R.E: Entendí bien si ustedes acusaron ayer al gobierno vasco de franquista. T.M. No, ésa no fue la frase que utilizamos. Nosotros lo que decimos es que cuando un gobierno no tolera las voces críticas, cuando para el gobierno los problemas son que hay organizaciones que decimos que hay problemas, y eso le molesta, cuando […]
R.E: Entendí bien si ustedes acusaron ayer al gobierno vasco de franquista.
T.M. No, ésa no fue la frase que utilizamos. Nosotros lo que decimos es que cuando un gobierno no tolera las voces críticas, cuando para el gobierno los problemas son que hay organizaciones que decimos que hay problemas, y eso le molesta, cuando organizaciones con plena autonomía sindical y política le dicen al gobierno que política está haciendo no le gusta, que está aplicando ajustes igual que Rajoy y Barcina, y no le gusta. El gobierno nos ha dado un documento diciendo que el sindicalismo tiene que interpretar un determinado código establecido por el poder político, y que lo mejor que el sindicalismo podría hacer sería desaparecer de las empresas. Cuando el gobierno pretende dirigir la financiación pública, la financiación de un sindicalismo dócil, y así se ve en el documento, tenemos un sindicato vertical.
Hemos analizado mucho lo que ha pasado en Navarra, y el viernes se hizo un acuerdo entre Barcina, CCOO y UGT, donde aparecen el poder económico, la patronal, aparece el gobierno, y aparecen dos sindicatos que están completamente cautivos de los fondos públicos. Son las mismas organizaciones que han dado cobertura al saqueo en la CAN, igual que se ha dado cobertura en BANKIA a que el erario público tenga que poner 22.400 millones de euros. Porque ha habido organizaciones sindicales, políticas y patronales que en el mejor de los casos han mirado para otro lado. Mientras existían tarjetas. Lo que quiero decir, es que hay un sistema, un sistema que está aplicando las políticas más injustas que hayamos sufrido en los últimos 40 años. Y eso está pasando en Madrid, está pasando en Iruña y está pasando en Gasteiz.
R.E. Pero si usted dice que el GV quiere un modelo de sindicalismo vertical, igual no le llama franquista directamente, pero da a entender eso.
T.M. En Europa, en el ámbito sindical las organizaciones que militamos en lo que nosotros decimos «contrapoder», queremos que se defiendan las alternativas, que se expliquen las alternativas, que tengan su espacio mediático. Si no, la gente termina creyendo que «es verdad, no hay nada más que hacer que lo que hacen ellos».
Nosotros presentamos alternativas, y el gobierno de eso no quiere hablar. Cuando le decimos al gobierno de qué queremos hablar, el gobierno hace política unilateral. El gobierno ha acordado con Rajoy en déficit del año que viene; se baja del 1,7% al 07%, 200 millones menos para el presupuesto, ha acordado que la prioridad es el pago de la deuda, 200 millones más de deuda, más de 1000 millones el año que viene que se van a detraer del gasto social. Tiene acordada con el PSOE y con el PP una política fiscal absolutamente injusta. Podríamos hacer una política fiscal alternativa, recorrer una diferencia de casi 5.000 millones de euros que tenemos con la media europea. No es sólo que no quieran hacerlo, tampoco quieren que haya pedagogía social. Porque las organizaciones que planteamos la alternativa, casi no aparecemos cuando se trata de explicar las alternativas. No hay negociación colectiva en el espacio público.
El gobierno, utilizando el PNV, a la Diputación de Bizkaia, ha decidido que no se tramite una ILP presentada por más de 1100.000 firmas en el Parlamento Vasco para intentar regular unos mínimos en las subcontratas, lo han vetado. Hay muchísima gente que lo está pasando mal, en todos esos ámbitos. El gobierno, en sus ámbitos, en Osakidetza, en Enseñanza, en EITB, ¡destruye empleo! Ellos dicen que es diálogo social, nosotros les decimos que lo que quieren es que el sindicalismo le de cobertura, con foto, a una política que no cambia. No tienen ningún interés en cambiar de política en ese sentido. No hay que caricaturizar, no son franquistas, ni mucho menos, no estamos diciendo eso. Pero estamos diciendo que el poder económico y el poder político quieren que las organizaciones sean dóciles en el ámbito social y sindical. Que lo que el poder diga, las organizaciones no lo critiquen. Lo que sí sabemos es que al gobierno le molesta mucho la crítica que hace ELA.
R.E. Ha señalado a la Diputación de Bizkaia. La diputación de Bizkaia en el año 2015 va a devolver la paga que hubo que recortar en el año 2012. ¿Ustedes no aprueban este comportamiento?
T.M. Lo hemos firmado, sí claro. El mundo no es ni todo malo, ni todo bueno. Siempre en función de contenidos. A nosotros nos aleja del gobierno, su política. No hay un principio previo, que ELA diga, «nosotros no queremos saber nada con vosotros». Si la Diputación de Bizkaia, igual que en la de Gipuzkoa, accede a retribuir la paga que se quitó, nosotros lo valoramos muy positivamente.
Otros temas también se han dado en esa negociación colectiva, Tenemos un acuerdo con la Diputación. Ahora bien, en el ámbito de lo que ha hecho con la ILP nos parece impresentable que un gobierno presidido por un partido nacionalista, diga que el Parlamento Vasco no tiene competencias para decidir unos mínimos en el ámbito de la subcontratación. Quiero recordar que la ILP se votó en el pleno, salió adelante con un voto a favor, porque el PP y el PNV se abstuvieron.
Voy a poner un ejemplo, para que sepamos de qué estamos hablando Se va a hacer la adjudicación de ambulancias y el gobierno ha sacado un pliego para la licitación, ofreciendo 53 puntos a la mejor oferta económica. A partir de ahí, la conclusión que sacamos es que está condicionando tirar precios, destruir la negociación colectiva y las condiciones de trabajo. Nosotros en la ILP exigimos que se garantice la subrogación laboral, es decir, que por el hecho de que se cambie de empresa, no se vaya la gente a la calle. Que se garantice un convenio. ¿Eso le molesta a la Diputación Foral de Bizkaia? ¿De eso no se puede hablar? ¿De qué va a hablar en el Parlamento Vasco si no habla de las condiciones en las que trabaja y vive la gente de nuestro país? A nosotros nos preocupa mucho esa actuación y evidentemente vamos a dar, cuanta guerra podamos, para que esta tramitación se realice, se debata. Y el Parlamento atienda, si es que le preocupa el empleo y su calidad, lo que está pasando en el mundo del trabajo.
R.E. ¿Ustedes por qué no dan guerra, como dice, por ejemplo en una mesa de dialogo social?
T.M. Porque no existe diálogo social.
R.E. A ustedes también les acusan de hacer un monólogo permanente, porque no quieren hablar con los demás.
T.M. No, no es verdad que no queramos hablar. Nosotros hemos estado con el gobierno, y les hemos dicho, que no hay ninguna posibilidad en el ámbito general de ir a un acuerdo de diálogo social, de ir a una mesa, las políticas vuestras la impiden. Pero si estamos de acuerdo en que haya ámbitos sectoriales importantes, la formación, salud laboral… Les hemos dado unos documentos, y no hemos recibido respuesta. ¿Qué plantea ELA en formación? Que si de verdad al gobierno le preocupa la política industrial y la política de formación que se hace en el Estado -que es la misma que se hace aquí- hay que acabar con ella. Porque el objeto de esa política de formación es que las organizaciones que forman parte de HOBETUZ se financien. Tenemos las mejores escuelas profesionales del mundo mundial. Los sindicatos y la patronal no tienen que ser instrumentos para buscar financiación utilizando ese dinero publico. Planteamos un cambio radical de modelo. En España han empezado a revisarlo, porque no hace falta recordar lo que pasa en Andalucía. No estoy acusando de corrupción a los que están en HOBETUZ. Estoy diciendo que las organizaciones se financian aunque no metan la mano en los fondos. Por el sistema, tal y como está montado.
R.E. Lo de Andalucía ha pasado solo en Andalucía.
T.M. Yo creo que no. Porque el sistema lo ha permitido.
R.E. ¿Hay fraude en los cursos de formación?
T.M. Aunque no haya fraude, hay financiación. Aunque no haya fraude, aunque se haga lo que marca la ley, hay financiación de organizaciones patronales y sindicales. Hay casos donde hay fraude. Yo como no sé si hay fraude, no lo puedo denunciar aquí. Lo que digo es que el sistema favorece la financiación. Y a partir de que favorece la financiación, el sindicalismo se aparta de su realidad, no se preocupa de los problemas que tiene la gente, no intenta dar solución a eso. Que es muy dificl, ¿eh? Nos lo han puesto muy complicado, nos han cambiado el escenario de una forma brutal. Para el sindicalismo, la cosa se nos ha complicado un montón. Si tu tienes garantizadas tus fuentes de financiación del erario público, si una parte importante de tu presupuesto está ahí, estás cautivo. Tu organización depende de que te sigan dando dinero. Entonces, ¿diálogo social? ¿Qué es el dialogo social sin negociación colectiva? ¿Qué es el dialogo social con políticas de ajuste? Que se nos explique. Cuando le explicas esto al consejero Aburto se queda callado. A partir de ahí, le gustaría que estuviéramos. Le explicas que no, diciendo que en lo sectorial podríamos estar en temas, pero lo sectorial es muy complicado. ¿Cómo nos va a dar a nosotros lo sectorial en formación, si ELA plantea la revisión del modelo que supone la financiación de CONFEBASK, de CCOO y UGT? No nos lo puede dar. Porque el sistema funciona así. El sistema hay que ponerlo encima de la mesa, si no se cambia en sistema, no hay nada que hacer.
R.E. Está diciendo usted que es un sistema dedicado a financiar a los sindicatos CCOO y UGT y a CONFESBASK y no a formar a los trabajadores.
T.M. Radicalmente, es un sistema pensado para eso. Se han hecho cursos donde no ha habido alumnos. Eso no lo ha denunciado ELA, los tribunales de cuentas lo han dicho hace mucho tiempo. Queremos que se revise el sistema. Insisto; el Gobierno Vasco lo va a terminar cambiando, porque España lo va a cambiar. Aquí teníamos un sistema, HOBETUZ. Cuando ELA y LAB nos fuimos de HOBETUZ, lo hicimos porque nos cambiaron el modelo de la noche a la mañana, con la intervención de Industria -que es el lobby de la patronal, dentro del gobierno, siempre lo ha sido-. Pusieron el sistema al servicio de la patronal, de CCOO y UGT. Nosotros dijimos, que no creemos en lo que estaban haciendo, y que nos íbamos, aunque perdiéramos financiación. Hay que tener autonomía financiera para poder decidir eso. En el documento que se nos ha entregado, nos plantean qué papel debe tener el sindicalismo: dar cobertura a las decisiones que plantea el poder político que dicho «sirve descaradamente al poder económico». Se sanciona al que no quiere, y se premia al que quiere. La financiación publica se orienta a comprar el silencio y la colaboración sindical. Nosotros no vamos a hacer eso.
R.E. ¿Qué quieren ustedes para Osakidetza?
T.M. Lo que queremos para la Enseñanza, para los trabajadores de EITB, lo que queremos para todo el mundo. El gobierno, entre el PSOE y el PNV, ha destruido 3000 empleos. No hay negociación colectiva, nos destruyeron los acuerdos que teníamos, nos destruyeron la carrera profesional que estaba en marcha. ¿Qué estamos planteando? Que se revisen las decisiones que se han tomado en el tiempo, que se haga negociación colectiva. Vía vegetativa, en Osakidetza va a pasar un drama. En la medida en que el gobierno cumple «la legislación que marca el Estado», es los aspectos más básicos. No tenemos un gobierno que haga política, tenemos un gobierno que hace gestión, que cada vez se parece más a un gobernador civil. En un estado descentralizado, donde el estado dice «haz esto», y el gobierno no hace. En Osakidetza estamos pidiendo que se restituyan los derechos que se han quitado de manera unilateral. Insisto, 3000 empleos y en Enseñanza también.
R.E. ¿Es realista contratar 3000 personas más en el Sistema Público de Salud, tal como están las cosas?
T.M. Yo preguntaría si es necesario o no es necesario. Porque la gente cuando habla contigo, te dice. «tengo un problema traumatológico, he ido a que me den cita, no puedo aguantar el dolor, y me dan para febrero del año que viene». Esto es así en la medida en que tú trabajas con menos gente. Se están tomando decisiones, que en la foto fija actual tú no ves el riesgo, pero que se ve con el paso del tiempo. Al igual que vemos ahora las consecuencias de políticas que se hicieron hace muchos años. Aquí hay una decisión para que la Sanidad Pública baje su nivel, y fuerce a la gente a contratar seguros privados. No es necesario, Osakidetza tiene que funcionar bien. Al poder político hay que decirle que invierta para que funcione bien, y para eso hace falta que haya gente trabajando.
R.E. ¿Qué le dijeron sus sindicalistas al Lehendakari Urkullu el otro día cuando se encararon?
T.M. Lo primero, creo que el Lehendakari debería pedir perdón, debería disculparse ante los que se manifiestan en contra de sus recortes. Debería entender dialecticamente la sociedad. El poder político tiene derecho a tomar decisiones y los ciudadanos y las organizaciones que están entre el ciudadano individual y el poder tienen que ser respetados. Desde ese punto de vista el gobierno tiene que aceptar que ellos toman decisiones y que en función de que sean injustas y la gente lo perciba así, tiene que aceptar y pedir disculpas por el acto de la semana pasada. La gente tiene que protestar más.
R.E. ¿Qué va a pasar ahora con KUTXABANK?
T.M. No lo sé, pero aparentemente las mayoría con voto de calidad del presidente de la Kutxa determina que las mayorías políticas (PSOE, PP, PNV) van a llevar adelante lo que es la fundación bancaria. Voto de calidad, porque en la última votación del Consejo de Administración venció el voto de calidad del presidente. La ley la han hecho ellos desde el principio, la ley española la han hecho esos partidos, para decir a la gente que están obligados a hacer lo que están haciendo. Hay alternativas encima de la mesa. La Diputación de Gipuzkoa ha planteado una alternativa para evitar la privatización. El otro día el presidente de la Kutxa decía con una frivolidad tremenda, «podemos controlarlo con el 51%, también podemos controlarlo con el 1%, y va a haber leyes que nos van a obligar al accionariado privado, las acciones que ahora son de control público». A nosotros nos parece gravísimo que la consecuencia sea eso. Desde un punto de vista de país, la decisión más grave en términos económicos que se ha tomado desde el inicio de la transición. No había ninguna obligación para perder el control público de las cajas. Las modificaciones, los porcentajes, todo, se ha acordado para que KUTXABANK termine en ese proceso.
R.E. El control público absoluto de qué es garantía. Porque hasta ahora había deshaucios, había control publico en Caja Madrid y había tarjetas black. ¿Es garantÍa de mejor gestión?
T.M. El control público es garantía de interés publico. En Caja Madrid no han fallado, han fallado unos golfos que están dentro de los partidos. Insisto, bueno sería que que se investigaran los niveles de crédito contraídos por las entidades políticas y sindicales con las cajas y bancos. El informe Greco dice que los partidos en España reciben dinero de la banca y que en muchos casos no devuelven. Dice que es uno de los elementos de más perversión del sistema «democrático»» español. Sería bueno para saber hasta qué punto determinada clase política y determinado sindicalismo están cautivos. El interés público es que no se especule y que los recursos de los ciudadanos que depositamos nuestros ahorros en las cajas de ahorros, en los bancos, se destinen a la economía real y no al juego especulativo en el mundo en el que estamos. A nosotros esa situación nos parece muy preocupante.
R.E. ¿Por qué no ponen en valor que KUTXABANK sea gestionado mejor que otras cajas?
T.M. Nosotros no lo ponemos en valor. Lo que ponemos en valor, es que si el objetivo es jugar al mercado especulativo mundial, el crédito no va a fluir a quien lo necesita. Las empresas en este país deberían levantar mucho la voz, porque están pagando un tipo de interés de un 2,4% más que la media europea. Ha eso nos estamos refiriendo. Hay necesidad de crédito en las empresas, sí. ¿Qué pasa? ¿Por qué la patronal calla? Porque los bancos y cajas están dentro de la patronal. Igual que en el tema fiscal: las grandes empresas no pagan impuestos. Tienen ingeniería financiera montada para no pagar impuestos, imputan producción en un determinado sitio para llevar la fiscalidad a paraísos fiscales. Llevamos siete años de crisis, y de lo que se dijo al principio en relación a los paraísos fiscales, todo sigue funcionando igual.
R.E. Siempre se meten ustedes con la vaca que da leche, como dice el Diputado General de Bizkaia.
T.M. Hace diez días en el Parlamento hubo un pleno de política general. Nosotros estamos muy preocupados, porque el gobierno, plano, sin pulso, sin audacia, nos contó las politicas de ajuste que va a seguir haciendo. ¿Y nosotros qué vimos? Que no hubo oposición. No sabemos por qué, pero en el Parlamento no se visualizó la alternativa social que está en la calle. Por un lado está la izquierda muy cautiva históricamente, el Partido Socialista hace muchos años que dejo de ser socialdemócrata. Pero cuando la otra parte de la izquierda le ofrece al gobierno del PNV un acuerdo presupuestario y dice en las declaraciones de ayer que si la fiscalidad puede ser un problema, no se hablará de eso. ¿De qué vais a hablar? Si el déficit está acordado, la deuda pública está acordada, y no se habla de fiscalidad, ¿de qué va a hablar la izquierda con el gobierno? ¿Cuáles son los acuerdos que se vana a hacer?
R.E. ¿Le preocupa la actitud de BILDU?
T.M. Me preocupa sí, me preocupa que no se entienda la política como alternativa, que se entienda la política como alternanza. Que se busque un centro que nunca existe, que está siendo desplazado por la derecha, que está haciendo lo que le viene en gana. Por buscar ese centro que los sociólogos dicen que es ahí donde están los votos, buscamos la competencia en términos electorales y se relativizan por completo los espacios sociales. Hoy, la gente que está en el desempleo, la gente que necesita ayudas sociales, necesita alternativas en la política. En un pleno parlamentario de política general, ¿por qué no aparece el debate de la derecha y la izquierda?
Los trabajadores de ARKEMA: el día 9 de septiembre la empresa notifica que cierra, hoy nos recibe la consejería de Industria. No la consejera, que aunque el día 8 de Abril ELA le pidiera que quedara con nosotros, aún no se ha reunido con nosotros para hablar de política industrial. Cuando la Consejera habla de política industrial, habla de bajada de impuestos para las empresas. Ha cogido a la Diputación de Gipuzkoa como un chivo expiatorio por el Impuesto de las Grandes Fortunas. ¡La gente sabe que este impuesto no llega a recaudar lo que se recaudaba con Patrimonio cuando estaba! Estas cosas son las que deben formar el debate, y la política tiene que aceptar una dialéctica con el mundo sindical y social, y respetar la autonomía de las organizaciones. En ese documento del gobierno, hemos visto que tiene interés en fortalecer un espacio sindical dócil, vertical. No franquista, vertical. Franquistas son otros.
Transcripción de la entrevista realizada por Manu Robles-Arangiz Institutua (@mrafundazioa):
http://www.mrafundazioa.org/