«Difícilmente encontrarás un artículo sobre esta cuestión. Ellos son nuestros socios comerciales«. Estas palabras han sido la respuesta ofrecida por varios periodistas procedentes de distintos medios de Cuba con relación a la ausencia de artículos -en la prensa nacional- sobre específicas cuestiones de política internacional. Las violaciones de los más elementales derechos humanos en la […]
«Difícilmente encontrarás un artículo sobre esta cuestión. Ellos son nuestros socios comerciales«.
Estas palabras han sido la respuesta ofrecida por varios periodistas procedentes de distintos medios de Cuba con relación a la ausencia de artículos -en la prensa nacional- sobre específicas cuestiones de política internacional.
Las violaciones de los más elementales derechos humanos en la monarquía absoluta de Arabia Saudita, un cualquier acto de violencia cometido en algún país del ALBA, los lazos que hubiera podido tener el Papa Francisco con el antiguo régimen militar argentino, muchas cuestionables medidas tomadas por los gobiernos de Rusia, China, Irán o Corea del Norte, entre muchas otras cosas, son cuestiones que quedan completamente olvidadas en los medios cubanos, debido -esta parece ser la razón- a los particulares vínculos que existen entre el gobierno de la Isla y los citados gobiernos o actores políticos internacionales.
Y esto implica que si por un lado la prensa cubana aborda con un excelente enfoque determinados acontecimientos internacionales -los que la gran prensa capitalista transnacional sistemáticamente oculta-, por el otro silencia muchos otros sucesos de política interna e internacional de sus socios comerciales.
Supongamos entonces -en un ejercicio de pura fantapolítica- que un día el gobierno de Estados Unidos levante el bloqueo que mantiene contra Cuba, ponga fin a todos los intentos subversivos contra el sistema vigente en la Isla, renuncie a su presencia militar en el territorio de Guantánamo, libere a los cuatro antiterroristas que todavía permanecen detenidos en sus cárceles. Es decir, supongamos que un día el gobierno norteamericano, con respeto -y solo con respeto- a Cuba, abandone su antigua política imperialista y se convierta, debido a la cercana posición geográfica, en un socio comercial preferencial de la Isla, que le facilite el acceso a las tecnologías, al crédito internacional y favorezca su ingreso en todos los foros económicos, comerciales y políticos del mundo. Pero -y es la hipótesis más plausible- supongamos también que Estados Unidos siga actuando en el resto del mundo como una potencia imperial, siga tratando de derrocar a gobiernos históricamente incómodos, financiando a terroristas disfrazados de rebeldes en todos los rincones del planeta. Es decir, supongamos que Estados Unidos siga siendo Estados Unidos, un imperio económico y militar que funda su poder en el aniquilamiento de los pueblos.
¿Qué pasaría en este más imposible que improbable escenario?
El gobierno de Cuba -claramente y como debe ser, ya que el objetivo principal de cada gobierno es ocuparse del bienestar y de los intereses de su nación- actuaría con pragmatismo, saludaría esta noticia y trataría de mejorar siempre más las relaciones con el poderoso vecino del Norte. Evitaría asumir posiciones oficiales que pudieran resultar radicales, callaría, o hasta podría respaldar determinadas acciones de política internacional norteamericana (nadie olvidará el cuestionable pero justificable y sobre todo necesario respaldo público que Fidel Castro dio a la invasión soviética en Checoslovaquia en 1968).
Las preguntas -o quizás las dudas- son consecuentes. ¿Qué hará la prensa cubana en una Cuba sin bloqueo? ¿De repente los problemas internos de Estados Unidos -como la violencia, la pobreza y la exclusión- desaparecerán así como desaparecieron los problemas de muchos «países socios»? ¿La prensa cubana se olvidará de la existencia de los Estados Unidos o finalmente entenderá que existe -y debe existir- una diferencia básica entre notas oficiales y periodismo? ¿Entenderá que «prensa pública» no significa reproducir las visiones oficiales de un gobierno? ¿O los lectores tendremos que aceptar la fatal ecuación periodística cubana según la cual cuanto más la Isla esté integrada en el sistema internacional, menos problemas que analizar habrá en el mundo?
Fuente: http://capitulocubano.blogspot.it/2000/11/2013-preguntas-prensa-cuabana.html