«Parece confirmarse que el Banco de Vizcaya haya prestado al PNV, a fondo perdido, una partida de millones» (Diario 16, 1980) Hace dos años, un tsunami sacudió Fukushima dejando un rastro de desolación a su paso. La foto muestra en qué se convirtió una extensa zona aquel 11 de marzo de 2011. El 23 de […]
«Parece confirmarse que el Banco de Vizcaya haya prestado al PNV, a fondo perdido, una partida de millones» (Diario 16, 1980)
Hace dos años, un tsunami sacudió Fukushima dejando un rastro de desolación a su paso. La foto muestra en qué se convirtió una extensa zona aquel 11 de marzo de 2011.
El 23 de mayo de 1972 la Dirección General de Energía española concedió a Iberduero S.A. autorización para la instalación de dos reactores nucleares de 900 MWe en la cala de Basordas, Lemoiz-Bizkaia y el 27 de septiembre del mismo año solicitó Iberduero S.A. autorización para construir otras tres en Euskal Herria: en punta Endata (Deba-Gipuzkoa), en Ogella (Ispaster, Bizkaia), y en Bergara (Tudela, Navarra).
El pueblo reaccionó de inmediato en contra. En Gipuzkoa la Diputación y ayuntamientos se opusieron también. Y lo mismo ocurrió en Tudela. El accidente de Harrisburg fue un aviso grave del peligro que conlleva para la vida del planeta la energía nuclear. El PNV, el Gobierno Vasco, UCD, PSOE y PC se mostraron o a favor del proyecto o en posición confusamente ambigua y dubitativa desde el primer momento.
Si Chernóbil volvió a poner de relieve de nuevo en 1986 (Ucrania) los peligros que encierra una central nuclear como amenaza a la vida y desastre económico, Fukushima ha echado por tierra las teorías míticas y mentiras gruesas de los voceros y propagandistas de tales proyectos, sin duda rentables para sus bolsillos y el del grupillo de tiburones depredadores, pero mortales de necesidad para la sociedad.
En Japón está viendo la gente la mentira de los seguros prometidos. No hay seguros porque los daños son imposibles de calcular.
Pero respecto al dinero sucio, cabe recordar hoy a los ciudadanos lo que escribía el 31 del 1 de 1991 el difunto Josu Arenaza, exmiembro del Bizkai Buru Bazar: «Los partidos políticos recibieron presiones de las instituciones presuntamente democráticas y de los departamentos del Gobierno central involucrados en la central nuclear de Lemoiz. Aunque resulta anecdótico, siendo yo miembro del BBB del PNV, en un momento determinado, recibimos una oferta de la entidad eléctrica propietaria (Iberduero) de 500.000 pts para los jóvenes de EGI a cambio de que borrasen las pintadas antinucleares.»
Y en Diario 16 de 1980 se decía: «El Partido Nacionalista Vasco parece haberse decantado a favor de la prosecución de las obras de Lemoiz y la energía nuclear… De todo ello no serían ajenas ciertas ventajas crediticias ofrecidas por el Banco de Vizcaya al sector Arzallus para la renovación de centros burocráticos y técnicos del partido en Vizcaya… Parece confirmarse que el Banco de Vizcaya haya prestado al PNV, a fondo perdido, una partida de millones, cuya cuantía no ha sido precisada, para financiar la restructuración de las comisiones técnicas en Vizcaya»
Y Carlos Garaikoetxea (ex-lehendakari del PNV) decía en 1994: «Yo tuve una pelea tremenda por el referendum y me lo boicotearon desde mi propio partido, por negociaciones subterráneas que tuvieron ellos (PNV) con Iberduero y con Madrid». Una vez más el PNV al servicio de su amo, engordando a costa de las gentes, saqueando y poniendo en peligro la vida de los ciudadanos con nocturnidad y engaño. ¡Es el capital, señores!
En contra de Lemoiz se posicionó la gran mayoría del pueblo. La derecha, con el PNV liderando, y el PSOE se posicionaron a favor. ETA le dio el tiro de gracia colocando una bomba cuando estaba a punto de entrar en función.
Una foto cualquiera de Fukushima hoy evita cualquier comentario prolijo. Pero no olvidemos que detrás de esta foto hay montón de víctimas y damnificados y, también, un pequeño grupo de criminales, que han traficado con la muerte de otros.
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