Durante la última sesión de negociaciones (abril 7-11) el grupo de expertos de Naciones Unidas sobre el clima concedió un reacio guiño de apoyo a una controvertida -y en gran parte meramente teórica- técnica de geoingeniería conocida como BECCS, por sus siglas en inglés, que son las iniciales de Bioenergía con Captura y Almacenamiento de […]
Durante la última sesión de negociaciones (abril 7-11) el grupo de expertos de Naciones Unidas sobre el clima concedió un reacio guiño de apoyo a una controvertida -y en gran parte meramente teórica- técnica de geoingeniería conocida como BECCS, por sus siglas en inglés, que son las iniciales de Bioenergía con Captura y Almacenamiento de Carbono. La geoingeniería se refiere a remiendos tecnológicos extremos que buscan alterar el clima en gran escala. En su reporte aprobado el sábado 12 de abril, el Grupo de Trabajo III (WGIII) del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, IPCC, en gran medida soslayó el tema de la geoigneiría, pero sí sugirió que BECCS sería como una solución dolorosa que un mundo sobrecalentado tal vez tendría que asumir. Según el IPCC, BECCS y otras tecnologías de Remoción de Dióxido de Carbono (RDC) van a volverse necesarias en escenarios «rebasados», donde la mitigación de las emisiones de gases con efecto de invernadero sea muy difícil o tardía, lo que hará que a la larga se necesiten cortes más veloces y profundos de las emisiones para limitar el aumento de la temperatura. El IPCC enfatiza que «el rebasamiento» en general vuelve más difícil que cualquier meta de reducción de la temperatura se pueda cumplir.
En respuesta, grupos de la sociedad civil advirtieron que la solución dolorosa que implica BECCS es dolorosa precisamente porque intrínsecamente es muy dañina:
«Confiar en que BECCS ayudará en un escenario de rebasamiento de las emisiones no solamente es asumir una solución dolorosa, sino que es engañarse con un placebo, que a fin de cuentas podría ser hasta venenoso», afirmó Jim Thomas del Grupo ETC, quien estuvo en Berlín para las negociaciones. «No sabemos si con BECCS se podrá eliminar exitosamente carbono de la atmósfera, pero sí sabemos que la producción de bioenergía elimina la tierra a los agricultores, elimina los árboles de los bosques y eliminará la coyuntura de los esfuerzos para que se reduzcan las emisiones. Dar prominencia a BECCS en el último informe del IPCC fue un error.»
Todos los componentes de BECCS (bioenergía, captura y almacenamiento de carbono) son peligrosos, inciertos y riesgosos:
- Cualquier despliegue de BECCS que pudiera tener efectos notorios sobre el clima requeriría cambios significativos del uso de la tierra para convertirla a terrenos en los que se cultivara biomasa. El Resumen para Elaboradores de Políticas del WGIII lo dice: «las barreras que se oponen a un despliegue en gran escala de la producción de bionenergía incluyen los riesgos y preocupaciones por las emisiones de gases con efecto de invernadero, desde la tierra, la seguridad alimentaria, la conservación de la biodiversidad y las formas de sustento.» (Traducción nuestra).
- Actualmente no hay una forma segura y efectiva para almacenar dióxido de carbono (CO2) bajo el suelo. Hoy en día, el CO2 almacenado se vende a las compañías petroleras para incrementar la recuperación del petróleo, aumentando como consecuencia la cantidad de combustibles fósiles susceptibles de quemarse. No sorprende que la industria de los combustibles fósiles esté invirtiendo en el desarrollo de la captura de carbono como forma de asegurar a los inversionistas que sus billones de dólares de activos no perderán valor. En este reporte, el IPCC enfatizó que «la disponibilidad de técnicas de captura y almacenamiento de carbono reducirán los efectos adversos de la mitigación sobre el valor de los activos de combustibles fósiles.»
El WGIII reconoció que con respecto a las técnicas de remoción de dióxido de carbono, «la disponibilidad y escala de esas… tecnologías y métodos son inciertas y… se asocian, en grados diversos, con retos y riesgos.» Más aún, el Estado Plurinacional de Bolivia emitió la siguiente reserva a su aceptación del texto final del IPCC: «Las tecnologías propuestas por el IPCC para promover las acciones de mitigación se enmarcan principalmente en el uso de las técnicas de geoingeniería para la remoción de dióxido de carbono (RDC), particularmente con el uso de la bioenergía (BE) y la captura y almacenamiento de carbono (por sus siglas en inglés, CCS) y su combinación en BECCS, y también se resaltan las tecnologías de Manejo de la Radiación Solar (MRS). Estas tecnologías violan los derechos de la Madre Tierra y particularmente su derecho a adaptarse naturalmente al cambio climático y tienen un importante impacto sobre la subsistencia y los derechos fundamentales de los pueblos indígenas y locales.» (Traducción nuestra).
Los promotores de la geoingeniería recibieron decepcionados el reporte que se adoptó en Berlín el sábado 12 de abril. A pesar de dos años de esfuerzos para lograr que el IPCC apoyara la geoingeniería y asesorara al grupo de trabajo especial sobre el tema, la inclusión de BECCS, con solamente un respaldo calificado en la contribución del WGIII al 5º Reporte de Evaluación (conocido como AR5), no significa una victoria. El año pasado, The Guardian en Reino Unido reveló que Rusia había logrado cabildear al grupo de Trabajo I (WGI) del IPCC para que hiciera mención de las propuestas de geoingeniería relativas al manejo de la radiación solar (MRS), que intentan bloquear o reflejar la luz del sol (1). Según Associated Press, Rusia volvió a aplicar similar presión sobre el WGIII (2), sin éxito.
Aunque el informe del sábado 12 fue el último de los tres grupos de trabajo del IPCC, la disputa en torno a la geoingeniería aún no termina. El IPCC ha estado redactando un documento síntesis a partir de los reportes de los tres grupos de trabajo, el cual los gobiernos y los expertos revisarán en estos días. El objetivo es lograr su aprobación y comenzar a distribuirlo a final de octubre de 2014. La síntesis de los reportes será la fuente principal de información para los negociadores al Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), que se reunirán del 1 al 14 de diciembre para su 20ava conferencia de las partes (COP20) en Lima, Perú. La síntesis de los reportes se está redactando ahora y a pesar de la falta de entusiasmo por la geoingeniería en los tres grupos de trabajo, el tema ocupa un espacio en el perfil de lo que será el documento: «Geoingeniería: su posible papel, opciones, riesgos y estado.» Sin embargo, como nota Jim Thomas del Grupo ETC, «la geoingeniería apareció muy poco en los grupos de trabajo II y III, y eso podría indicar que su efecto placebo está desapareciendo.»
Notas
(1) Martin Lukacs, Suzanne Goldenberg y Adam Vaughan, «Russia Urges UN Climate Report to Include Geoengineering,» (Rusia presiona para que el reporte de la ONU sobre cambio climático incluya la geoingeniería), en The Guardian, 19 de septiembre de 2013.
(2) Karl Ritter, «Climate change Plan B stirs controversy, doubt» (El plan B para el cambio climático levanta controversia), en Associated Press, 11 de abril de 2014.
Ver también:
Resumen del WGIII para elaboradores de políticas (en inglés):
http://mitigation2014.org/report/summary-for-policy-makers .
El Grupo ETC produjo un breve document de context sobre el IPCC y la geoingeniería, en línea:
http://www.etcgroup.org/es/content/el-5o-informe-de-evaluaci%C3%B3n-ar5-…
Fuente original: http://www.etcgroup.org/es/content/ipcc-and-geoengineering-bitter-pill-also-poison-pill