I. La alternativa política A día de hoy, está claro que ni el PCPE ni Izquierda Anticapitalista lo son. Habrá quien diga que UpyD, pero no hay duda de que este partido sería una nueva pata en la alternancia, sustituyendo al PP o al Psoe. Y en el caso de Izquierda Unida -que va a […]
I. La alternativa política
A día de hoy, está claro que ni el PCPE ni Izquierda Anticapitalista lo son. Habrá quien diga que UpyD, pero no hay duda de que este partido sería una nueva pata en la alternancia, sustituyendo al PP o al Psoe. Y en el caso de Izquierda Unida -que va a ser el objeto de nuestro estudio- debemos de preguntarnos si es alternativa o alternancia. Pero antes de contestar esta cuestión es conveniente el reincidir de una manera mas extensa sobre la primera pregunta para evitar equívocos que produzcan injerencias en el desarrollo del artículo.
Esta claro -sobre todo para los militantes- que el PCPE o IA presentan una alternativa, cada uno acorde a su base teórica e histórica, es decir, si el PCPE o IA fuesen la fuerza mayoritaria de este país en unas elecciones y pudiesen hacer gobierno, no hay duda de que por primera vez en este país habría un ejecutivo con una alternativa de gobierno cuyos pilares serían sin miramientos una postura anticapitalista o socialista.
Pero tal hecho, a corto plazo, es poco factible y no por el escaso apoyo en relación al número de votos, el cual en cualquier momento puede variar de manera sorprendente, sino mas bien por el hecho de su relativa inexistencia.
Ni mi padre, ni mi madre, ni mi hermana, ni mi suegro, ni mi suegra, ni mis vecinos mas cercanos, ni mis compañeros de trabajo conocen la existencia de un partido político llamado PCPE o IA, así que mucho menos su programa político, y dentro de la mínima parte que los conoce de nombre, hay quien los desprecia por sectarios, por antisistema, por minoritarios o por apoyo al voto útil a Izquierda Unida.
Existen diversas teorías sobre los espacios políticos posibles, pero lo que ahora nos interesa, es observar que en estos momentos la mayoría de los ciudadanos que van a votar son la mayoría que ven los distintos «debates» que ofrecen las televisiones generalistas (apenas una mínima minoria es la que lee Rebelión, Kaos en la red, Insurgente, Cuba Debate, Rebeldemule, La Mancha Obrera, El Viejo Topo etc). Y para ellos solo existen PP, Psoe, Iu, UpyD y los partidos nacionalistas, este no es el caso en Euskal Herria, donde está el ejemplo de EH Bildu. Es decir, no hay en estos momentos, ningún otro partido que los nombrados donde la población pueda centralizar el descontento y la rabia de la situación presente ante unas futuras elecciones.
En definitiva, que ni el PCPE ni IA pueden ser alternativa, porque aun siéndolo (en cuanto programa teórico y cuadros) no lo pueden ser (en la práctica, no por su escaso «apoyo», sino por su inexistencia para la mayoría de los trabajadores).
A estas alturas puede que algún lector exponga el nombre de Equo y sus votos. Yo por mi parte le responderé con una pregunta similar a la que vamos a plantear a Iu: ¿Equo es o pretende ser una alternativa, no al gobierno, sino una alternativa económica? Creo que la mayoría de sus militantes o simpatizantes tendrán claro que quieren ser una alternativa en el sistema capitalista de producción, no una alternativa al sistema capitalista. Es decir, Equo se presenta y se considera como alternancia.
Llegados a estas alturas y en relación a las palabras ofrecidas, bien se puede entender que en la pregunta, ¿Izquierda Unida: alternativa o alternancia?, la cuestión principal es tener claro la diferencia entre alternativa o alternancia, y en base a ello hemos ido descartando hasta ahora al PCPE, IA y Equo.
II. Antecedentes
La diferencia entre ser alternativa o alternancia va radicar fundamentalmente en el subtitulo de la obra magna de Marx, Crítica de la economía política. Es decir, que la diferencia entre los diferentes partidos políticos ha de radicar en la economía, su postura ante ella, pues ello y solo ello va indicar las políticas posibles y reales que se pueden realizar.
A modo de apoyo a nuestra postura vamos a dar tres ejemplos, que posteriormente van hacer mas entendible la disyuntiva a realizar sobre Izquierda Unida.
-Oskar Lafontaine
El caso de Oskar Lafontaine puede que para muchos no sea conocido a pesar de no estar muy lejos en el tiempo, en mi caso, lo considero paradigmático, gracias a que su caso es repetido en cada uno de los libros de Carlos Fernandez Liria.
¿Quién era Oskar Lafontaine?
Teniendo como base la Wikipedia -por lo cual asumo que puedo ofrecer errores-, Oskar Lafontaine fue un militante del SPD. Fue alcalde de Saarbrücken entre 1979-1985, siendo crítico con la política de la OTAN. Entre 1985-1998 fue el presidente del estado de Sarre, en donde apoyó la base industrial del estado, que se basaba en la producción de acero y la minería del carbón. Durante este intervalo de tiempo, Lafontaine fue el candidato del SPD a la Cancillería en la elección federal alemana de 1990 a raíz de la reunificación de Alemania. Durante la campaña fue atacado con un cuchillo por una mujer con una enfermedad mental después de un discurso en Colonia. En 1995 fue elegido como presidente del SPD. Tras ello, fue el responsable del cambio de estrategia del SPD, rechazando frontalmente la habitual cooperación bipartidista con el CDU que había caracterizado a la política alemana, y gracias a ello el SPD de Schröder logró una victoria inesperada en septiembre de 1998. Es entonces cuando en octubre de ese año el presidente del SPD es nombrado ministro de Finanzas.
¿Qué ocurrió entonces?
» […] intentó empezar a poner en práctica el programa político de izquierdas (muy moderado) para el que le habían votado; un mes después, había dimitido: le advirtieron que las únicas políticas viables en Alemania eran las que autorizara el Bundesbank. Su dimisión supuso una tremenda desilusión y un considerable cabreo para los votantes que tanto esperaban de él […]»
Carlos Fernandez Liria realiza este apunte tras las siguientes palabras que consideramos claves: «Vivimos en una sociedad hasta tal punto chantajeada por sus estructuras económicas, que se puede permitir el lujo de ser todo lo democrática que quiera, ya que, de todos modos, ninguna intervención democrática tiene ninguna posibilidad de prosperar.» Tras la dimisión ¡siguió militando en el SPD hasta 2005!, para en el 2007 convertirse en copresidente de Die Linke.
-Hugo Chávez
Este año apenas he visto un programa de La Tuerka, y lo hice por necesidad, para escuchar algo de cordura tras el fallecimiento de Hugo Chávez, puesto que salvo los minutos de un valeroso Juan Carlos Monedero en La Sexta, el resto fue pura vergüenza, e indicativo de por qué en el estado español no hay censura en los medios de comunicación: Porque aquellos periodistas que tienen una opinión diferente no trabajan ni tienen apenas voz en los mass media.
En dicho programa se recordó un hecho que a mi entender es importante para el tema que estamos tratando -lo cual no quiere decir que sea extrapolable. El movimiento político social que llevó a Hugo Chávez a ser el presidente de la república no habló en un principio de Socialismo, sino mas bien se dio cuenta de que para cambiar las cosas, para ponerlas de Derecho, para poder cumplir la Constitución realizada por la Asamblea Constituyente solo era posible a través del Socialismo. Es decir, que bajo un sistema de producción capitalista la bienintencionada Constitución de la República Bolivariana de Venezuela era -y es- poco más que papel mojado.
-AKEL
Yo sigo asombrado con lo que podemos llamar «caso AKEL» en lugar del «caso Chipre», y para ello nuevamente recomiendo nuevamente el artículo de José Luís Forneo del 19 de marzo, «El rescate a Chipre y la demostración de que los partidos comunistas no pueden contemporizar con la U.E.»
Asumo la práctica incorrecta de que una muestra (o una parte) sea ejemplo de un todo (o del resto de las partes). El AKEL es un partido que forma parte del PIE y sus acciones u omisiones puede que no hubiesen sido realizadas por el resto de partidos del PIE, por ello, más que afirmar, preguntamos:
¿La política realizada por AKEL ha diferido mucho del programa del PIE?
Se puede aducir que AKEL siendo el partido mas votado no tenía mayoría absoluta y para gobernar no le quedó mas remedio que «pactar» con la «socialdemocracia», y ante ello nos preguntamos:
¿No es esta la situación contraria que la acontecida en Andalucía y en ambos casos se esgrime (tanto cuando somos el partido mas votado y pactamos con la «socialdemocracia», como cuando la «socialdemocracia» es el partido mas votado y pactan con nosotros) que AKEL e Izquierda Unida no pueden realizar su programa porque dependen del partido «socialdemocrata»?
Lo cual nos puede llevar a la siguiente cuestión que es fundamental:
¿Qué medidas hubiese llevado a cabo AKEL de haber tenido mayoría absoluta? ¿Con dichas medidas hubiesen impedido la actual crisis?
Antes de acabar con el «caso AKEL», creo adecuado el enfrentarlo con el conocido «caso islandés». Aquel caso se indicó por activa y por pasiva que fue posible por su escasa población (319.000 habitantes), ¿entonces por qué Chipre con poco mas de un millón de habitantes y con un partido comunista como partido mas votado no fue capaz ni de hacer lo que allí se hizo?
Se ha de decir de antemano que nuestra opinión es mas cercana a la mostrada en La Mancha Obrera en el articulo «El mito de la revolución islandesa», en donde podemos leer:
«Tras el colapso financiero en 2008, la ciudadanía salió a las calles forzando unas elecciones anticipadas y referéndums en los cuales más del 90% de la población se negó a pagar la deuda externa de los bancos. Allí ocurrió lo que en otros países fue impensable: se juzgaron a los banqueros y políticos corruptos, se limpió completamente el parlamento y entre la ciudadanía están redactando borradores para una nueva Constitución. […] Lo que pasó en Islandia fue una profunda reforma manteniendo las estructuras de siempre: economía capitalista intervenida por el Estado de carácter democrático conocido como «Estado de Derecho» o «Estado del Bienestar». Se mantuvo el sistema bancario, las empresas, el parlamentarismo y siguen usando el dinero. No es el triunfo del pueblo, no nos engañemos, es la conquista de las clases medias. La explotación se volvió más sutil, pues siguen existiendo asalariados.»
Totalmente de acuerdo con lo anterior, por eso repetimos ¿y cómo es posible que en Chipre con poco mas de un millón de habitantes y con un partido comunista como partido mas votado no sea posible ni de hacer lo que allí se hizo? ¿Por qué no es capaz ni siquiera de «negarse a pagar la deuda» ni a juzgar «a banqueros y políticos corruptos» o limpiar «completamente el parlamento»? Es decir, AKEL puede esgrimir que no era capaz de llevar a cabo una «revolución socialista», ¡pero ni tampoco una reforma socialdemócrata como en Islandia! ¿Entonces qué puede hacer un partido comunista que asuma el programa del PIE? Lo cual nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Las medidas de los partidos que forman parte del PIE en el caso de gobernar en sus paises darían solución a la crisis?
Un hecho crucial lo expone Luis Pascual en su articulo:
«Islandia hizo una limpieza general y un profundo lavado de cara al sistema y ahora su economía vuelve a crecer, es decir, el capitalismo se ha desecho de los lastres y volvió a remontar y reforzarse. Al contrario que en Europa, Islandia no está en la UE y por tanto, tiene más independencia con respecto a otros países dentro de la zona euro, donde Alemania y Francia son los dominantes mientras que los países periféricos se convierten en colonias.»
Y finalmente hemos visto el resultado de esta publicitada «revolución islandesa»: la victoria el 27 de abril de la derecha.
III. ¿Izquierda Unida: Alternativa o Alternancia?
Para la contestación de dicha pregunta hemos partido de dos hechos; por una parte que ni el PCPE ni IA (ni ninguna otra fuerza política) que pudiendo ser alternativa, en cuanto programa teórico y cuadros, lo pueden ser en la práctica; no por su escaso «apoyo», sino por su inexistencia para la mayoría de los trabajadores. Y por otra parte, hemos constatado que un presidente del partido socialdemócrata alemán fue incapaz, le resultó imposible, el realizar una política económica socialdemócrata, que un presidente para realizar una política económica socialdemócrata (en términos clásicos) evidencia que ello solo es posible a través del Socialismo, y que un gobierno constituido por «comunistas» antes, durante y después de la «crisis» es incapaz de prevenirla o evitarla o solucionarla -ni siquiera- con una política económica socialdemócrata (dentro de los margenes que permite la Unión Europea y el Euro).
Tras lo dicho estamos en condiciones de poder empezar a hablar sobre la cuestión principal del artículo: Izquierda Unida.
Y he ahí la pregunta que le dirigimos: ¿Alternativa o Alternancia? Pregunta que siempre ha girado en torno a esta organización, pero que en estos momentos se representa vital, no para ella, para su futuro, sino para el presente de la clase trabajadora. Es decir, Izquierda Unida se va a encontrar próximamente con la misma cuestión con la que se halló Comisiones Obreras y que supuso el retroceso de la lucha de clase obrera: CC.OO se decantó por la afirmación de que no había mas salida que la capitalista y que debía luchar dentro de sus parámetros sin oponer la opción socialista, y de ello que mejor comprobación que su «SI» al Tratado de Maastricht. Izquierda Unida entonces dijo coherentemente «NO», la cuestión es que responderá Izquierda Unida hoy a las preguntas que se le van a plantear, y que según sus respuestas, le convertirán bien en Alternancia o bien en Alternativa. Y para responder a ellas, bien la valdría el tener en cuenta lo acontecido por Oskar Lafontaine, Chavez y AKEL.
Es decir, acorde al camino que elija Izquierda Unida así será el escenario que se le presente, e insistimos, de sus respuestas depende no el futuro de Izquierda Unida (el cual puede importar más o menos), sino el presente de la clase trabajadora.
Es un hecho constatado que a día de hoy Izquierda Unida ha subido en las encuestas e incluso que por primera vez supera al PSOE respecto a la intención directa de voto, por ello, para el desarrollo de nuestro análisis vamos a partir del hecho de que el PSOE pierde toda su fuerza y ella la presenta Izquierda Unida, es decir, el primer escenario teórico a plantear -que ahora puede parecer «utópico» pero del que no estuvieron tan lejos en Grecia- es aquel con Izquierda Unida obteniendo el 51% de los votos. Incluso en este «idílico» escenario, Izquierda Unida podrá comportarse de dos maneras:
a) Establecer al principio la política económica socialdemócrata que se halla en su programa electoral. Y según las firmeza con la que la lleve a cabo, se encontrará bien con la situación de Oskar Lafontaine o con la de AKEL. Es decir, notará la imposibilidad de ejecutarla al no ser posible en el marco del Euro y de la actual Unión Europea, y tal hecho es posible a causa de que los paises miembros no son soberanos, puesto que están supeditados a una política económica común, una política económica capitalista, bajo la cual no hay salida posible de la «crisis» para los trabajadores.
Bajo estas circunstancias Izquierda Unida puede resignarse, y en ese caso, convertirse en el nuevo partido de la Alternancia en ausencia del Psoe. O bien puede ser Alternativa, al no resignarse, al comprobar que bajo el marco del Tratado de Lisboa no hay cabida ni siquiera para «reformistas».
b) O puede ser Alternativa desde el mismo momento de formar gobierno y acorde a sus planteamientos teóricos: Proceso Constituyente y III República.
Pero aún entonces, se encontrará en una situación paralela a la Chavez, y es que la Constitución de la III República solo podrá llevarse a cabo a través del Socialismo y ello chocará frontalmente con los postulados fundacionales de la Unión Europea.
En definitiva, Izquierda Unida solo puede ser una Alternativa real, planteando un Proceso Constituyente que desemboque en la III República, la cual para no ser papel mojado ha de desarrollarse por la vía del Socialismo y ello ocasionaría la salida del Euro y de la actual Unión Europea, pues solo de ese modo, la República Española podrá ser soberana.
¿Cómo llegaría Izquierda Unida a la opción planteada (51%)?
Sería raro que ocurriese a las primeras de cambio, pero ello no significa que hayan de par ocho o doce años, y he ahí el ejemplo griego, en el que en un periodo breve de tiempo, Syriza estuvo cerca de convertirse en la primera fuerza del país.
Para nuestro análisis vamos a plantear dos escenarios «posibles» en unas futuras elecciones:
a) Izquierda Unida puede formar parte del gobierno:
Este caso bien puede ser porque un Psoe recuperado pacte con Izquierda Unida o lo contrario, una IU mayoritaria necesita los votos del cadáver del Psoe para formar gobierno.
Pero en ambos casos, lo importante para la clase trabajadora no será nunca que Izquierda Unida forme un gobierno estable o inestable, sino que sus problemas encuentren un atisbo de solución. Y ello, sin duda, no se puede lograr pactando con un partido que solo considera posible la «economía de mercado» y el mantenimiento del actual Euro, dos de las razones por las que la clase trabajadora está sufriendo en sus carnes esta «crisis» del capitalismo y del Euro.
¿En verdad nos creemos que aquello que no le fue posible a Oskar Lafontaine, al AKEL y a Chavez, lo hará posible Izquierda Unida pactando con el Psoe?
También podemos encontrarnos con un tercer caso, Izquierda Unida gobernando en minoria.
Pero en todos los casos, Izquierda Unida actuará solo como Alternativa luchando por el Poder y ello no se consigue pactando sino enfrentando modelos, dejando claro, como es el ejemplo griego y chipriota (y español, portugués, italiano) que no sabemos si la salida del Euro y de la actual Unión Europea ocasionará la bancarrota y hundimiento del país, pero lo que si que esta comprobado es que el Euro y la actual Unión Europea ya lo han ocasionado.
Es decir, Izquierda Unida no solucionará nada sino contrapone al sistema actual, otro, y de ello han de tener conocimiento los ciudadanos y asumirlo, sin ello Izquierda Unida sera una Alternancia más y el nuevo engaño para la clase trabajadora.
b) Izquierda Unida no puede formar parte del gobierno.
Este es el caso mas cercano a corto plazo, y en verdad es el mas provechoso: Izquierda Unida con un 20 a 30% de los votos. Es bajo estas condiciones donde el papel dirigente de la organización ha de hacerse notar y valer, y para ello esgrimir y explicar con un análisis certero (¡que parecerá profético!) que no hay solución posible -y así se ve ahora y se verá con mayor agudeza mañana- para la existencia de la Educación, la Sanidad y los Servicios Sociales públicos, para el desempleo, para los desahucios, etc, dentro del Tratado de Lisboa, es decir, bajo condiciones capitalistas de producción.
Es entonces, cuando rechazando cualquier pacto que mantenga el actual sistema capitalista inherente a la actual Unión Europea desde su génesis, cuando Izquierda Unida se convertirá en Alternativa, al plantear a los distintos movimientos y a la clase trabajadora que solo hay salida si aunamos fuerzas hacia un Proceso Constituyente que desencadene en la III República, y que esta solo es posible recuperando la soberanía y radicada en el poder popular, hecho que solo es factible a través del Socialismo.
Es decir, Izquierda Unida ha de decir NO a ser el nuevo PSOE -es decir, el ejemplo no ha de ser SYRIZA- pues ello apenas generará beneficio alguno a la clase trabajadora. Izquierda Unida ha de tener claro que se está en una guerra en donde el Capital está machacando sin piedad a los trabajadores y que el único camino viable es luchando contra el Capital. ¿Qué se quiere hacer por la vía del reformismo? Por mi parte no hay problema, la cuestión es si ello es posible y aceptable. Y sobre tal hecho considero adecuadas las siguientes palabras de Carlos Fernandez Liria y Luis Alegre Zahonero:
«En efecto, siempre hemos sostenido la aspiración ‘a una revolución económica, social y política digna de ese nombre'[…] Ahora bien, respecto al tipo de ‘ley’ y ‘juridicidad’ que defendemos para el tránsito, la verdad es que lo que más nos gustaría es poder ser reformistas, es decir, que existiesen efectivamente canales legales por los que corregir este estado de cosas. En efecto, si pensásemos que el actual marco jurídico, tal como pretende, permite tomar decisiones democráticas capaces de modificar el orden económico, sin duda defenderíamos, sin más, la ley y la juridicidad que corresponde al diseño formal, si se quiere llamar así, del ‘Estado burgués realmente existente’. Es en este sentido en el que unos reformistas vocacionales como nosotros no podemos dejar de considerarnos revolucionarios: cualquier reformista honesto puede saber de antemano (y debe prever) que no le va a quedar más opción que gestionar una interrupción violenta del orden constitucional. Quien pretenda intervenir en el actual sistema de distribución de la renta o intente tomar medidas que afecten a grandes intereses económicos (por ejemplo para garantizar la sostenibilidad del planeta), debe saber que va a toparse con una reacción violenta capaz de dar al traste con todo el ordenamiento jurídico y recordar a sangre y fuego que el margen para la reforma era una ficción que más valía no tomarse en serio. En este sentido, no defendemos la revolución como vocación de los revolucionarios sino como el destino impuesto a los reformistas honrados.»
Sinceramente creo que estas palabras son claras y meridianas.
En definitiva, Izquierda Unida puede ser Alternancia, -intentando cambiar las cosas, sin las cosas cambiar. Intentando cambiar las partes del Todo, pero el Todo solo se cambia cambiándole a él. Intentando aplicar soluciones dentro del sistema, cuando el sistema es el problema que hay que solucionar- o Alternativa. Ha de elegir sabiendo que en el caso de que elija ser Alternancia puede mirarse en el espejo del PCF y PCI, y en este caso la clase trabajadora habrá perdido tiempo, habrá perdido una oportunidad, pero a la vez habrá dejado un nuevo cadáver por el camino y entonces elegirá un nuevo cuerpo donde organizarse y conformar la única Alternativa que hace posible la dignidad de un pueblo.
¿Los movimientos como Alternativa?
Existe un sujeto del que no hemos hablado y hemos dejado hasta ahora de lado. Sujeto que hace unos años hubiésemos llamado 15M y hoy Frente Cívico. Debemos de reseñar nuevamente que consideramos que los movimientos han de confluir en una organización y que esta ha de tener un papel dirigente – el objetivo no es la lucha, se ha de luchar por un objetivo.
Pero supongamos que el carisma de Julio Anguita al frente de las «medidas concretas» que conforman el Frente Cívico se convierte en mayoritario -lo cual es su gran objetivo, de ahí que su nombre completo sea Frente Cívico «Somos mayoría»- y conforme un verdadero Contrapoder que desemboque en un nuevo Proceso Constituyente o en una organización que ejecute esas «medidas concretas».
Pues bien, Julio Anguita es el primero en saber, que hoy mas que nunca, las medidas que propone el Frente Cívico no son posibles dentro del Euro y de la actual Unión Europea, y que para hacerlas posibles el estado ha de ser soberano en sus decisiones y no depender de los mercados, y para ello no queda mas cabida que cambiar el modelo productivo, un modelo a favor de las personas y no de la economía. Es decir, Julio Anguita es consciente que las razonables medidas del Frente Cívico, que a todas luces no son nada «revolucionarias» solo serían posibles a través de una revolución, pero para ello, la clase trabajadora ha de despertarse, ha de concienciarse, ha de sentirse responsable, y en ese caso, darse cuenta que para vivir con dignidad (que son las «medidas concretas» del Frente Cívico) no es posible dentro del marco actual, y es entonces cuando se hará revolucionaria, pero no porque quiera todo el poder para la clase obrera sino para apenas tener Sanidad, Educación, Servicios Sociales, Vivienda, Empleo, etc, y para ello es necesario que el poder lo tenga la clase obrera y es obligado que disponga de los medios de producción. Todo lo demás es marear la perdiz.
IV. Conclusiones
El 23 de junio del 2012 se llevó a cabo en Madrid la Conferencia Política del PCE, el cual finalizó con un documento, cuyo apartado 3 que llevaba como título, «El Euro, las políticas de ajuste y la crisis del proyecto neoliberal en Europa» nos parece clave en relación con lo tratado. Presenta, a nuestro entender, un análisis acertado y real de la situación del Euro y de la Unión Europa:
«La especialización productiva de España ha traído como consecuencia nuestra conversión en un país endeudado debido al fuerte déficit exterior contraído con los países del centro europeo y de fuera de la UE. Este proceso entra dentro de la dinámica de endeudamiento general de los países de la periferia europea, provocada por la estrategia exportadora alemana, la cual ha impuesto una división espacial dentro de la Unión Europea entre países del centro exportadores y dotados de una fuerte estructura industrial y tecnológica y países periféricos endeudados que han reproducido un modelo comercial dependiente. Esquema que define al proyecto neoliberal europeo y que tiene en el euro a su principal exponente.» A continuación se señala, «Este proyecto, que se asienta en el Tratado de Maastricht, creaba un espacio exclusivamente económico en el que los capitales, financieros e industriales, pudieran ampliar la escala de sus negocios, generar un espacio que favoreciese únicamente los intercambios económicos, supeditando los intereses de los pueblos de Europa a los intereses de sus oligarquías económicas». Y finalmente se indica, «Nos encontramos pues con un proyecto de Unión Europea donde el capital se convierte en el director de la política económica capaz de dirigir las políticas económicas de los estados miembros. En ese sentido se realiza, en el siglo XXI y en Europa, el sueño de Adam Smith, la «mano invisible» ya no sólo regula los flujos económicos, la oferta y la demanda, sino también las políticas de los estados miembros y los gobiernos sirven ciegamente a los intereses de las burguesías europeas. Podemos concluir que la crisis y su repercusión en España no son producto de una coyuntura sino de una estructura europea que, permanentemente a través de las políticas de ajustes, no hace más que agravar el sufrimiento de los pueblos y la perdida de soberanía.»
Ningún pero al análisis, ¿pero cual es la respuesta que se ha de dar ante esta situación?
Por una parte el documento señala que, «la defensa de posturas de salida unilateral del euro, dentro del actual marco de relaciones sociales de producción, sería dirigida y gestionada por el bloque de poder de la oligarquía española, que continuaría con las mismas políticas de ajustes haciendo recaer el peso de la crisis en la clase trabajadora y que, en el caso de España, profundizarían nuestro carácter periférico a través de una mayor especialización exportadora basada en el turismo y la agricultura intensiva, así como las consecuencias que sobre los salarios traería la fuerte devaluación subsiguiente así como el fuerte aumento de la inflación.»
Y por otra parte plantea la necesidad de, «articular una alternativa diferente al diseño económico e institucional de la Europa diseñada en el Tratado de Maastricht.» Y para ello esgrime, «El Programa del Partido de la Izquierda Europea ofrece una alternativa a la actual Unión Europea. El Programa se basa en cuatro grandes pilares para refundar una Europa de Paz, de pleno empleo, de derechos humanos y de igualdad y de respeto a la naturaleza. Líneas programáticas que se basan en la defensa de un sistema político que sitúa a los trabajadores y a las trabajadoras como rectores de la vida política y económica europea, como desarrollo de nuestro modelo de democracia participativa. Para ello hace falta un nuevo Tratado que se base en la democracia y en la soberanía de los pueblos de Europa, de ahí la necesidad de modificar los actuales cimientos para avanzar hacia una Europa más federal, con mayores competencias para el Parlamento Europeo, una dimensión social y pública del Banco Central Europeo, una fiscalidad europea con servicios públicos, salarios y pensiones europeas, un modelo de desarrollo económico y social basado en el respeto a la naturaleza y en la satisfacción de las necesidades sociales, con una agricultura ecológica garantizando la soberanía y seguridad alimentaria y con una disminución del uso de recursos energéticos. Una UE que posea como eje internacional la búsqueda de la paz, la renuncia a la guerra, la disolución de la OTAN, la declaración de una Europa desnuclearizada, la reconversión de la industria militar y el establecimiento de acuerdos de cooperación con nuestros pueblos vecinos y un papel positivo en el seno de las agencias internacionales, empezando por la ONU y su Consejo de Seguridad, y siguiendo con el FMI, el BM, y haciendo que la OMC esté bajo control democrático internacional. Una Europa de los derechos humanos y de la igualdad, de defensa de los derechos de las mujeres, de trato respetuoso a la población inmigrante independientemente de su situación administrativa, de ejercicio de la participación ciudadana, ya a través de referéndum o a través de otros medios.»
Claramente, por un lado ¿quién puede negar que una salida de la actual Unión Europea y del Euro por parte del PP, del Psoe o de cualquier otro partido -o movimiento- que considere como único sistema de producción el capitalista, no cambiaría nada, ni daría solución alguna a los problemas que sufre la clase trabajadora? Y por el otro, ¿no hay duda de que la mayoría de la clase obrera preferiría la Europa de los Pueblos que propone el PIE que la actual Unión Europea? Pero tras lo dicho -que es obvio- se podría objetar:
1) Claro que la solución no está en salir de la actual Unión Europea y del Euro, sino en que Izquierda Unida ante una situación de mayoría pocas soluciones podría dar a la clase trabajadora que le ha votado dentro de la actual Unión Europea y del Euro, al no tener soberanía, a causa, de «un sistema de deuda externa que mantiene un colonialismo económico que obliga a seguir las directrices de políticas economicas que imponen el FMI y el BM». Y en ese caso podemos tener como ejemplo al AKEL.
Es decir, Izquierda Unida únicamente podrá dar soluciones reales a la clase trabajadora si como primer paso se sale de la actual Unión Europea y del Euro -para recuperar soberanía – y tras ello llevase a cabo un Proceso Constituyente cuya realización solo es posible a través del Socialismo.
2) No hay duda, y mucho menos los comunistas, de la necesidad y de la obligación del «Internacionalismo» y de la constitución de algo así como la «Europa de los pueblos». Hecho que ya estuvo presente en los paises del «campo socialista» y actualmente en Suramérica.
La cuestión a plantear no es si es necesaria una unión de los pueblos de Europa, ni que esta sea como plantea el PIE, sino ¡que la Europa de los Pueblos del PIE es imposible dentro del actual marco de la Unión Europea y de su génesis fundacional!
Por ello consideramos vital que los ciudadanos recuperen la soberanía -y para ello no queda otro camino que abandonar el Euro y la actual Unión Europea y combatir el «colonialismo económico»- y tras ello y de manera voluntaria el formar la Europa de los pueblos, de los pueblos socialistas.
Hemos repetido de manera insistente la necesidad y la obligación de que la clase trabajadora vea como primer paso para dar soluciones a sus problemas, la recuperación de soberanía, y ella claro que podría venir por un hipotético cambio de la Unión Europea, ¡pero es que la Unión Europea es lo que es y no va a ser otra cosa! Por ello consideramos que ese primer paso ha de ser la salida del Euro y de la actual Unión Europea.
¿Qué opina Izquierda Unida actualmente sobre este tema?
Pues, aunque de manera lenta, «parece» que esta visión de la realidad -que hace años empezó a proponer y hacer visible de manera ostensible el movimiento comunista europeo, y que se hace mas palpable ante el caso AKEL- empieza a hacer mella en Izquierda Unida. Por una parte tenemos a su coordinador federal, Cayo Lara, donde en el programa del 9 de marzo de La Sexta Noche, al ser preguntado de manera acertada, «¿Cuál es su opinión del euro? ¿Deberíamos salir del Euro? ¿Con la estructura actual del Euro se puede llevar a cabo una política como la que usted defiende o habría que salir y dar a la soberanía de los paises la capacidad de tener un banco central, etc ?, responde, «Nosotros estamos en un proceso de debate, nos hemos comprometido a que vamos a tener una conferencia antes de que acabe el mes de junio donde vamos a plantear nuestra posición política con respecto a la Unión Europea concretándola muchísimo mas, y el debate del euro va a entrar dentro de ese debate que vamos a tener en la organización, porque tenemos muchas dudas, en este momento hay dudas entre los distintos economistas […] se esta valorando qué sería peor mantenernos o plantear una salida del euro» .
Por otra parte el Mundo Obrero de Abril realizó una interesante entrevista a Juan Francisco Martín Seco, cuyo titular es , «Las salidas que se plantean dentro del Euro son todo menos virtuosas».
Por lo tanto, parece ser que Izquierda Unida ¡por fin empieza a plantearse la salida del Euro!, que como hemos dicho es solo un primer paso, necesario pero no suficiente, pero como tarde mucho mas en decidirse, puede que Izquierda Unida se convierte en Alternancia -y eso lo será gracias a los poderes, que al observarlo inocuo al no enfrentarse a él, al sistema de producción capitalista, no tendrá problema alguno en que Izquierda Unida sustituya al Psoe- pero nunca en Alternativa, y esta será buscada por la clase trabajadora en otras organizaciones.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.