A los trabajadores y trabajadoras de la sanidad nos quieren aumentar la jornada laboral anual. De esto se derivan dos consecuencias intolerables: trabajaremos por un salario mísero y el aumento de jornada disminuye la plantilla. En Europa el único sector donde faltan personas para trabajar es el de enfermería -diplomadas universitarias en enfermería y técnicas […]
A los trabajadores y trabajadoras de la sanidad nos quieren aumentar la jornada laboral anual. De esto se derivan dos consecuencias intolerables: trabajaremos por un salario mísero y el aumento de jornada disminuye la plantilla.
En Europa el único sector donde faltan personas para trabajar es el de enfermería -diplomadas universitarias en enfermería y técnicas en cuidados sanitarios. Es así porque en Europa nuestra profesión además de reconocida está mejor pagada. Aún así, no tienen suficiente personal de enfermería. Es el personal que está las 24 horas del día durante 365 días al año. Son las trabajadoras cuya vida familiar y personal resulta poco conciliable con la laboral.
En Europa estará muy reconocido, pero aquí, en el Estado español, el Gobierno central nos baja el sueldo y no aumenta la jornada. No solo pretenden que trabajemos por un salario de miseria, agotarnos psíquicamente y físicamente, además con el aumento de jornada se reduce la plantilla. Un número importante de suplentes irán a la calle. Los EREs de las personas suplentes son baratísimos, no los tienen que despedir; no los llaman más y punto.
A nosotras nos tratan como ‘entes de producción’. Mientras la ‘aristocracia’ médica y de gestores se nutren de la riqueza que nosotras producimos, pasan los fines de semana en su casa, no sabemos lo que cobran y utilizan una dirección autoritaria y despótica. Direcciones despóticas y solo interesadas en el dinero, llevan a los trabajadores y trabajadoras a situaciones límite. Es lo que ha ocurrido en los hospitales públicos ingleses, personal acosado psicológicamente, asustado y mal pagado, ha sido capaz de abandonar a enfermos a su suerte en condiciones infrahumanas -es un espejo en el que quizás nos reflejemos en breve.
Los hospitales son una fiel reproducción de cómo funciona este Estado: las cúpulas viven entre privilegios, alejadas totalmente de la realidad, sin dar cuentas a nadie, gestionando el dinero público sin ningún control por parte de los representantes legales de los trabajadores y trabajadoras. Porque las cifras que te dan son macroeconómicas. Estamos seguros de que es al detalle donde se gestiona inadecuadamente nuestro dinero.
Todo esto no lo podemos consentir más. Por eso es necesario organizarnos de la mejor manera posible, también fuera de nuestro horario laboral, para poder luchar hasta conseguir nuestros objetivos: 1) Que las cuentas sean transparentes 2) Que reduzcan a la mitad la plantilla de ‘aristócratas’ 3) No trabajar ni una hora más 4) No a la rebaja de salarios 5) Mantener la plantilla como ahora con el mismo número de suplentes.
Todos los representantes legales de los trabajadores y trabajadoras de Barcelona, una vez a la semana, en cada uno de los hospitales, deberían concentrase delante de la gerencia junto al resto de la plantilla, hasta conseguir nuestros objetivos.
Antonia Mondéjar,es enfermera del CSI (Hospitalet) y miembro de En lluita / En lucha