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Uribe y Santos en el mismo escenario

Fuentes: Rebelión

¿Con qué fin confiesa Álvaro Uribe Vélez que tuvo la intención de realizar un operativo militar en Venezuela? ¿Qué se propone al decir que obtuvo pruebas de la presencia en Venezuela de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, y que conversó sobre eso con el entonces ministro Juan Manuel Santos? Hay que insistir en […]

¿Con qué fin confiesa Álvaro Uribe Vélez que tuvo la intención de realizar un operativo militar en Venezuela? ¿Qué se propone al decir que obtuvo pruebas de la presencia en Venezuela de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, y que conversó sobre eso con el entonces ministro Juan Manuel Santos? Hay que insistir en que se pretende traspasar al Gobierno de Venezuela y a Hugo Chávez la proscripción puesta como sello a la principal fuerza beligerante que opera en Colombia.

Dos años después de concluir su segundo período de gobierno, Uribe Vélez no está preso, y su rivalidad con el actual presidente, el también ultraderechista Juan Manuel Santos, es tema de política interna con matiz electorero.

A Santos y Uribe los separa la disputa por el favor del poder imperialista y de la oligarquía colombiana, pero el compromiso con esos sectores los obliga a permanecer en el mismo escenario.

Ahora más que nunca, es evidente que los gobiernos progresistas nada ganan haciendo concesiones a la mal llamada política antiterrorista imperial, asumida por sus vecinos de ultraderecha.

La rigidez de sus posiciones, descalificó a Uribe Vélez para seguir conduciendo el Estado colombiano. Por eso, al tomar posesión, en agosto del año 2010, Santos se terminó de despojar del traje de agresor (ojo, no dejó de serlo y no deja de servir a la conspiración y al golpismo), y comenzó a negociar con Venezuela en el plano comercial, evitando que fueran a la quiebra numerosos representantes de la oligarquía colombiana.

El pasado lunes, en la Universidad Autónoma de Medellín, Uribe dijo que le resulta extraña la actitud de Santos hacia Venezuela y hacia Chávez; pero no es cierto que esté sorprendido, se siente desplazado y, peor aún, traicionado.

¡Y se pronuncia ahora, a las puertas de unas elecciones en las que todo indica que Chávez triunfará!

En marzo del año 2008, siendo ministro de Defensa, Santos dispuso una incursión armada en territorio ecuatoriano para perseguir a las FARC. Los militares colombianos mataron allí unas 25 personas, incluyendo al comandante guerrillero Raúl Reyes. Si obedeció a Uribe en el 2008, ¿por qué ignoró sus advertencias en el 2010?

Era obvio que no tendría éxito la gestión de Uribe para permanecer en la presidencia más allá de agosto 2010. Sus denunciados vínculos con el paramilitarismo, los escándalos por los falsos positivos (asesinatos de civiles para presentarlos como guerrilleros) y la mala relación con sus vecinos, convirtieron a Uribe en impresentable.

En Oriente hay una Israel enemiga de sus vecinos, pero Colombia no puede estar en la misma situación en una región donde los aliados del imperialismo tienen que hacer crecer su influencia política.

Por eso, Santos tuvo que cambiar de traje.

Como ministro de Hacienda y Crédito Público durante el gobierno de César Gaviria; como ministro de Comercio Exterior durante el gobierno de Andrés Pastrana, y como ministro de Defensa de Uribe, Santos se ganó la confianza del poder hegemónico. Por eso, recibió el encargo de hacer más fluido el intercambio entre Israel y Colombia. Uribe no explica por qué fue personalizada esa misión… Eso los retrata a ambos.

Ahora, cuando el imperialismo perfecciona su maquinaria golpista, Uribe se pronuncia diciendo que Chávez es aliado de la guerrilla. Habla el peón sacrificado, y obligado, a pesar de eso, a seguir sirviendo.

Pero el Santos que dejó ver su protagonismo en una incursión militar en territorio ecuatoriano, y el Uribe que confiesa que concibió otra en territorio venezolano, aunque rivales, tienen la misma definición: son lacayos y agresores. ¡Abominable sello!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.