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Fauna ibérica

El monárquico borbónico (variedades y hábitat)

Fuentes: Rebelión

España, que en el pasado fue «martillo de herejes, luz de Tento, espada de Roma» etc., según afirmara con tanta erudición como entusiasmo don Marcelino, es desde hace casi 40 años la reserva de una especie en extinción en el Sur de Europa. Liquidada la monarquía en Francia (y a las bravas, precisamente con los […]

España, que en el pasado fue «martillo de herejes, luz de Tento, espada de Roma» etc., según afirmara con tanta erudición como entusiasmo don Marcelino, es desde hace casi 40 años la reserva de una especie en extinción en el Sur de Europa. Liquidada la monarquía en Francia (y a las bravas, precisamente con los Borbones), en Portugal, en Italia y en Grecia (con la expulsión del rey Constantino, hermano de la reina Sofía), sólo queda España como reserva de esta especie secular, y gracias precisamente a un «hombre providencial» como llamó el Papa al general Franco, que se encargó de restaurarla después de haber dirigido el levantamiento militar que destruyó la II República.

Coexisten en el seno de la monarquía borbónica hispana diversas variedades de monárquicos. Unos, de viejo cuño (estilo conde de Romanones) que la consideran de origen divino y la valoran sobre todo por su labor protectora de los latifundistas del Sur y los banqueros del Norte. Suelen distinguirse todavía por llevar el ABC bajo el brazo. Denominación científica: Bourbonicus vetus.

Otros son neofranquistas a los que la monarquía les parece el menos malo de los regímenes políticos, en la línea pragmática del dictador que prefería su propia dictadura a cualquier otro régimen aunque para el futuro se inclinaba por una monarquía restaurada por él mismo. Denominación: Bourbonicus dictatorialis.

Más reciente es la variedad de los neoliberales que, preocupados por aplicar sus drásticas recetas económicas y temerosos de que la olla estalle por la presión social, ven en la monarquía la tabla de salvación del capitalismo tardío y el freno a cualquier política de inspiración radical o socialista. Denominación: Bourbonicus pecuniarius.

El juancarlismo produjo desde su llegada un curioso híbrido mitad monárquico/mitad republicano. Poniéndose un poco en trance, estos ejemplares, generalmente de buen aspecto y algo atildados, confiesan en privado sus orígenes republicanos aunque ejercen sin vacilar como activos monárquicos. Esta variedad se ha reproducido con mucho éxito entre los politicos de la transición. Modelo y precursor de ella fue Santiago Carrillo, paseado por tertulias y redacciones con un triple papel o papelón comunista/republicano/monárquico, y él tan ufano fumando imperturbable un cigarrillo rubio. Denominación: Bourbonicus hybrida.

Mientras escribo estas líneas me entero de una recién creada Fundación de exministros de diverso pelaje que hacen profesión de monarquismo y de ferviente adhesión tanto al padre como al hijo. Promovida por dos políticos de largo vuelo y duro espolón, Eduardo Zaplana del PP y José Bono del PSOE, es presidida por la empresaria vasca Cristina Garmendia, fundadora de la empresa de biotecnología Genetrix y directiva de la sociedad de capital riesgo YSIOS, especializada en salud y biotecnología. Aunque sus miembros podrían encuadrarse en algunas de las anteriores variedades, dado su entronque común (exministros) y su vocación de futuro (apoyar sin fisura la monarquía borbónica, «inasequibles al desaliento») merecen formar parte de una nueva. Denominación: Bourbonicus grati ventris, es decir, «estómagos agradecidos», también llamados en lenguaje vulgar del comedero o de la cazarra.

Como no tengo la paciencia de los biólogos en el seguimiento y descripción de tan variada fauna ibérica, me limitaré hoy a trazar un cuadro impresionista de ella basándome para esto en las propias declaraciones de los interesados, declaraciones muy abundantes a raíz de la abdicación del rey y de la tan acelerada como prevista designación de su hijo Felipe.

Juan Rosell, presidente de la patronal CEOE: «El cambio operado en la España del Rey Juan Carlos I supera cualquier expectativa, a la luz de lo que España fue a lo largo de los siglos. (…) Se va el mejor Rey de la historia… Viene el nuevo Rey, el mejor preparado, con la mayor experiencia práctica acumulada, una visión global del mundo…». (Artículo publicado en el diario ABC, día 6-6-2014). Por este ditirambo se ve que la gran patronal estaba feliz con el rey que se marcha y que apoya ahora con entusiasmo a su vástago. (De la variedad Bourbonicus pecuniarius, muy abundante, como es lógico, entre los grandes empresarios).

Arturo Fernández, vicepresidente de la CEOE y presidente de la patronal madrileña CEIM. Ha agradecido al rey en un acto público el haber «podido disfrutar de una España en libertad económicamente y con todos los derechos (?) que nos marca la Constitución «. Este hombre parece autista, ya que no se ha debido enterar de los millones de parados, de los cientos de miles de niños que pasan hambre en España y de tantas miles de familias desahuciadas de sus pisos. «Le debemos mucho» [los empresarios, se entiende], ha concluido. Debe ser verdad. (De la misma variedad que el anterior, aunque éste se distingue por el pelo blanco).

Felipe González, expresidente de gobierno, exsecretario general del PSOE y consejero de Gas Natural Fenosa. «La decisión (de abdicar) que ha tomado el Rey [de la que reconoce haber estado al tanto] dará un impulso reformador de carácter general a un país que es poco reformador. Yo no he sido un monárquico militante convencido… El balance de su reinado es extraordinariamente positivo. Nos da por primera vez en 300 años un periodo de estabilidad democrática y de convivencia en libertad». (Declaraciones a El País, día 2-6-2014) . En su falsificado balance histórico se podía haber remontado a los Reyes Católicos e incluso hasta Don Pelayo. El conservador para él no es el rey o la monarquía sino el pueblo: curiosa conclusión. Olvida las luchas políticas y sociales de los siglos XIX y XX a favor de la democracia y los derechos de los trabajadores. Un caso claro de amnesia global: ni siquiera recuerda la II República. (Variedad Bourbonicus hybrida, arraigada en el PSOE, en especial entre altos cargos presentes en consejos de administración de importantes empresas).

Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE. «Protagonista esencial de este periodo de nuestra historia, S. M. el Rey culmina, con esta decisión, un reinado que ha constituido un compromiso inquebrantable con la democracia y con los derechos y libertades de los españoles. El Rey cierra, ahora, una vida dedicada a España a la que, sin duda, también ha tenido presente al tomar esta decisión. (…) Hoy se abre un tiempo nuevo en el que Don Felipe de Borbón representa el respeto a la Constitución y la estabilidad institucional». (Declaración oficial tras la noticia de la abdicación real). Al mismo tiempo que elogia el reinado de Juan Carlos sin señalar la menor crítica, da la bienvenida a su hijo bajo la pretenciosa profecía de que éste «abre un tiempo nuevo». Ha retrasado su dimisión efectiva para asegurar al régimen la lealtad monárquica de su partido en el momento decisivo de la votación parlamentaria. (De la misma variedad que el anterior. Este ejemplar es de singular relevancia dentro de esta variedad por su prolongada presencia en el gobierno y en la dirección de su partido).

Luis María Anson, exdirector de ABC, expresidente de la agencia EFE, fundador del diario La Razón y durante años presidente del Concurso de Miss España. «El balance del reinado de don Juan Carlos es abrumadoramente positivo. La decisión de abdicar ahora es acertada, ya que le permitirá al príncipe Felipe aprovechar el verano para ponerse al frente de la jefatura del Estado». (Declaraciones a Servimedia). Muy sagaz su comentario acerca de la oportunidad de abdicar antes del verano para que así su hijo tenga tiempo para preparar los exámenes de septiembre… Ligado durante años al conde de Barcelona, pasó a engrosar el núcleo duro de los monárquicos de pro cuando Juan Carlos fue nombrado rey tras jurar los Principios del Movimiento Nacional como sucesor de Franco. (Variedad Bourbonicus vetus).

Diario El País, Grupo Prisa.

«La abdicación del rey don Juan Carlos ha sido una apuesta deliberada por una renovación que impulse las reformas necesarias en España. Es un broche de alto nivel para un reinado de valoración muy positiva -con algún claroscuro en sus últimos años- que ayuda a preservar el legado de don Juan Carlos y a proyectarlo hacia el futuro. Ésta es la primera sucesión en la Corona realizada bajo la Constitución de 1978 y debe hacerse con la máxima normalidad. (…) Está asegurado el respaldo de una amplísima mayoría parlamentaria al proyecto de ley y solo resta conocer la amplitud del debate al que dará origen su trámite. Algunos grupos minoritarios van a plantear la cuestión de Monarquía o República…» (Editorial del día 4-6-2014). Inspirador durante largo tiempo de la línea politica del PSOE, el diario global se distingue más recientemente por su ataque implacable a los gobiernos populares de América Latina y por su apoyo a la política neoliberal del gobierno del PP. En el editorial citado se permitía incluso aconsejar cómo debe ser el protocolo real en las próximas ceremonias, recomendando sobriedad en la puesta en escena de la coronación del nuevo rey. Desde la abdicación se ha constituido en punta de lanza mediática contra los demócratas que piden un referendum y contra todo tipo de republicanismo activo. Hoy domingo El País

ya «sabe» de antemano que la mayoría de los españoles prefiere al «Preparáo» Felipe de Borbón a un Presidente de la República, y que esa presunta mayoría que ellos han fabricado está dispuesta a defender la monarquía, previsiblemente con Juan Luis Cebrián a la cabeza. ¡Qué bajo ha caído este diario, antaño faro de ilustrados y sostén de socialdemócratas! Por su tono pregolpista nos recuerda al desaparecido El Alcázar. Con el «global» hemos topado, compañeros demócratas y republicanos de la vieja piel de toro. (Variedad Bourbonicus pecuniarius).

José María Aznar, expresidente del gobierno, expresidente del PP, participante en la Cumbre de las Azores, junto a Bush, Blair y Durao Barroso, en la que se decidió la invasión de Iraq, y presidente actual de la Fundación derechista FAES. «El Rey Don Juan Carlos acredita una trayectoria de relevancia histórica como pocas en la historia española… Su decisión de renuncia es un acto de responsabilidad y generosidad. Al valorar la figura histórica del Rey no solo debe pesar el reconocimiento de lo que ha hecho sino también la importancia de la Corona para el presente y el futuro de España. El Príncipe de Asturias asume a partir de ahora, la condición de símbolo de la unidad y permanencia del Estado que la Constitución otorga al Rey». (Declaración oficial tras la abdicación del rey). Otro que recurre a la historia para olvidarse de ella. Su visión de la unidad de España es más reaccionaria que la de los Reyes Católicos en cuyo reinado funcionaba de hecho un estado federal. (Variedad Bourbonicus dictatorialis, bien aclimatada todavía en los aparatos del Estado y en la derecha nostálgica del franquismo. Su pasado falangista y su presente atlantista y neoliberal hacen de él un representante arquetípico de esta variedad monárquica).

Reconozco el tono gris de los monárquicos hispánicos y su falta de argumentos (en realidad, lo que hay son intereses). Hay que acudir a otras lenguas para dar color a tan aburrido cuadro. Por ejemplo, a la lengua francesa. El diario conservador parisino Le Figaro titulaba así la crónica de la abdicación: «L’impopularité de Juan Carlos menace la monarchie» («La impopularidad de Juan Carlos amenaza a la monarquía»). En la misma línea escribía en inglés el diario estadounidense The Washington Post : «Deeply unpopular Spanish king to abdicate throne in favor of son» («El profundamente impopular rey español abdica en favor de su hijo»). Un detalle que no ha pasado desapercibido en la prensa norteamericana desde que The New York Times levantó la liebre es la fortuna personal de Juan Carlos de Borbón, estimada por este prestigioso diario en 2.300 millones de dólares (los más viejos recordamos la época en la que el entonces príncipe recibía donaciones en metálico de banqueros y grandes empresarios ante su aparente precariedad). Saber cómo ha amasado durante estos años de reinado esa inmensa fortuna constituiría una inestimable lección a impartir en las escuelas de negocios. Pero después de la censura externa de la portada de El Jueves por haber dibujado a la monarquía al estilo cervantino (cuando Don Quijote dijo aquello de » huele, Sancho, y no a ámbar»), y después de la censura interna en El Mundo porque al parecer no está permitido ahora ni siquiera mencionar a Corinnna Larsen (también apellidada zu Sayn-Wittgenstein por su anterior marido), que vivió en El Pardo durante largo tiempo en una residencia de Patrimonio Nacional con protección oficial, dudo que alguien se atreva en este país a desvelar semejante secreto financiero que hubiera encandilado al mismísimo rey Midas.

Agradezcámosle al conseller de presidencia y portavoz del gobierno de la Generalitat de Cataluña, Francesc Homs, haber ido al grano, olvidándose de las zarandajas cortesanas y los encubrimientos ideológicos que tanto pululan en los medios. «El principal motivo de la abdicación del rey Juan Carlos es mantener la empresa familiar«, ha declarado.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.