De Torquemada, primer y gran inquisidor, los historiadores nunca se han puesto de acuerdo sobre el número de seres humanos que quemó vivos. Algunos hablan de miles de personas asesinadas, otros de decenas de miles… Cada quien puede hacer sus conjeturas. En lo que sí hay consenso es en el número de virtudes que practicaba: […]
De Torquemada, primer y gran inquisidor, los historiadores nunca se han puesto de acuerdo sobre el número de seres humanos que quemó vivos. Algunos hablan de miles de personas asesinadas, otros de decenas de miles… Cada quien puede hacer sus conjeturas. En lo que sí hay consenso es en el número de virtudes que practicaba: ninguna.
De Urquijo, actual inquisidor civil de España en el País Vasco, los periodistas tampoco se ponen de acuerdo en el número de atropellos que acomete. Algunos escriben que miles de desmanes, otros que decenas de miles de dislates… Cada quien puede tirar de hemeroteca o apelar a la propia memoria pero, a Urquijo, ya que no neuronas, yo sí que le concedo una virtud.
Y es que es laborioso, perseverante. No descansa nunca. A diferencia de la inquisidora navarra, que se la pasa de festejo en festejo, Carlos Urquijo no abandona su despacho. Y no sólo por justificar su cargo y sueldo sino, porque en su tenaz cometido, lo mismo enmienda el derecho de los bilbainos a organizar sus fiestas y elegir a su txupinera que reforma el de los laudioarras para nombrar a su pregonero.
Ahora, incansable, también se hace cargo de diseñar la programación de la EITB y resuelve vetar la aparición en ese medio vasco de Pirritx y Porrotx, la mejor expresión con que cuenta la infancia del país.
Inmune al natural desaliento de quien acaba consiguiendo siempre justo lo contrario de lo que se propone, Urquijo ya debe estar urdiendo una nueva incursión en los medios y, en cualquier momento, hace pública su denuncia de que el horóscopo del periódico Gara en relación a Aries «pudiera constituir una contravención de la Ley del Parlamento Vasco 4/2008, de 19 de junio, de Reconocimiento y Reparación a las Víctimas de Terrorismo, así como de la Ley 29/2011 de 22 de septiembre, de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas de Terrorismo».
A Torquemada, como inquisidor, le queda el consuelo de haber pasado a la historia, así sea negra. A Urquijo, como payaso, digno oficio donde los haya, no le alcanza ni para Intereconomía.
Y a propósito de payasos, Pirritx y Porrotx van a estar el domingo 22 en Lazkao, desde las diez de la mañana, en un encuentro festivo en el que habrá talleres, hinchables, música, teatro, espectáculos… y una gigantesca paella con postre para quienes nos acerquemos ese día.
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