Nuevamente, el terrorista Ramón Saúl Sanchez Rizo se encuentra preparando otra provocación contra Cuba, mediante el empleo de la llamada Flotilla Democracia. En breve dará la noticia. Durante los últimos meses ha desarrollado dos incusiones en aguas aledañas a nuestras aguas territoriales: La primera en la noche del 9 de diciembre de 2011, con el […]
Nuevamente, el terrorista Ramón Saúl Sanchez Rizo se encuentra preparando otra provocación contra Cuba, mediante el empleo de la llamada Flotilla Democracia. En breve dará la noticia.
Durante los últimos meses ha desarrollado dos incusiones en aguas aledañas a nuestras aguas territoriales: La primera en la noche del 9 de diciembre de 2011, con el supuesto propósito de acercarse a los «opositores» dentro de la Isla, en ocasión del Día Internacional de los Derechos Humanos. La segunda tuvo lugar el 27 de marzo de 2012, en horas de la noche, supuestamente para saludar la presencia del Papa Benedicto XVI en Cuba y enviar «un mensaje de amor a nuestro pueblo».
Lo cierto es que las previas advertencias de este periodista, y los contactos entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, impidieron que muchos de los planes provocadores, entre los que se manejaron por los organizadores acciones violentas, incitaciones a la desobediencia civil, supuestos levantamientos populares y fabricadas protestas por grupúsculos mercenarios, no culminaran con éxito.
Este tipo de provocaciones, aunque se realicen fuera de nuestras aguas juridiscionales, constituyen un show mediático cuyo último fin es provocar una mayor tensión entre nuestros gobiernos. Toda explicación de los organizadores para ocultar el verdadero leiv motiv, es falsa. Para ellos, la razón principal es buscar una respuesta legítima de Cuba y, en consecuencia, un conflicto bilateral entre las dos naciones.
El los últimos tiempos hemos conocido sobre los contactos de Ramón Saúl Sánchez con criminales de la calaña de Luis Posada Carriles, Guillermo Novo Sampoll, Roberto Martín Pérez, Santiago Álvarez Fernández-Magriñá, Luis Zúñiga Rey y otros, donde se han manejado incusiones paralelas a territorio cubano para abastecer de armas y explosivos a supuestos «disidentes», realización de sabotajes a refinerías ubicadas cerca de la franja costera y otros planes terroristas. El FBI de Miami ha sido informado por mí y por el Gobierno de Cuba, en el primer caso mediante vía email: [email protected] y, en el segundo caso, mediante notas diplomáticas.
Hasta el momento es justo reconocer que los EE UU se han visto obligados a controlar a sus caprichosos e irreverentes protegidos, actuando con serenidad y obligándolos a mantenerse lejos del límite de las aguas juridiscionales cubanas, acompañando a la flotilla con barcos de la Guardia Costera y varios aviones. Mucho ha tenido que correr y persuadir el jefe del Buró Cuba del Departamento de Estado para controlar a los corsarios de pacotilla. Sin embargo, Obama ha aceptado estos shows mediáticos, no por simple «solidaridad» hacia la contrarrevolución, sino porque le conviene para sus fines pre electorales.
El anunció de esta tercera provocación es, empero, aún más peligrosa, pues pretenden montarla cuando nuestro pueblo disfrute los tradicionales Carnavales en el Malecón Habanero, en fecha aún no determinada, y se encuentren en esa zona altas concentraciones de ciudadanos. Convocar a sus mercenarios a provocar actos de indisciplina social en ese marco de alegrias, alcohol y liturgias festivas, puede ser sumamente peligroso y ocasionar, al menos, una airada respuesta de nuestro pueblo, cuyas consecuencias son impredecibles.
Vuelvo pues a reclamar cordura a las autoridades norteamericanas para evitar esta nueva provocación contra Cuba. Dejar que irresponsables pongan en peligro las relaciones entre ambas naciones es un acto de inmadurez política y una violación de las leyes internacionales. Muchos escenarios pueden ser posibles ante esta provocación: ¿Convendría a Obama que decenas de ciudadanos cubanos, empleando cualquier medio, se acercaran y subieran a las embarcaciones de la flotilla para emigrar a los EE UU? ¿Convendría a Obama que algunos miembros de la flotilla, deliberadamente, realizaran acciones violentas contra zonas costeras de nuestra Patria, asesinando a inocentes ciudadanos cubanos? ¿Convendría esto, realmente, a la Paz y a la imagen que EE UU quiere lograr desesperadamente en América Latina?
Nuestro gobierno ha demostrado demasiada sensatez ante este tipo de provocaciones, pero ha actuado con firmeza siempre. Salvaguardar nuestra soberanía es un derecho legítimo y espero que se actúe en correspondencia con ello. Es a Estados Unidos a quien le corresponde ser responsable por los actos que se traman desde su territorio. Es a ellos a quien corresponde detenerlos.
Yo, como periodista, me limito a denunciar. Coloco, en esta dirección, la nueva convocatoria de Ramón Saúl Sánchez, para que sea conocida por nuestro pueblo.
Blog del autor: http://percy-francisco.blogspot.com/2012/05/flotilla-democracia-otra-provocacion.html
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.