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Un análisis del ELN de Colombia

Crisis y resistencia

Fuentes: Revista Insurrección

Ante la crisis social que está iniciando en España producto de las medidas neoliberales que implementa el gobierno de derecha de Mariano Rajoy, la resistencia de grandes sectores de trabajadores que ven reducidos sus derechos y sus logros laborales adquiridos por años de lucha, se va extendiendo a todo el Reino. La crisis que puede […]

Ante la crisis social que está iniciando en España producto de las medidas neoliberales que implementa el gobierno de derecha de Mariano Rajoy, la resistencia de grandes sectores de trabajadores que ven reducidos sus derechos y sus logros laborales adquiridos por años de lucha, se va extendiendo a todo el Reino.

La crisis que puede desatar otras crisis en el sistema, ha traído consignas por la desobediencia civil, por una Constituyente, por la independencia de Cataluña, por que el gobierno se vaya. La cualificación de la organización se siente, la participación de otros contingentes con nuevas reivindicaciones de más alcance, se conjuga con las acciones elementales pero altamente pedagógicas contra los monopolios, por la subsistencia y por la vida.

Cada día es más claro que no van a pasar impunes las medidas contra todo el pueblo, que el gobierno de derechas muestra como la única salida que el pueblo es el único que debe restringir la vida, la subsistencia y su futuro.

Desde inicios de agosto se están dando acciones de hecho (expropiación de alimentos en supermercados, ocupación de fincas no cultivadas, toma simbólica de bancos, entre otras) por parte de algunas organizaciones sindicales y populares que han permitido poner en la agenda pública y en los medios de comunicación debates tan importantes y urgentes como describir los niveles de responsabilidad en la crisis económica, las nefastas medidas del gobierno de la oligarquía, las necesarias respuestas de la sociedad ante tanto despropósito que nos está llevando a la exclusión a millones de conciudadanos.

Estas acciones, replicadas por los medios masivos de comunicación, en un primer momento, han ayudado a quitar la venda de los ojos.

Denuncian la galopante pobreza que no sonroja lo más mínimo a los gobernantes cuando, una organización como UNICEF, declara que existen 2 millones doscientos mil niños desnutridos, que más de 400.000 familias han sido desalojadas a la fuerza de sus viviendas, que España se acerca a los 6 millones de parados y que los recortes sociales ya están excluyendo a miles de personas, principalmente inmigrantes, de la cobertura sanitaria y educativa.

Se expropian 5 carritos con alimentos de primera necesidad para ser entregados a familias desahuciadas de sus casas y se inicia una caza de brujas con un lenguaje demagogo para deslegitimar y desprestigiar el acto a través de la o las personas que lo realizan.

Estas acciones, más allá de haber permitido demostrar y enseñar con datos e imágenes a la población, la dramática situación que están viviendo millones de personas en España, ha enseñado los rostros de los verdaderos ladrones: políticos, banqueros y empresarios que han especulado y saqueado los derechos laborales, sanitarios, educativos y de vivienda dejando un panorama nada alentador para los próximos años.

También estas acciones han permitido algo muy importante, como es el apoyo recibido de todos los sectores de izquierda que ahora más que nunca, deben buscar consensos para la acción unitaria contra el desmantelamiento de los derechos y ser capaces de construir propuestas alternativas, que conduzcan a una verdadera transformación social.

Aprovechamos para compartir nuestra solidaridad y nuestra fuerza entre quienes seguimos luchando y no nos resignamos.

Otros países están en la misma circunstancia: Grecia, Portugal e Italia. Los pobres no tenemos por qué asumir el costo de una crisis creada en la misma base productiva del capitalismo. Una crisis que los ricos aprovechan para no perder nada y para ello nos explotan más.

La resistencia en España está en alza. Tenemos ejemplos victoriosos de otros continentes.

Con la lucha, se tirará atrás los ajustes y se irá adelante en la transformación democrática de la sociedad española.