que Rajoy iba a poner al frente de Economía a un tecnócrata (de una lista encabezada por De Guindos y en la que figuraba en segundo lugar Cristóbal Montoro) que hiciera todo lo que deseaban los países de Europa del Norte.
Así que todas las previsiones de la CIA en la sombra se han cumplido con creces. Basta recordar con qué servilismo se dirigió De Guindos al comisario europeo de Economía, el finlandés Olli Rehn, en la reunión del Eurogrupo de febrero, para anunciarle (sin saber que un micrófono le estaba grabando), mucho antes que al Congreso de los Diputados, que el Gobierno del PP se disponía a acometer una reforma laboral «extremadamente agresiva» y que, subrayó obsequiosamente a su colega nórdico, «va a reducir las indemnizaciones por despido».
Y todo ello pese a que Stratfor había constatado una y otra vez en sus informes económicos anteriores que España no está en absoluto en una situación comparable a la de Grecia o Italia: «Los mercados están castigando a España injustificadamente», escribió Kevin Stech en agosto de 2011. «No hay nada en la economía española que justifique el actual incremento del coste de su deuda. De hecho, en gran medida los españoles han aplicado medidas de austeridad todavía más draconianas que los griegos… quienes ya están en su segundo rescate» financiero.
«España está mejor preparada que la mayor parte de los países europeos para revertir esta situación» de crisis, afirmará días después de los comicios generales un informe de la compañía de espionaje privado sobre «las perspectivas económicas de España tras las elecciones». O sea, estamos aplicando dolorosísimos recortes a la griega sin tener una auténtica necesidad de ello… salvo para mayor satisfacción (y beneficio) de Alemania y de los mercados financieros.
Los espías enumeran las imposiciones de Berlín a sus socios europeos del sur
Aunque también hay predicciones de Stratfor cuyo plazo de cumplimiento aún no ha llegado. En el informe de Zeihan, éste reconoció que «poner a tecnócratas al cargo [de la economía] puede estar bien -incluso ser acertado- pero es simplemente imposible cortocircuitar por completo el proceso democrático. El déficit democrático será de especial importancia cuando entren en juego los disturbios sociales y las huelgas. Los gobiernos que parezcan claudicar ante los alemanes van a verse desafiados por los ciudadanos, que no quieren sufrir económicamente, y menos bajo normas impuestas por extranjeros».
Además, argumentó Zeihan, «el mayor defecto de este plan en desarrollo es que da por supuesto que nadie se va a dar cuenta de sus defectos (…) Alemania ha descubierto la utilidad de sus presiones financieras (…) pero ésa es una herramienta muy peligrosa (…) Aún hay mucho margen para que las cosas vayan desastrosamente mal».
Sólo tres días antes de ese informe, el también analista de Stratfor Adriano Bosoni había alertado a sus colegas, en un comentario sobre el 15-M en España, de que «hasta ahora, los europeos han escogido el camino civilizado: castigar al Gobierno votando a la oposición. La gran pregunta es ¿qué ocurrirá cuando la oposición demuestre [una vez en el poder] ser también incapaz de resolver los problemas?»
Todo indica que en España estamos a punto de conocer la respuesta a esa gran pregunta.